Vidas Cruzadas

Bastian:

Miré a Renata que se dio la media vuelta me miro fijamente.

- Señor Bastian, el cuchillo, me lo dio la Señorita Lucrecia. COMPERMISO.

Lucrecia se quedo mas palida de lo que estaba al escuchar las palabras de Renata, en cierta forma el cuchillo tenia que haber llegado si no mas que con Lucrecia, solo ella pudo meter un cuchillo sin que le negaran el acceso.

- SE PUEDE SABER QUE PRETENDES EN METER UN ARMA CORTANTE A ESTE LUGAR.

- Ahora le vas a creer a una asesina.

- MIRA LUCRECIA YA BASTA DE TUS OFENSAS CON ELLA. AUNQUE NO LO QUIERAS ACEPTAR SABES A LA PERFECCION QUE NO FUE ELLA. ES TANTO TU ODIO HACIA RENATA QUE NO TE HA IMPORTADO DESTROZARLE LA VIDA. QUE PRETENDIAS LLEVARLA DE NUEVO A JUICIO PARA QUE LE DIERAN MAS AÑOS. DE UNA VEZ TE AVISO.

- Que cosa?

- TOMARE EL CASO DE APELACION DE RENATA, UNA VEZ TENGA TODAS LAS PRUEBAS LO HARÉ.

- Estas demente! Es un caso perdido, si apelas haré que se vuelva nulo.

- AUN ASI LO HARÉ.

- Te desconozco Bastian.

- Dimelo a mi, que ya no encuentro a Lucrecia Ferretti, dia con dia has cambiado te has vuelto fría, calculadora, despectiva.

Lucrecia rápido corrio hacia mi, abrazando con gran fuerza.

- Bastian, claro que he cambiado, no te parece poco al ver como asesinaban a mi hermano Samuel que era inocente de la maldad de Renata.

Negue con la cabeza tomándola de los brazos y suavemente la separé de mi.

- Te amo Bastian. Te necesito. Quiero que me hagas el amor como siempre.

- Tu solo me necesitas en tu cama. Te veo en la noche.

Lucrecia pasó su mano por mi espalda atrayendo mi cuerpo hacia ella, juntamos nuestros labios, sintiendo un deseo por ella que no tenia razón de ser, quería hacerla mia aquí mismo, la ance rodeando sus piernas en mi cintura, mientras sentia como ella respondia con tanta sensualidad a mis toque. Era una de las cosas que disfrutaba de ella, sentirla, era incondicional pero a la vez muy sexual nuestra relación, la senté en mi escritorio dejando caer las cosas que habían a mi alrededor, ella con mucho apuro desabrocho el botón de mi pantalón tenia demasiadas ganas de poseerla, cuando iba entrar en ella, en mi mente se apareció el rostro de inocencia de Renata, recordando su mirada con esos ojos azules de ensueño mirándome diciendo con su mirada que era inocente.

Me aparté de Lucrecia, ella me miró totalmente confusa, podía sentir su respiración que estaba agitada.

- Que pasa Bastian, quiero que me lo hagas aquí!

- NO LUCRECIA, VETE, TE VEO EN LA NOCHE.

Me acomode, el pantalón y la ropa saliendo de mi oficina, no podía, entre a la oficina de Gerard, que levanto la mirada arqueando una ceja.

- Si?

- Retomemos el caso de los Jonss.

Gerard, saco el expediente de los Jonss, eran dos menores que habían tenido problemas en el área de los varones, asi que mientras él pasaba las hojas explicándome el caso, miré cuando Lucrecia salió de mi oficina, Negue con la cabeza, que me estaba pasando, por que Renata se tuvo que venir a mi mente, que tenia que ver esa niña con lo que estaba pasando con Lucrecia, tiene que ser el odio que ella le tiene que hace que se me pase por la mente.

- Les digo que si entonces?

- Emm, me decias?

- Bastian que pasa contigo? Últimamente te he notado te he notado muy distraido. Problemas con Lucrecia?

- Debo irme. Te veo en el despacho.

- Claro.

Me levante, entre a mi oficina mirando las cosas en el piso, empecé a respirar rápidamente estaba hiperventilando y eso era muy raro en mi… Empecé a levantar las cosas tome un adorno que me habia regalado en su momento Lucrecia lo mire lanzándolo con tanta fuerza hacia la ventada, haciendo un gran estruendo al ocasionar que se rompiera la ventana en mil pedazos, rápido la puerta se abrió, todos llegaron hasta la puerta.

Gerard: VUELVAN A SUS PUESTOS!

Me senté en la silla mirando hacia donde miraba a las chicas haciendo su deporte cuando el oficial sono su silbato para indicar que la cena ya estaba servida.

