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La Luz Rojo Carmesí Del Final

La Luz Rojo Carmesí Del Final

Status: En proceso
Genre:Acción / Policial / Escena del crimen / Chico Malo
Popularitas:710
Nilai: 5
nombre de autor: XintaRo

Pesadillas terribles torturan la conciencia y cordura de un Detective. Su deseó de proteger a los suyos y recuperar a la mujer que ama, se ven destruidos por una gran telaraña de corrupción, traición, homicidios y lo perturbador de lo desconocido y lo que no es humano. La oscuridad consumirá su cordura o soportará la locura enfermiza que proyecta la luz rojo carmesí que late al fondo del corredor como un corazón enfermo.

NovelToon tiene autorización de XintaRo para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

El Hombre Sin Ojos. Pt11.

Me dejo caer en mi silla rota. Aún tiene el agujero de una bala. Una de esas veces que un imbécil dejó que un sospechoso le robara el arma. Recuerdo el silbido de esa bala, el crujido del estante detrás de mí.

Un solo disparo entre la gente. Y, como siempre, el bastardo que lo detuvo fue Héctor. Mi hermano. Mi sombra.

Gracias a los dioses, está de este lado de la balanza.

Aparto la mirada de la pila de archivos sin resolver sobre mi escritorio. Busco a Héctor, pero no lo veo. Seguro está haciendo café. Si algo tengo claro, es que se toma su maldito tiempo para hacerlo; odia ese brebaje asqueroso de la máquina que nadie lava.

Me levanto de la silla y camino hacia la cocina, que queda apenas a unos metros detrás de mi escritorio, pero antes de llegar, una mano me detiene. Me giro, y lo veo. El teniente. Cara de pocos amigos. No, peor: cara de estar jodidamente molesto.

Carajo. Me va a gritar como si fuera un niño. Como si fuera mi culpa haberme topado con un estúpido pandillero molido en un callejón oscuro a unos metros de mi casa. O será que me va a echar en cara haberme enfrentado a esa mole frente a la estación. Mierda. Solo ver su cara me revuelve la cerveza que aún cargo en el estómago vacío. ¿Cuántas horas llevo ya sin comer?

Su mirada se clava en mí como si quisiera desarmarme por completo, mientras yo divago. Trato de mantener la compostura y suelto:

—Hola, teniente. Buenos días.

Fuerzo la sonrisa más falsa que tengo en el repertorio. Él me fulmina con los ojos.

—A mi oficina. Ahora. Y trae a tu mano derecha contigo.

Suspiro, resignado. Lo que me espera tras esa puerta apestosa a puros baratos no va a ser bonito. Le respondo:

—Bien, teniente. Iré por Héctor e iré a su oficina. No sé dónde se metió.

Él se gira, mascando su molestia:

—Bien. Apresúrate. Tenemos que calmar esto lo antes posible.

Entro a la cocina. Lo primero que veo es a Héctor coqueteando con una de las nuevas. Este idiota no pierde el tiempo. La chica es linda, sí, pero nada fuera de lo común. Para Héctor eso no importa: es nueva, y con eso le basta para querer llevársela a la cama un par de veces. Nunca lo entiendo. Ellas saben que él solo busca eso, y aun así después terminan enamoradas del cabrón.

Lo miro.

—Hey, hermano. El jefe nos llama. Termina con el café.

La chica me lanza una mirada de asco. Sabe que no me interesa socializar con ninguna de estas cucarachas. Héctor se gira y se despide de ella con un beso en la mejilla, mientras le agarra una nalga. Vamos, viejo… no puedes hacer eso en la comisaría. Pero nadie más lo ve, y ella ni se inmuta. Le sonríe, coqueta.

Sale de la cocina con su taza de café fresco hecha por él. Bueno… cualquiera vendería las nalgas por una taza de su café. Yo me salvo porque soy yo quien compra los granos para que él me lo prepare. Me mira mientras llena mi taza, apoyado en la cocina vieja, y me pregunta:

—¿Qué quiere el jefe para interrumpirme el momento?

—No lo sé. Solo sé que quiere que vayamos a su oficina. Así que hazle una taza de café. Mejor eso que arriesgarnos a que nos apuñale antes de entrar.

Ríe. Saca una taza grande de la alacena y la llena de café. Me pasa la mía y toma la suya. Con la otra mano, lleva la del jefe. Caminamos hacia su oficina, y desde dentro, el teniente ya nos está barriendo con la mirada como si fuéramos escoria.

Héctor lleva la taza enorme como si fuera una ofrenda de sangre para un dios enojado. Toco la puerta y hablo en voz baja:

—Disculpe, jefe. Ya traje a Héctor. ¿De qué quiere hablar con nosotros?

—Cierra la puerta —dice, seco.

Héctor la cierra y camina hasta el escritorio. Deja la taza de café frente al teniente, pero en cuanto esta toca la madera, el jefe explota:

—¿¡Pero qué mierda hacían en un jodido callejón en medio de la noche salvando a un maldito teniente de los Cráneo Roto!? ¿¡Acaso están locos, par de estúpidos sin sesos!? ¿¡Qué mierda pasa por sus mentes!?

Héctor levanta las manos, escudo de inocencia.

—Yo no tengo nada que ver con esto. Fue él quien vio todo y salvó al estúpido del callejón.

Lo miro con ira. El muy bastardo gira la cara, se lleva la taza a los labios y le da un sorbo. Encima se ríe. No pierde una, este cabrón.

Le respondo al teniente:

—Señor, salí a comprar cigarrillos. De regreso, escuché la paliza que le daban. Solo entré al callejón y vi que eran dos vestidos como los 20 Killer, masacrando a un chico. No vi sus colores hasta después, cuando los otros dos salieron corriendo y se lanzaron a su auto para escapar a toda velocidad.

El teniente me clava la mirada:

—Primero la familia Linova, y ahora los Cráneo Roto. ¿En qué más te meterás antes de que acabe el mes, estúpido? ¿Acaso realmente crees que eres a prueba de balas? Vi tu numerito contra el animal de Jeison. Sabes que eso no va a acabar bien. Ese cabrón odia ser humillado. Y aún más por un policía. Los mocosos de ahora ya no te tienen tanto miedo como hace ocho años, cuando entraste a la fuerza y comenzaste a barrer con esta ciudad a punta de balazos y puñetazos, poniendo tu placa y tu bota en la cara de todos los que se te cruzaban.

Héctor asiente, pero no dice nada.

El teniente se vuelve hacia él, rabioso.

—¡Tú no eres la excepción, estúpido! ¡Eres igual de descontrolado detrás de un gatillo que tu estúpido amigo a tu lado!

Héctor solo traga su café y desvía la mirada, como si no le importara ni una mierda lo que el teniente está diciendo.

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entomomoyan
/Facepalm/
entomomoyan
🙀Que miedo
entomomoyan
🙀🙀🙀🙀🙀🙀
entomomoyan
/Angry/
entomomoyan
/Facepalm//Joyful/
entomomoyan
🤣
entomomoyan
/Determined/
entomomoyan
/Angry//Casual/
entomomoyan
🙀👏
entomomoyan
🙀🙀Aun asi la leeré
entomomoyan
Muy buena, llega a dar miedo 🙀
Emily
Esta genial
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