Emma Davis de 22 años de edad, Recién graduada de administración de Hostelería en la Universidad de Nevada en las Vegas, una chica alegre entusiasta con una belleza única que realza con su inocencia y carisma, proveniente de Jackson Hole.
Su Sueño era lograr trabajar en unas de las dos cadenas hoteleras en la Vegas "Excellence Hotel Complexes," o "Hotel Chain Nevada", veremos que le depara el futuro cuando en una noche le cambié la vida.
Daryl Thomson de 30 años es uno de los herederos de una de las familias más poderosas del país, además cuenta con un atractivo que ninguna mujer puede resistir con su 1.87 de estatura su cuerpo bien trabajado, y sus ojos azules que hipnotiza a cualquiera, es Ceo de Excellence Hotel Complexes, uno de los complejos hoteleros mas grandes del país, con hoteles en 39 estados. Por presiones familiares cometerá un error.
Una sola noche basto para cambiar su vida
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Capítulo 2
Emma estaba emocionada por la fiesta de graduación, si no estuviera Andrés, ella no asistiría.
Su paso por la Universidad no fue muy sociable, ella se dedicó a estudiar; era la mejor de su clase, no iba de fiesta a ningún tipo de reuniones que se realizan en la universidad, no tenía tiempo entre los estudios y su trabajo en hotel chain nevada, donde trabajaba no por necesidades económicas, sino por ganar experiencia. Eso causaba una especie de envidia entre sus compañeros.
Cuando pasó lo de Jonathan, era la primera vez que ella se permitió salir con alguien y terminó mal, era una apuesta. ¿Al preguntarle a su supuesta amiga Sara por qué? Se unió a él para hacerle daño. Su respuesta fue: hay que quitarte tanta perfección.
Andrés la pasaría buscando, ella se había comprado un vestido muy bonito, es realmente hermosa.
Ámber le dice. Emma, eres preciosa, hoy seguro Andrés te pide ser su novia.
Eso espero, dice Emma emocionada.
Emma, y si él intenta algo más, contigo estás dispuesta.
¡No claro que no! Responde Emma de manera tajante; no está preparada para entregarse a él.
Andrés pasa por Emma, estás preciosa, qué afortunado soy.
Al llegar al salón de eventos, era perfecto, la decoración blanco negro, el cuidado de los detalles simplemente excelente. Este era el hotel de la competencia, alguna vez deseo trabajar aquí.
El salón estaba repleto, a lo lejos Emma visualizó a Jonathan con su supuesta amiga Sara, tenían una cara de satisfacción, Emma no entendió por qué, menos mal no estaba sola, Andrés la acompañaba, la noche era animada, todos en la pista bailando.
Emma notó que Andrés le ofrecía licor. Ella nunca ingería alcohol, él lo sabía. Toma un poco, Emma, tu graduación es un día especial.
No, Andrés;
anda un poco.
Para no parecer aburrida, tomó un poco solamente y comenzó a sentirse extraña.
En su suite Daryl ya le hacía efecto el alcohol, tenía casi toda la tarde tomando tragos, reflexionando cómo era posible que ha dedicado su vida a estudiar, a trabajar para que el complejo hotelero sea el mejor del país, si es cierto, que es un negocio familiar, pero desde que tomó las riendas como CEO principal, ha logrado posicionarse en los primeros del país. Por eso no comprende a su abuelo David, que quiere gobernar su vida. A veces piensa renunciar y seguir por su cuenta. Ya tiene otras empresas propias, pero se le hace difícil ver destruido todo lo que la familia ha trabajado por generaciones al dejar que sus primos tomen el control.
En ese momento llaman al teléfono de la suite; respondió: si muchas ganas, dígame.
Sr. Thompson, le informo que va subiendo para su suite su prometida, la señorita Penélope Robert.
Daryl no sale de su asombro, ¿por qué lo permitieron?
La señorita se molestó y no quiso esperar.
Daryl piensa rápido, toma una chaqueta y sale de su suite.
No están los guardaespaldas, los había mandado a retirarse. Baja por la escalera, baja un piso, espera unos 10 minutos, dando tiempo a que Penélope llegue a su piso, luego toma el ascensor y baja.
Está muy preocupado.
Como es posible que ya se presente como su prometida, de seguro su abuelo lo metió en matrimonio sin su consentimiento, va hablando y vociferando, al llegar a recepción pide un auto, le notifican que hay una limusina lista en la entrada, no pensó mucho, él no estaba en condiciones de conducir, no sabía a dónde iba, solo quería alejarse de Penélope.
Esto no se va a quedar así, abuelo David.
El chófer le abre la puerta.
En el salón de eventos. Emma se siente mareada, va al baño, no sabe qué le sucede, está ebria con una sola copa, sale del baño en busca de Andrés, pero decide tomar un poco de aire para ver si se le pasaba este mareo.
Cuando está recostada en la pared haciendo respiraciones profundas para sentirse mejor, escucha voces conocidas, en Sara, Jonathan y Andrés. Andrés no puede ser.
¿Qué hace con ellos?
Pero logra escuchar, bueno, Andrés, falta poco, ya le colocaste la ** en la bebida, hoy tienes que hacer la tuya, vamos a ver si sigue tan perfecta y santa como se quiere hacer ver.
Sí, Sara, pero no fue mucho, quiero que esté consciente cuando le quite su virginidad. Todo está listo para grabar en la habitación, y dice Jonathan: ya sabes, Andrés, que si no lo logras, tú no trabajarás en la empresa de mi padre.
Emma no podía con tanto; otra traición. ¿Por qué?
No entendía, porque ellos la tenían contra ella. Como pudo comenzó a caminar, pero lloraba sin poder contenerlo. Corrió, como pudo, no podía dejarse ver por ellos.
