Capitulo 1: El secuestro

Abro los ojos lentamente y aunque la luz en la habitación es tenue (casi nula) puedo distinguir a tres figuras frente a mí las cuales al parecer traen consigo armas

trato de hablar, pero los nervios no me lo permiten, además, tengo sobre mi boca un poco de cinta la cual seguramente fue colocada por esos hombres

--Ya despertó -dijo uno de ellos -Llama al jefe

¿al jefe?, ¿quien carajos es el "jefe"?

trato de moverme, pero es inútil, estoy atada tanto de los pies como de las manos

--Tranquila chiquita -escucho sobre mi oído- Estás aquí por un bien común

¿un bien común?, dios, cada palabra que dicen estos hombres solo me confunden aún más

dos de ellos se alejan un poco de mi y comienzan a hablar, mientras que otro va en buscá del "jefe".

A pesar de la distancia puedo escuchar la conversación, la cual sin duda alguna gira entorno a mi

--Al jefe le encantará tenerla aquí -escucho

--Sin duda no se equivocó en pedir a una chica tan sexy como ella -me señala

ambos se quedan callados cuando las luces de la habitación se encienden, ahora puedo ver con más claridad, estoy en una especie de bodega algo espaciosa, además, ahora veo a la perfección a aquellos hombres que hablaban de mi, uno es calvo completamente, estoy segura de que podría ver mi reflejo sobre su calva, y el otro tiene el cabello largo y de color negro, si soy sincera el cabello de él se ve mejor cuidado que el mío

la puerta del lugar se abre detrás y es cuando empiezo a temblar de nuevo, mis manos vuelven a empaparse de sudor y mi puslo cardíaco aumenta aún más

--¿Es ella? -escucho detrás mío

la voz que escucho es gruesa y suena amenazante, tanto que me eriza la piel de una manera increíble

--Así es jefe, es ella -responden a la pregunta

--Es perfecta

cierro los ojos con fuerza mientras escucho que aquél sujeto se acerca lentamente

--Abre esos hermosos ojos azules nena -susurra

abro los ojos lentamente para revelar que yo no soy la chica de ojos azules que se menciona, mis ojos son marrones, el color más común

--Soy Elías Walton -dice al mismo tiempo que empieza a retirar la cinta de mis labios- Tú eres Emily Johnson, ¿cierto?

--No -dije con miedo- Soy Mia Parker

Elias me da la espalda al instante y golpea con fuerza una pequeña mesa haciendo que yo salte del susto

--Carajo -expresa antes de caminar hacia uno de sus hombres- Ella no es Emily Johnson

--Claro que lo es -aseguro con certeza- La estuvimos siguiendo y...

--¡Ella es Mia Parker, no Emily! -grita

--Igual es linda, incluso más que la chica que ordeno -responde el calvo tratando de controlar la ira de Elías, quien inmediatamente golpea su nariz haciendo que empiece a sangrar

él me vuelve a mirar, pero esta vez con furia, tanto que temo por mi vida pues no sé de qué sea capaz este tipo

--Da igual -se acerca a mi de nuevo después de soltar un gran suspiro

--¿Qué me harán? -pregunto con la voz débil

--Tranquila nena -pone uno de mis mechones de cabello detrás de mi oreja- Yo no te haré nada, y tampoco lo harán Abel y Adam, al contrario, ellos te cuidarán de ahora en adelante

--¿Entonces por qué me tienen aquí atada? -dije con el ceño fruncido

--Hubo una ligera confusión-responde- Pero aún asi me sirves

--¿Servirte? -levanto una de mis cejas

--Se que ahorita no entiendes nada -pone una de sus fuertes manos sobre uno de mis muslos- Pero yo te voy a explicar

Elias se aleja un poco de mi, toma una silla ubicada en la pared blanca de la bodega y se sienta a un lado mío y baja la mirada hacia sus zapatos

--Eres joven, debes tener 19 o 20 años

--Tengo 17 años -dije corrigiendolo

--Más joven de lo que pensé -susurra

--¡Dime de una maldita vez por qué me tienes aquí! -grite con desesperación

--Shhh -pone su dedo índice sobre mis labios finos- Guarda silencio o realmente me conocerás enojado

empieza a retirar su dedo sobre mis labios, sonríe antes de recargar su espalda por completo en la silla y me mirá fijamente con esos ojos verdes esmeralda tan llamativos

--Llevaras a mi futuro hijo en tu vientre...

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