Los hombres de Elías Walton, un poderoso mafioso, habían estado vigilando e investigando a Emily Johnson, una joven hermosa de ojos azules y de algunos 25 años de edad, pero después de unos meses, cuando llevaron acabo la petición de su jefe descubrieron que a quien habían secuestrado en realidad era a Mia Parker, una chica de tan solo 17 años quien ocupará el lugar de Emily y será ella quien cargará en su vientre al futuro hijo o hija de Elías Walton
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Capitulo 11: "Perdóname"
••Elias Walton••
Esas palabras me helaron la sangre
"La señorita Parker está teniendo un aborto"
al instante me levanto de la cama, me pongo los pantalones y cuando me disponía a salir de mi habitación la chica pelinegra que fue follada por mi minutos atrás sujeta mi mano
--¿A dónde vas? -pregunta levantándose de la cama y cubriendo su cuerpo con la sábana blanca
--No te importa -le contesto- Ahora suéltame
--No, primero explícame a dónde vas -insiste
la sangre me hierve al instante, nadie me pide explicaciones y menos una zorra como la que tengo en mi cama
sujeto su muñeca con fuerza y me acerco a ella de manera amenzanate
--Ya te lo dije -dije sobre su rostro- No te metas en dónde no te llaman
--¿Es por esa chica verdad? -dijo débilmente- Ojalá tanto su bebé como ella mueran -susurra
mi rostro se oscureció al escuchar sus palabras cargadas de odio hacia Mia y los bebés, no me pude contener más y con mis manos golpeo su pecho haciéndola caer nuevamente en la cama
me subo encima de ella y con ambas manos rodeo su delgado cuello asfixiandola
comienza a golpearme débilmente con sus manos y sus piernas, pero aún así no logra separarme de ella ni un solo centímetro, solo logra que empiece a ejercer más presión sobre su cuello hasta que deja de moverse
me separó de ella y me siento en la orilla de la cama olvidandome por completo de la situación en la que está Mia
la puerta se abre al instante y cuando giro mi cabeza veo a Abel quien me mira con preocupación
--Parker esta teniendo un aborto
esas palabras me devolvieron a mi realidad, así que me puse los zapatos rápidamente y antes de cruzar la puerta y salir de la habitación le pido a Abel que se deshaga del cuerpo de la chica, a lo cual, sin tener otra opción, acepta
--¡Dónde está Mia! -grite con desesperación al no verla por ningún lado
--Tranquilícese por favor -pidio Abel bajando las escaleras- Adam tuvo que llevarla al hospital
--¡Carajo! --me exalte- ¡¿Cómo carajos se les ocurrió hacer éso?! -pregunte al mismo tiempo que tomaba de la camisa a Abel
--No pretendía que la dejáramos agonizando del dolor ¿cierto? -frunce el ceño
--Pudieron hablarle al doctor Gutiérrez -suelto un suspiro antes de rascar mi nuca- Seguramente le dira al personal del hospital que está secuestrada una vez que se recupere
--Señor, creo que eso es lo que menos importa en este momento -responde con tranquilidad
--¿Qué quieres decir con eso?
--¿Acaso no le preocupa el estado de Parker ni el de sus bebés? -me interroga
--Claro que me importan
--Pues su actitud tan egoísta dice otra cosa -pone su mano sobre mi hombro- Tanto Mia como los bebés pueden morir...
••Mia Parker••
Moví la cabeza de un lado a otro ligeramente mientras abria los ojos
parpadeo un par de veces tratando de que mis ojos se ajusten a la luz del lugar y cuando al fin lo hacen me percató de que estoy en una habitación de hospital
delante de mi hay un doctor junto a una enfermera
--¿Cuál es su estado? -pregunta el doctor
--Esta muy grave -responde- De milagro sigue con vida
--¿Y los bebés?
--Siguen con vida -suelta un suspiro- aunque no hay muchas esperanzas para esos dos angelitos -se sincera
--Pobre chica -imitó el doctor mientras negaba con la cabeza lentamente --Es muy joven como para estar viviendo algo así
--Así es -dice al favor de él- Debe tener algunos 17 o 18 años, es una niña aún
cuando la enfermera gira su cabeza hacia mí se da cuenta de que estoy despierta
--Esta despierta -le informa a su jefe
--Ya sabes que hacer -dijo el hombre con bata blanca
la chica estaba por acercarce a mi cuando es interrumpida por unos fuertes golpes en la puerta
--Quiero ver a Mia Parker -escucho cuando la enfermera abre la puerta
--Señor disculpe pero no es horario de visitas
--Necesito verla -hace una pausa y luego agrega- Por favor, necesito verla, déjeme pasar
la enfermera se queda en silencio total, probablemente tratando de decidir si dejar pasar a aquel hombre o simplemente negarle la entrada
antes de que ella pueda responder aquel hombre entra a la habitación del hospital
al verlo me quedo paralizada nuevamente, mi pulso cardíaco aumenta y eso se hace notar gracias al monitor que chequea constantemente mis signos vitales
--Señor por favor salga de la habitación -ordena el doctor
--¿Acaso no sabe quién soy? --Elias se acerca a él- Soy Elías Walton
al doctor, quien ignoraba la situación y se concentraba en revisar un par de papeles, se le pone la cara de un tomo pálido, como si hubiera visto un fantasma
--Dejalo pasar -toma a su compañera de trabajo del brazo
--Pero...
--Es mejor no meternos en problemas con un miembro de los Walton, todos los conocen por ser la familia de mafiosos más temida del país -susurra tratando de no ser escuchado, pero sus intentos son inútiles --Disculpe señor, puede ver a la paciente el tiempo que guste -le sonríe- Nosotros nos retiramos
Elias les dedica una sonrisa de victoria mientras yo les suplico con la mirada que no me dejen a solas con este maníaco
las pisadas de Elías resuenan por toda la habitación mientras camina lentamente hacia el sofá color negro
--Mia...
--Pudimos haber muerto los tres -respondi evitando su mirada
--Lo sé y lo siento mucho -dijo arrepentido
--Ya no importa -respondi
--No -se levanta del sofá- Claro que importa, te deje sola cuando me necesitabas
su mano tibia y suave sujeta la mía con fuerza
cuando giro mi cabeza por primera vez para verlo me doy cuenta de que una que otra lágrima resbala por sus mejillas
nunca había visto a Elías tan vulnerable
--He echo de tu vida un completo asco -suelta un sollozo y luego continúa- Te secuestre para mí conveniencia, te separé de tu familia y de tus amigos, te obligué a estar embarazada, te lastime cuando prometí no hacerlo y cuando me pedías ayuda a gritos simplemente te ignore
sus palabras llenas de dolor mezcladas con sus lágrimas me dicen que realmente está arrepentido
--Joder, perdóname -recarga su cabeza en mi pecho
me quedo callada
--¡Dime qué me perdonas por favor! -suplica entre más llantos
mi mano se dirige a su cabello castaño y una vez que está ahí lo acarició lentamente tratando de consolar su llanto el cual ya me empapó la bata del hospital
el silencio reina en la habitación, pero es un silencio tranquilo
aún no se que responderle a su "perdóname"
cuando me golpeaba siempre me pedía disculpas y al día siguiente tenía nuevos moretones en el rostro
¿si lo perdonó esta vez volverá a ignorame cuando necesite su ayuda?