- QUE DIABLOS PASA CONTIGO.

- Nada Gerard, estoy volviéndome loco.

- ERES UNO DE LOS MEJORES ABOGADOS DEL MUNDO HERMANO, NO PUEDES PONERTE EN ESTA SITUACION. SEA LO QUE SEA DEBES CONTROLARTE.

- NO PUEDO CONTROLARME CON LUCRECIA CUANDO QUIERO HACERLE MIL COSAS Y PASA OTRA MUJER POR MI CABEZA.

- QUE ESTAS DICIENDO. TIENES A OTRA? O SIENA.

- NO TENGO A NADIE.

Negue con la cabeza mordiendo mi labio inferior no debi mencionar nada de mis pensamientos no con Gerard.

- BASTIAN TE CASAS EN UN MES.

Me recosté en el respaldo. Negue con la cabeza. Como una niña podía ponerme de esta manera. No entendía nada de lo que me estaba pasando. Me levante indicándole a Gerard que lo veía en el despacho, necesitaba tener alguna información buena de lo que fuera de los demás clientes.

Renata:

Nos habían anunciado que la cena ya estaba lista. Asi que entre sentándome junto a las demás.

- Hola chica.

- Hola Elena.

- Mañana es sábado y el director nos hace una cena cada ultimo sábado de mes.

- En serio.

- Si, es buena onda el director, esta para chuparse los dedos. Lastima que se casará con una estirada, engreída y de lo mas artificial. Solo con verla me da ganas de matarla. Aquí viene sintiéndose la gran Diosa.

- La conoces?

- Joder a esa vieja ni la desearía tener cerca, si fuera hombre me la cogería dia y noche que me imagino que el Direc no sale de su cama para tenerla.

- No me imagino a Bastian de esa manera.

- Como que Bastian… El Director papasito rebueno de Bastian Bonnet. Hijo de uno de los Abogados del país mas adinerado que te puedas imaginar.

- En verdad?

- Claro niña, ese papasito fácil ha de tener sus 27 a 30 años, pero heredero de una cuantiosa fortuna. Quien logre casarse con ese papasito uff tendrá el dinero para gastar a su antojo y bañarse con oro.

- Bueno pero que hay de él, sus sentimientos, su pensar, su carrera.

- Sé que nunca han perdido los casos que le han puesto, desde joven su padre le enseño mucho.

- Como sabes?

- Chica, ese bombom lo tengo entre ceja y ceja, aunque me le he ofrecido siempre me termina sacando de su oficina. Eso si, ya sabes para él seria lo peor puesto que todas aquí somos menores de edad.

- Has intentado algo con él.

- Shhhh, que nos escucharan… Le he coqueteado, pero solo pasa de un “Elena si no sales de mi oficina ahora mismo te pondré mas tiempo de castigo”

Nuestras risas se escucharon en todo el comedor, por primera vez en este lugar me he sentido un poco mas tranquila, como lo pensé Elena era muy chistosa, eran de esas personas que al conversar no paraba una de reir. Miré a Siena que se pasó por el comedor dirigiéndose a una de las chicas a delante, le entrego un sobre, marchándose.

- Que tal Siena y Bastian juntos.

- La doctora. Noo, no es mujer para él.

- Ninguna mujer es para él.

- Oye hija, mira apréndete esto. Bastian es un hombre que se nota que la belleza es lo primero que califica, lo segundo el cuerpo de Diosa que se debe mandar, tercero una buena cuenta bancaria, cuarto el apellido.

- No, creo que él sea de esos.

- Bueno cariño es que no has visto a las mujeres que ha andado antes de Lucrecia. Habia una en especial, eso lo se por que la otra vez le sacaron su vida en una de las grandes revistas donde ponen a los hombres solteros con una herencia exorbitante.

Chica 2: Dicen por allí que la tiene.

Una de las chicas que estaba cerca de nosotras empezó igual a describir que también era muy reconocido por ser un hombre bien dotado en su intimidad, negué con la cabeza, no podía ni siquiera  imaginarlo de esa manera, era demasiada información.

Despues de todo la cena estuvo tranquila, las chicas de este lugar eran agradables, y por lo que tengo entendido mañana Bastian dará una cena para nosotras asi que al menos sé que estará aquí durante este tiempo.

Nos mandaron a nuestros pequeños cuartos. Todo pintaba ser una noche genial, nos apagaron la luz, a lo que todas estaban un poco confusas.

La música empezó a sonar suavemente, todas hicimos silencio, nos habían puesto música para relajarnos por un rato, de repente empezaron las chicas a cantarla, las voces seguían la letra de la canción, todas después de un lado seguían el canto, estábamos al menos teniendo un poco de unión aunque sea con la música.

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