La Princesa Y El Tutor

Darcy se tuvo que ir a su habitación, me prometió que me visitaría en la noche. Miré el reloj y era la hora del almuerzo. Tocan mi puerta y pregunté quién era.

— Julián ¿Puedo pasar?

— adelante— el pasa cerrando la puerta...— Julián ¿Ya te vas?

— dentro de media hora, vine a despedirme de tí. No me presenté en la noche del banquete pero si me enteré del espectáculo que armó el emperador por el periódico real... Y Supongo que al enterarte que tú profesor era tu prometido quedaste en shock ¿Verdad?

— al principio sí... Luego llegamos en un acuerdo de tratarnos como siempre...

— ya veo, te enviaré una carta cuando llegue. Al parecer tengo una noticia que requiere de mi presencia... Hasta pronto Layla.

— nos vemos, y está vez espero recibir tus cartas más seguido.

— lo haré... Escuché que la emperatriz se enfrentó al emperador.

— mi madre ya no será la sombra de mi padre... Es hora de que ella sea libre...

— entiendo... Sí pasa algo, por favor, no te detengas en pedirme ayuda.

— gracias Julián, siempre contaré contigo...— el se despide y se marcha.

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Aunque la emperatriz haya sido en declarar el divorcio, no pudo evitar sentirse mal... Pues su vida se basó en ese papel desde la infancia. Ahora, caminaba en círculos y pensaba en como planificar su nueva vida... El tocar de la puerta la saca de concentración.

— ¿Quién es?...— pregunto ella suavemente.

— soy el emperador Harold, su majestad.

— puede pasar.

Él entra y mira la cara un poco preocupada de Miriam. No dudo en hablarle.

— Miriam, he oído los murmullos de los sirvientes que discutiste con el emperador... ¿Es por eso que estás tan angustiada?

— le pedí a Enrique el divorcio. Ya no puedo soportar más todo el trabajo que me da. El viaje que me obligaba a ir al reino Hearts fue la gota que derramó el vaso... Dentro de unos días tendré que estar en juicio por eso.

— ¿Quiere tomar un paseo conmigo para calmar tus pensamientos alterados?

— por favor, estar aquí encerrada es una tortura para mí...

Un paseo por las fuentes encantadas fue su destino. Pues en sus aguas se creaban pequeños delfines que saltaban con la visita de las personas. Ahora mismo, Miriam observa como el animal acuático da su pirueta y vuele a entrar al agua a la vez que Harold se coloca a su lado.

— la magia de aquí es preciosa... Es sofisticada y al vez poderosa... La nuestra sirve para destruir todo a su paso— expresó Harold.

— yo no lo veo de esa forma. Jamás he visto su magia, pero apuesto a que debe ser hermosa y vigorosa, lo sé con solo conocer a la persona... El poder de Enrique es... Débil y sin gracia, al principio sí cargaba un gran potencial, pero al conocer a su amante... Bueno, ya sabrás el resultado.

— no me he atrevido hacer magia desde que mi emperatriz falleció. Solo me dediqué a cuidar a Darcy y convertirlo en alguien ejemplar para el futuro de mi imperio.

— y he visto que ha hecho un gran trabajo. Mi hija está más que contenta de estar con él.

— su hija, la princesa, es una joven con carácter y defiende a los que le importa sin importar las consecuencia. Así que usted es una excelente madre.

— la amo demasiado y solo quiero que su alegría perdure... Si no fuera por ella, yo estaría sin una pizca de vida...— saca una sonrisa mientras miraba la fuente— supongo que tendré que ir buscando un lugar donde quedarme después del divorcio, Enrique no dejara que viva más aquí y yo menos quiero quedarme. Tengo familiares en fuera del país que no dudaría en recibirme. Fue agradable conversar contigo, Harold, me ayudaste mucho a liberar el estrés.

Ella toma paso pero es detenida al sentir el agarre desde su muñeca, observa hacia arriba con la vista ingenua. El la suelta y habla para quitarle las dudas a Miriam.

— usted una vez lo dijo... Pronto seremos familia, y por lo visto, no creo que la princesa quiera estar sin la presencia de su madre... Por tal motivo quiero que vengas conmigo a mi reino, la princesa Layla vendrá también con mi hijo... Así no podrá estar alejada de la persona que quiere... Podría darme su respuesta mañana.

— si quiero.— le tomo de sorpresa a Harold pero ella continúa—... Me gustaría aceptar su ayuda, gracias a usted podré estar al lado de mi hija y comenzar de nuevo.

—....

— ¿Harold?

— ah, si, disculpe... Entonces, le avisaré con anticipación el día de viaje.

— nuevamente le vuelvo agradecer. Espero verlo más tarde, estar con usted me trae tanta paz que no deseo alejarme mucho tiempo de su lado.

Con esa declaración, Miriam se va nuevamente agradeciéndole. Harold quedó en trance por el encanto de la emperatriz.

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Layla cierra las puertas de su balcón rápidamente por el frió que se presentaba. Sin darse cuenta que a los segundos después Darcy sube con una agilidad y así llegar al balcón. Mira de lado y observa a Layla.

Después toca suavemente el vidrio.

— ¿Eh?... ¡Darcy!— se coloca de pié y lo deja pasar, se saludan con un beso rápido, ya que Layla cierra de inmediato las puertas del balcón.

— hace frío ¿Verdad?

— así es... ¿Dormirás conmigo esta noche?

— dalo por hecho...— la capa no era lo único que se iba quitando, pues su camisa iba por ese camino, Layla mira sonrojada a otro lado... Darcy se ríe— no te preocupes, traje una bata...— ella aún miraba a la pared hasta que él le dio la señal de ya poder ver.

Pues al mirar su color se intensifica, ya que Darcy mostraba su abdomen marcado y solo la bata lo hacía lucir más guapo. Ella se sienta en el medio de la cama para después Darcy acompañarla. Layla se sentía un poco tensa ya que pensaba que iban a tener relaciones. Él, al darse cuenta, la abraza.

— no haremos nada de lo que tú no quieras. Solo dormiremos juntos... Cuando te sientas segura solo dime, del resto no te tocaré indebidamente.

A la princesa le gustó esa propuesta, pues respeta su opinión y no la obliga a nada... Pasaron la noche junto tiernamente acurrucados uno con el otro.