Si hubiera sabido el impacto que tendrías en mi vida, hubiera corrido en otra dirección que no fuese la tuya
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Una noche después del mensaje
La pantalla de mi teléfono brillaba intensamente en la oscuridad de la habitación. La notificación de Andrew parpadeaba, y mi corazón latía con fuerza mientras contemplaba las palabras que había escrito: “¿Podemos hablar? Hay algo que necesito decirte”.
La adrenalina me recorría el cuerpo. ¿Qué podría ser tan importante? Habíamos tenido una conexión tan intensa la noche anterior, llena de risas y revelaciones, pero también había una tensión palpable que me dejaba nerviosa. A pesar de mi curiosidad, sentí un pequeño nudo en el estómago.
Decidí no responder de inmediato. En cambio, me levanté de la cama y caminé hacia la ventana. Miré hacia el cielo estrellado, preguntándome qué pasaría si decidiera abrirle mi corazón a Andrew. Las dudas y los miedos se agolpaban en mi mente.
Finalmente, tras lo que me pareció una eternidad, respondí: “Claro, ¿cuándo?”.
La respuesta llegó en segundos. “¿Te parece bien ahora? Estoy cerca de tu casa.”
Mis manos temblaron ligeramente mientras me apresuraba a vestirme. Miré en el espejo y me di cuenta de que necesitaba calmarme. No podía parecer ansiosa, aunque por dentro todo era un torbellino. Opté por un vestido sencillo, pero elegante, y me recogí el cabello en una coleta baja.
Cuando Andrew llegó, el sonido del timbre resonó en la casa. Abrí la puerta y, al verlo, mi corazón se detuvo un segundo. Llevaba una camiseta blanca ajustada y jeans, una combinación sencilla que, sin embargo, resaltaba su figura de manera seductora. La chispa que había notado la noche anterior seguía viva, y sentí que era inevitable que la conversación tomara un giro.
—Hola —dijo, sonriendo—. Espero no interrumpir.
—No, para nada. Pasa.
Me hice a un lado, y él entró, mirándome con una intensidad que casi me hacía olvidar por qué estaba tan nerviosa. Cerré la puerta y me volví hacia él, sintiendo que la distancia entre nosotros se acortaba.
Andrew tomó una respiración profunda, y luego me miró fijamente.
—Gracias por verme. La verdad es que he estado pensando en nuestra conversación de anoche.
—Yo también —admití, tratando de mantener la calma en mi voz.
Hubo un silencio tenso. Los minutos parecían estirarse mientras cada uno de nosotros buscaba las palabras adecuadas. Finalmente, Andrew rompió el silencio.
—La verdad es que siento una conexión contigo que no puedo ignorar. He tenido algunas relaciones, pero ninguna me ha hecho sentir así.
Mis ojos se abrieron ligeramente ante su confesión. Su sinceridad era refrescante, y al mismo tiempo, aterradora. ¿Realmente quería comprometerse a algo más que una simple aventura?
No quería ser demasiado impulsiva, pero la idea de perder esta oportunidad me asustaba.
Él sonrió, pero en su mirada había una seriedad que me hizo sentir un escalofrío.
—Quiero que sepas que no busco solo un romance pasajero. Estoy listo para algo más, algo real. Pero también necesito saber si tú sientes lo mismo.
Mi corazón latía con fuerza, y por un momento, me sentí expuesta. La idea de abrirme a alguien de nuevo era aterradora, pero Andrew había sido diferente desde el principio. Había algo en su forma de mirarme, en su sonrisa, que me hacía sentir segura.
—No sé qué depara el futuro, pero estoy dispuesta a intentarlo —respondí finalmente, sintiendo que una parte de mí se liberaba.
Andrew dio un paso hacia mí, y de repente, la distancia que había entre nosotros se desvaneció. Sus brazos me rodearon con una ternura que me hizo sentir como si estuviera en casa. Lo abracé, dejándome llevar por la calidez de su cuerpo.
—Esto es un gran paso —murmuró, su aliento cálido contra mi cabello—. No lo tomaremos a la ligera, te lo prometo.
A medida que nos separábamos, la tensión en el aire se disipó, dejándonos con una sensación de alivio y emoción. Andrew sacó su teléfono nuevamente y me mostró un lugar que había encontrado para nosotros.
—¿Qué tal si empezamos por una cita real? Este lugar tiene buenas críticas, y creo que te gustaría.
Mi corazón se llenó de entusiasmo. La idea de salir con Andrew en una cita me hacía sentir como si estuviera en una película romántica.
—Suena perfecto —respondí, sintiendo que este podría ser el comienzo de una nueva etapa.
Aunque la vida me demostrará una y otra vez, que el pasado siempre te persigue.
Mensaje entrante de Alex: Te extraño. ¿Cuándo volverás?