Estar casada con el amor de tu vida suena como un sueño hecho realidad; incluso si sólo eres un reemplazo de su gran amor.
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Capítulo 21
...Evangeline....
Ésta nueva información me ha dejado completamente anonadada, ¿Daven fue drogado por Caleb? ¿Cuál es el motivo de sus acciones? Sí, no es ningún secreto que encontraba atractiva a Marizza, ¿Pero no sería estúpido confabular para hacer que Daven se quedara con ella?
Tenía muchas preguntas y pocas respuestas, tampoco ayudaba sus confesiones de amor, aunque debo admitir que eran maravillosas. Mí corazón me decía que cediera, pero mí sentido común se negaba a hacerlo.
Daven me llevó a mí trabajo, tenía mucho en que pensar, pero ahora mismo debía trabajar.
—Gracias por traerme... –Dije mientras me dabrochaba el cinturón de seguridad–.
—Llámame cuando sea tu hora de salida, vendré a recogerte.
—No es necesario que hagas eso, mejor ve a comprar un traje y un vestido bonito para el baile de Francesca.
—Sí, voy a ir a comprar un traje y un vestido bonito para mí princesa, pero quiero que mí muñeca me acompañe a hacerlo –sonrió y acomodó mí cabello detrás de mí oreja–. ¿Vendrás conmigo?
Ciertamente no podía confiar en el criterio de Daven al elegir un vestido para Francesca, así que no me queda otra opción que aceptar.
—De acuerdo, iré contigo a buscar un vestido para nuestra pequeña. –Él sonrió victorioso y tomó mí rostro en sus manos–. –Vendré por ti a las once –Sin nada más que decir, él junto nuestros labios en un beso suave y amoroso, no lo aparté pues quería que siguiera besándome por siempre–.
Luego de unos segundos nos distanciamos.
—Ya me voy, te veo pronto. –Besé su mejilla una última vez y salí del coche ingresando a la empresa–.
Al entrar fui directamente a mí oficina, comenzando con mí día laboral como de costumbre. Pero mí mente no podía dejar de pensar en las cosas que Daven me contó.
Pronto escuché unos suaves golpes en mí puerta, levanté la vista y allí estaba James Velasco, y por su expresión me di cuenta que no estaba feliz en absoluto.
—¿Te divertirte jugando a la casita con tu ex? –Cuestionó, mientras ingresaba al lugar. Aquélla burla me hizo enojar, ¿Quién se creía él para hablarme así?–.
—No empieces, James.
—O quizás te divertiste más mientras ese idiota te besaba en frente de mí empresa.
—Basta.
—¿Te divertiste jugando conmigo, Evangeline? –Soltó de repente, ¿Por qué decía eso? Desde un principio le dije que ésto no era nada serio–.
—Nadie jugó contigo, te lo dije muchas veces que ésto era sólo sexual.
—¿Oh? ¿Ahora resulta que sólo fuí una aventura para ti? ¿En serio? Pasamos cinco años juntos, Evangeline, no me vengas con esa mierda de que lo nuestro es sólo sexo únicamente porque tu estúpido ex regresó.
—Es lo único que siempre ha sido, James. Te lo dejé en claro y es tu problema si deliraste algo más. –Él iba a responder, pero la puerta volvió a abrirse revelando al padre del joven–.
—¿Qué ocurre aquí? –Quiso saber el hombre, quien observaba a su hijo con seriedad por el simple hecho de que se encontraba en mí oficina–.
—Nada papá... –Dijo James, mientras se encogía levemente ante la mirada penetrante de su padre.
—Entonces ve a hacer algo productivo. –Ordenó y James asintió, salió rápidamente del lugar, dejándonos solos en el lugar–.
El hombre tomó asiento frente a mí y encendió un cigarrillo mientras sus ojos gélidos estaban sobre los míos, me sentía muy pequeña ante su imponente presencia.
