Espero que esta carta te encuentre bien, aunque mi corazón late con dolor al pensar que ya no estaré aquí para verte sonreír. Si la estás leyendo, es porque mi tiempo se ha agotado y mi cuerpo ya no puede luchar más.
Quiero que sepas que te perdono. Te perdono por todo el dolor que me causaste, por todas las noches que pasé llorando por ti, por todas las mañanas que desperté con la esperanza de que regresaras a mí.
Te perdono por no estar allí para mí cuando lo necesité, por no escuchar mis súplicas, por no sentir mi dolor. Te perdono por dejar que el tiempo y la distancia nos separaran.
Aunque decidí rendirme y dejar de luchar por nosotros, nunca dejé de amarte. Siempre te amé, y siempre te amaré. Recuerdo cada momento que pasamos juntos, cada beso, cada abrazo, cada mirada...
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Cap #3
Después de esa primera cita en el parque, nuestra relación creció con cada paso. Pasábamos horas hablando, riendo y explorando la ciudad juntos. Sergio se convirtió en mi compañero inseparable.
Meses después, una noche de verano, Sergio me llevó a un restaurante con vista al mar. La luna llena brillaba sobre el agua, y la brisa suave nos acariciaba la piel.
Sergio me tomó la mano, mirándome con ojos emocionados. "Elena, desde que te conocí, supe que eras la persona que quería a mi lado. Quiero pasar el resto de mi vida contigo. ¿Quieres ser mi novia?"
Mi corazón saltó de emoción. "Sí, quiero", respondí, sonriendo.
Sergio me abrazó, besándome apasionadamente bajo la luz de la luna.
Poco tiempo después, Sergio recibió la noticia que cambiaría su vida: había sido seleccionado para subir a la F1. Su equipo, gracias a la inversión de una misteriosa inversora (yo, Aurora Winter), había mejorado significativamente.
Sergio me llamó, emocionado. "Elena, ¡lo logré! Estoy en la F1". Me abrazó, llorando de alegría.
Yo sonreí, orgullosa de él. "Siempre supe que podrías hacerlo", le dije.
Sergio no sabía que yo era la inversora que había apoyado su carrera, pero yo sabía que había tomado la decisión correcta. Verlo feliz y triunfante era todo lo que importaba.
Y así, nuestra relación continuó creciendo, mientras Sergio se preparaba para enfrentar los desafíos de la F1.
Perspectiva de Sergio
Recuerdo cuando empecé mi carrera en el automovilismo. Era solo un sueño, un objetivo lejano. Pero mi pasión y dedicación me llevaron a trabajar duro para hacerlo realidad.
Comencé en la GP2 Series, compitiendo contra los mejores pilotos del mundo. Fue un desafío, pero mi enfoque y mi determinación me permitieron mejorar con cada carrera.
Luego, conocí a Elena. Ella cambió todo. Su inteligencia y belleza me impresionaron, pero fue su pasión por la vida y su apoyo incondicional lo que me hizo enamorarme de ella.
Elena se unió a mi equipo como consultora técnica y su habilidad para analizar datos y optimizar el rendimiento del vehículo fue invaluable. Juntos, mejoramos significativamente.
Pero aún había un obstáculo: la falta de financiamiento. Mi equipo luchaba para mantenerse competitivo. Fue entonces cuando apareció la inversora misteriosa, Aurora Winter. Su apoyo económico y estratégico nos permitió seguir adelante.
Aunque yo no sabía quién era Aurora ni por qué me apoyaba, su ayuda fue fundamental. Pero después de un tiempo, comencé a sentirme incómodo con la ayuda. Quería demostrar que podía triunfar por mí mismo, sin la ayuda de nadie. Le pedí a Elena que no aceptara más ayuda de Aurora, que quería hacerlo solo.
Elena me miró con preocupación. "Sergio, ¿estás seguro? La ayuda de Aurora ha sido crucial".
"Lo sé", le dije. "Pero necesito hacerlo solo. Necesito demostrar que soy un piloto capaz de triunfar en la F1 sin la ayuda de nadie".
Elena asintió, apoyándome en mi decisión. "Estoy contigo, Sergio. Siempre".
Fue un momento difícil, pero sabía que tenía que seguir adelante. Tenía que demostrar que era un piloto capaz de triunfar en la F1.
Perspectiva de Elena:
Estoy viviendo un momento increíble junto a Sergio. Desde que debutó en la F1 con Sauber, he estado a su lado, apoyándolo en cada paso.
Cuando se unió a McLaren, estuve allí para ayudarlo a navegar por la presión y los desafíos que conllevaba correr para un equipo tan prestigioso. Aunque no fue fácil, Sergio demostró su talento y determinación.
Luego, vino el período con Force India y Racing Point. Fueron años de lucha, de búsqueda de financiamiento y de estabilidad. Pero Sergio nunca se rindió. Siguió trabajando duro, siguió creyendo en sí mismo.
Y yo estuve allí, apoyándolo en cada paso. Le proporcioné ayuda estratégica y económica a través de mi alter ego, Aurora Winter. Quería ayudarlo a alcanzar su sueño, a demostrar que era un piloto capaz de triunfar en la F1.
Actualmente, Sergio sigue luchando por alcanzar sus objetivos en la F1. Estoy orgullosa de él, de todo lo que ha logrado. Mientras lo miro, veo un piloto sólido y consistente, con una trayectoria impresionante. Y sé que siempre estaré a su lado, apoyándolo en cada paso de su carrera.