Salió tambaleándose del hotel, vio a todas partes y vio una limusina estacionada. El chófer sostenía la puerta, sin pensarlo ingresó adentro.
Al momento de ingresar Daryl en la limusina, siente que es empujado. Cuando voltea, ve a una joven que pasa. (Pensó que era un asalto, se asustó porque nunca anda sin guardaespaldas), la chica le dice: por favor, señor, sácame de aquí.
Al detallar a la chica, exclama que hermosura de joven; le hace seña al chófer indicándole que emprenda la marcha.
El chófer, rápidamente, se dirige al volante y pone en movimiento el vehículo.
Daryl, confundido por el alcohol, no sabe qué hacer, trata de hablar con la joven, pero ella está igual de ebria que él. (Eso cree Daryl).
Daryl saca una botella de champán del bar de la limosna, sirve una copa, toma tranquilízate, no debería tomar así.
Emma entra apresurada a la limusina cuando choca con alguien. Lo veía un poco borroso, pero a pesar de eso sabía que era un hombre imponente. (ella piensa que estoy soñando).
Le pide por favor, señor, sácame de aquí.
El carro se pone en marcha. Ella tenía mucha sed. Él le ofrece una copa de licor.
Emma se siente rara, se toma la copa de un solo trago, está experimentando unas sensaciones que nunca había sentido, detalla al hombre y lo ve perfecto, dice eres real.
Él ríe.
Puedo ser tu fantasía.
Daryl se sirve una copa y se la toma. Esta chica lo hace relajarse un poco olvidando la molestia.
Le sirve otra copa a ella, la cual toma de un solo trago nuevamente.
Él se siente que llegó al límite de ebriedad y quiere parar.
Ella le dice: deme otra, tengo sed. Él le da otra copa, ella se toma de una vez y luego ve la botella en la mano, se la quita y toma directo de la botella.
Daryl no se imagina que a Emma le colocaron algo en la bebida.
Él le pregunta por qué siendo una chica tan bonita, te pones tan ebria. No tienes conciencia de que te puede pasar algo malo.
Ella se molesta, no fue mi culpa, dice Emma.
Daryl le dice: mira, niña, deberías tener conciencia y no culpar a los demás.
Señor, pare el auto, yo me bajo aquí, no quiero seguir aquí con usted.
No lo voy a hacer, niña, en esas condiciones no puedes andar sola por allí.
No soy una niña, soy toda una mujer y sé defenderme.
En ese momento él se ríe a carcajada.
Te estás riendo de mí. Ya no soporto que todos se rían de mí.
Tranquila niña, cuando le dijo así, ella le fue a dar una bofetada. Él la aguantó firmemente por la mano, la trajo hacia él y la besó.
El beso fue brusco, pero ella le respondió: estaba un poco confundida, pero le gustaban las sensaciones que estaban sintiendo, eran fuertes. Era la primera vez en su vida que la sentía, no sabe si era por** o porque ese hombre que le hacía tener reacciones que ella nunca había experimentado.
Ella quería seguirlo besando, que no parara.
Él estaba extasiado y no quería soltarla.
De repente ella comienza a gritar: no, no...
Para el auto me tengo que bajar, me tengo que bajar.
No te voy a dejar sola, él, con la respiración todavía entrecortada, no la iba a dejar ir.
Usted se equivoca conmigo, yo no soy una cualquiera.
Daryl estaba excitado por la combinación de licor y la exaltación que le producía la chica, no la quería dejar escapar.
Él dice: no me salgas ahora, que para poder pasar la noche contigo tengo que casarme.
Nunca estaría con un hombre, si no estoy casada.
Yo necesito una esposa para casarme.
Ella responde: vamos.
Daryl ni Emma están conscientes de lo que están haciendo, él está ebrio y ella con ** y el licor, una combinación que no la hace pensar, además del deseo que está sintiendo por primera vez por un hombre.
Daryl le dice al chofer: vamos a una capilla.
Cuando se bajaron de la limosna, él llevaba otra botella en la mano, tomaba directamente de la botella, ella se la quitaba y también tomaba, se abrazaban, se besaban hasta que llegaron a la capilla.
Casi no se podían sostener en pie, solicitaron a alguien que los casara, dieron sus identificaciones y se casaron.
Saliendo de la capilla, él le decía: ya somos esposos, esposa, tenemos que consumar nuestro matrimonio, y ella sí.
Al salir, el chofer le abre la puerta; ellos, sin inhibiciones, se besaban en el asiento de atrás.
Él se refería a ella: ahora eres mi mujer.
Sí, esposo, respondía ella.
El chofer lo llevó directamente al hotel. Al llegar, los guardaespaldas estaban afuera del hotel, lo vieron salir con la chica de la limusina, lo ayudaron a salir.
Él le decía yo puedo solo, lo guiaron a la suite a los dos.
Comenzó a besarla con pasión. Ella, entregada, no quería que aquel sueño se desvaneciera. La intensa caricia de sus labios la llevó a un estado de éxtasis. Despojados de ropa, exploraron cada centímetro de sus cuerpos con asombro y deseo. Para ella, era la primera vez que veía un hombre así y se sentía cautivada.
Envuelto en la magia del momento, su excitación crecía. Cuando él intentó intimar, se dio cuenta de su virginidad. Con ternura, le susurró: "Eres mía y de nadie más, mi amor".
Pasaron la noche entregados el uno al otro, en una conexión profunda y apasionada. La intensidad de aquel encuentro los transportó a un mundo de sensaciones únicas.Pasaron toda la noche haciendo el amor, no tenían conciencia de nada.Sin duda, las *** y el licor l contribuyeron a eliminar cualquier inhibición, especialmente en ella.
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