—Sabes Evangeline, hay algo que me está molestando últimamente, y es que no me gustan las mentiras. Pero no puedo evitar sentir que hay muchas mentiras en mí empresa. –Mis manos comenzaron a sudar mientras lo escuchaba, él no sabe que tuve una aventura con su hijo, ¿Verdad?–.
—Odio que me mientan, en especial si son personas a las que les di una mano cuando estaban desamparadas... –Se inclinó sobre el escritorio y soltó el humo hacia mí persona–. Así que, te lo preguntaré una sola vez, ¿Hay algo que quieras decirme?
Tragué en seco y mí ritmo cardíaco aumentó notablemente, tenía que ser honesta, si él mencionaba ésto es porque alguna prueba tenía, así que ya no tenía sentido continuar con el engaño.
—Señor Velasco, yo... –Antes de que pudiera terminar de hablar, su teléfono sonó, al parecer era algo importante ya que salió a toda prisa sin esperar mí respuesta–.
Maldita sea, van a echarme.
...Daven....
Saber que mí muñeca estuvo con otros hombres luego de que se divorció de mí, me causa mucha rabia y celos. Sé que no debo sentirme así, pero es inevitable para un hombre como yo.
Necesitaba saber quién era el hombre que logró atravesar los muros de mí muñeca, así que recurrí a la única persona que podría ayudarme, James Adler, mí mejor amigo.
Conduje hacia su casa y, por fortuna para mí, él estaba ahí. Su esposa, Margaret, abrió la puerta y se vió sorprendida ante mí presencia, no puedo decir que me sorprende su reacción ya que ella es amiga de mí muñeca y debe saber todo lo ocurrido entre nosotros.
—¿Está James? –Pregunté y ella asintió levemente, pronto escuché pasos y miré en su dirección, allí me encontré a mí amigo de toda la vida quién, a diferencia de su esposa, estaba feliz de verme–.
—¿Qué te trae por aquí, hombre? –Quiso saber, mientras me saludaba con un abrazo–. Ven, ven... ¿Quieres beber algo? ¿Tienes hambre?
Entré a su hogar y negué levemente.
—En realidad quiero preguntarte algo. –Tomé asiento en el sofá frente a él y lo observé con seriedad–. ¿Quién es el hombre con el que Evangeline ha estado teniendo una aventura? –Solté la bomba sin esperar a que se preparara, pues todo lo que quería eran respuestas. Él me observó y su sonrisa se borró, su esposa aún estaba ahí y tampoco parecía contenta con mí interrogatorio–.
—No hagas ésto, ella estaba soltera así que no puedes indagar en su vida privada. —Verbalizó James, haciéndome enfadar aún más, aunque sabía perfectamente que él tenía razón–.
—Sé que es así, pero de todas formas necesito saber quién es. Por favor, James, si fuera al revés yo te lo diría.
Él meditó la situación unos minutos y luego soltó un suspiro de derrota.
—Es James Velasco... –Informó, mientras se frotaba la frente con frustración. Aquélla información fue como un balde de agua fría, ¿James Velasco? ¿El niño raro que actuaba como idiota frente a mí muñeca?–.
No sabía si reírme o querer matarlo, seguramente haría lo segundo.
—¿Cómo logró ese perdedor tocar a mí muñeca? –Murmuré para mí mismo–.
—¡Ese niño no me agrada! –Dijo la esposa de James, es obvio que no le caigo bien, pero aún así dió su opinión con respecto a la situación–. Es raro... Tan pronto como vió a Evangeline comenzó a perseguirla, él no es normal, actúa como si estuviera obsesionado con ella, y me preocupa que le haga daño a Evangeline o los niños.
La rabia llenó mí ser nuevamente, sí, ese idiota siempre fue un rarito de mierda, pero si cree que puede hacerle daño a mí muñeca o a mis hijos, entonces está muy equivocado.
Rápidamente me puse de pie y salí del lugar, debía ir a buscar a mí muñeca lo antes posible. No puedo decirle que sé con quién se acostaba, pero ahora estaré más alerta con respecto a ese mocoso.