Samira, una joven y apasionada estudiante de literatura, nunca imaginó que su vida cambiaría drásticamente en un instante. Un viaje a las Vegas y una traición amorosa, la lleva a casarse con Frederick, un poderoso abogado y jefe de la mafia, conocido por su frialdad y determinación.
Al principio, Samira se resiste a aceptar su nueva realidad, pero a medida que conoce a Frederick, descubre un lado oculto de él que la hace cuestionar todo. A pesar de los peligros que conlleva estar cerca de él, Samira comienza a sentir una atracción irresistible hacia Frederick.
Sin embargo, su amor no será fácil. Terceros en discordia, incluyendo rivales de la mafia y personas del pasado de Frederick, intentarán separarlos por todos los medios. ¿Podrá Samira superar sus miedos y confiar en Frederick lo suficiente como para estar juntos? ¿O la oscuridad que rodea su mundo los separará para siempre?
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Cap 14 - La emboscada
Frederick …
Después de despedir al padre de Sam, decidí llevarla de compras, ya que la notaba triste por la partida de su padre
Sabía cuánto extrañaba a su familia, y quería animarla un poco, aunque sabía que a ella no le agradaba mucho ir de compras, ella era una mujer sencilla y feliz con lo poco que tenía, aunque su familia era adinerada, ella prefería mantener un perfil bajo.
Al salir del Aeropuerto, subimos al auto y nos encaminamos al centro. De camino todo fue un completo silencio, yo no sabía de qué hablar y ella iba entretenida mirando por la ventana
De repente comenzamos a sentir disparos. Varios autos nos estaban persiguiendo. Era una emboscada
La tomo a Samira de los brazos y la hago acostarse, aunque el auto era blindado y las balas no lo atravesaban, de igual manera no quería que presenciara esto
Mis hombres se colocaron detrás del auto y se pusieron a la defensiva, estaban intentando sacarlos de encima para que nosotros pudiéramos escapar a salvo
Samira lloraba y temblaba mientras se tapaba los oídos con cada disparo que oía y eso me hizo alterar aún más
Apenas me dio una oportunidad y esto la hará querer alejarse de mí nuevamente, ¡Maldita sea!
Después de un par de disparos más, al fin pudieron sacarlos del camino y nosotros regresar sanos y salvos a la casa
— Sam mírame. Mírame mí amor — le digo intentando levantarla, ya que aún seguía acostada tapando sus oídos — Mí amor, ya estamos en casa, estas bien, jamás permitiría que algo te sucediera, no temas — le digo agarrándola de los brazos y levantándola
Una vez que se levanta, la atraigo hacia mí y la abrazo. Ella al sentirse segura se sube a horcajadas sobre mí y me abraza bien fuerte, apoyando su cabeza en mí pecho
— Lo siento preciosa, no quise hacerte pasar por esto justo ahora — le digo sin dejar de abrazarla
— Yo… yo sabía que esto algún día pasaría, pero nunca creí que tan pronto, ni tiempo a prepararme mentalmente me dieron — me dice ella aún aferrada a mí pecho — Creí que moriría
— Eso jamás va a suceder mí amor, por qué yo nunca voy a permitir que te hagan daño, te prometo que te protegeré con mí vida hasta la muerte — le respondo yo intentando consolarla
— No hagas promesas que no vas a cumplir, no siempre vas a estar a mí lado protegiéndome — me dice ella aún asustada
— Lo sé, va a ver momentos en los que no esté a tu lado, pero tendrás guardias que te protegerán al igual que yo — le digo para que esté tranquila
Se que habrá momentos en los que esté en el bufete o en las bodegas revisando la mercancía y no este junto a ella, pero estará bien custodiada, jamás permitiría que algo le sucediera
Una vez que ella ya estaba un poco más calmada, ambos bajamos del auto y entramos a la casa
Al llegar a la sala, mí madre Paola se encontraba mirando las noticias en la televisión, estaban hablando de los disparos y el disturbio que ocasionamos en el camino
— Santo cielos hijo mío, ¿Están bien? ¿No los hirieron? — dice mí madre levantándose del sofá rápidamente y viniendo hasta nosotros, cuando ni bien nos vio llegar
— Estamos bien mamá, no nos pasó nada, solo Sam que está algo asustada, pero bien dentro de todo — le digo yo para que no se preocupe
— Oh mí niña, me imagino lo asustada y nerviosa que estabas en ese momento. Ven siéntate conmigo, te contaré una historia — le dice mí madre tomándola de la mano y llevándola hasta el sofá, yo aproveché y me fui para mí despacho, debía averiguar si habían logrado capturar a alguno de los tipos que nos disparaban hace unos momentos
📲 – León, ¿Han logrado capturar a alguno? — le pregunto ni bien me responde .
📲 – No señor, lamentablemente murieron todos, seguimos sin pistas — me dice y yo golpeó el escritorio enojado y con frustración
📲 – Maldita sea, no puede ser que no tengamos ni una sola pista de quién está detrás de nosotros. ¿Pudiste obtener sus teléfonos por lo menos? — le pregunto ya con frustración, a ver si por lo menos logramos obtener alguna pista de ellos
📲 – Si, solo tres móviles logramos rescatar, ya los he mandado a analizar, cuando tenga los resultados te lo comunicaré de inmediato — me dice y solo espero que tengamos suerte de obtener información de esos móviles
📲 – Bien, encárgate de eso y cualquier novedad me la comunicas de inmediato — le digo para luego colgar
Me sentía muy frustrado, no sabía quién era el que quería deshacerse de mí y que estaba saboteando todos mis cargamentos, pero pronto lo descubriría y lo haría sufrir como jamás en su vida se lo ha imaginado
Me recosté en mí sillón con los ojos cerrados, tratando de encontrar alguna pista o recordar algo que haya dejado pasar por alto en algún momento, ya que no podía creer tal ensañamiento de hasta el punto de querer matarme
Había muchos que se beneficiaban con mí muerte y por esa razón no lograba descifrar quién estaba detrás de todo esto
Pero ahora solo me preocupaba Samira, debía protegerla a como dé lugar, esa persona ya sabía sobre ella y ahora ella corría peligro.
Me encontraba absorto en mis pensamientos, que no había escuchado la puerta del despacho abrirse hasta que la siento hablar a mí lado
— Fred — me dice a un lado mío
Rápidamente y sin abrir los ojos, la tomo del brazo y la jalo hacía mí, haciéndola sentar sobre mis piernas y comienzo a besarla desesperadamente, como si temiera perderla
Después de unos minutos, me separó de ella solo unos centímetros y la miró a los ojos
— ¿Qué sucede mí amor? — le pregunto
— ¿Te encuentras bien? Te noto muy preocupado — me dice ella preocupada
— Estoy bien, mientras estés conmigo, me siento tranquilo, no me dejes amor — le digo con miedo a que ella decida dejarme ahora
— No me iré, no te dejaré Fred, es solo que tengo un poco de miedo, pero yo fui consciente de que esto pasaría cuando decidí darte una oportunidad, sabiendo lo que eras, así que asumiré las consecuencias, solo me preocupas tú — me dice ella y yo la abrazo, apoyando mí cabeza en su pecho
Me sentía en paz con ella a mí lado, jamás me había sentido así con ninguna otra mujer, Samira era especial y no quería perderla
Me separé de ella y comencé a besarla nuevamente. La deseaba, la necesitaba, con solo besarla ya me encendía
Me levanté con ella aún arriba y la senté sobre mí escritorio y continúe besándola con más desesperación
Mis manos comenzaron a acariciar todo su cuerpo, mis besos bajaron hasta su cuello, hasta que la escuché gemir, eso hizo que perdiera el control por completo
La atraje más hacía mí, de un tirón le arranqué la diminuta braga que tenía, me desprendí el pantalón liberando mi compañero que ya se encontraba parado y bien duro y sin dejar de besarla, me introduje en ella de una sola estocada
Ella se aferró de mí cuello con sus brazos, y de mí cintura con sus piernas, mientras yo seguía deleitándome con mis besos por su cuerpo
Vuelvo a besarla en los labios para callar un poco sus gemidos, mientras la seguía embistiendo con lujuria
Era tan estrecha que mí miembro se enloquecía cada vez que estaba dentro de ella
La levanté del escritorio sin salir de adentro de ella y la llevé hasta la pared y continúe embistiendola con desesperación
Estaba tan excitada que no pasó mucho tiempo hasta que la sentí acabar primero, le di varias estocadas más sin dejar de besarla, hasta que pude liberarme por completo en su interior
Sin bajarla y sin despegarla de la pared, la abracé por la cintura y apoyé mí cara en su pecho, sintiendo esa paz que ella me hacía sentir
Después de varios minutos en esa misma posición y en silencio, al fin nos separamos y con cuidado la bajo al piso y la vuelvo a abrazar
— ¿Qué es lo que tienes, que me hace sentir tan tranquilo cuando te tengo en mis brazos? — le pregunto sin dejar de abrazarla
— No lo sé, solo soy una mujer común — me dice ella acariciando mí pelo
— Si, eso es, me encanta tu sencillez, amo que seas así, una mujer común, que a pesar de provenir de una familia adinerada, no le gusta presumir lo que tiene, tu bondades, tu ternura, y que no eres superficial y materialista, tratas a los demás con respeto aún así sean inferiores o superiores a ti, eso es lo que amo de ti — le digo separándome de ella y tomándola de la cara para que me mire
— Mis padres me enseñaron que la plata no compra la felicidad, que la arrogancia te lleva a la soledad y a rodearte de personas falsas, en cambio la humildad te acerca a personas honestas y a la verdadera amistad — me dice ella y yo la observo con admiración, era realmente excepcional
— Se que tienes miedo de esta vida que llevo, yo… yo no elegí está vida sabes, lamentablemente es la que me tocó desde que nací. Si hubiera tenido la posibilidad de elegir, hubiera elegido solo ser abogado y llevar una vida tranquila, pero en mí vida no tuve opciones y desde muy joven tuve que responsabilizarme de la organización y mí gente. No puedo prometerte que estarás a salvo siempre, pero si puedo prometerte que haré hasta lo imposible para que jamás te suceda nada — le digo mirandola a los ojos con sinceridad
— Se que lo harás, aunque recién nos estamos conociendo, confío en ti — me dice ella con una pequeña sonrisa y eso para mí es suficiente y la vuelvo a besar
Debía hacer todo lo posible por proteger a Samira, ahora mis enemigos sabían mí debilidad y no dudarían en intentar dañar a Samira para derrotarme a mí, debía protegerla hasta con mí vida, yo la había metido en este mundo y yo debía cuidarla.