Un Jefe Pervertido

Soy Marisol Daurella, una simple recepcionista duirna y mesera nocturna de 32 años; madre soltera de una linda niña llamada Isabella Warren y felizmente divorciada de un idiota llamado Osvaldo.

Trabajo en la Empresa Belmonte hace siete meses y mi jefe es un gran señor llamado Eduardo.

Los Belmonte se han dedicado a la confección en cuero hace décadas, pero el señor ya quiere retirarse para dejarle el puesto a su primogénito.

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Como dije antes, estoy felizmente divorciada, ya que a mi flamante esposo se le ocurrió engañarme con su "compañera de trabajo" en una constructora de baja calidad.

Ella resultó ser una mujer prepago y quedó embarazada aludiendo que el hijo es de Osvaldo. Realmente, no me interesa, se equivocó muy feo y esas fueron las consecuencias, ahora deberá hacerse cargo de un niño que tal vez ni siquiera es de él, pero cada uno cosecha lo que siembra.

Llevábamos una relación de nueve años hasta que me enteré de su traición.

Nuestra pequeña hija tiene cinco años y es una ternurita, buena, simpática y capaz de derretir hasta el corazón más duro.

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Osvaldo Warren, 37 años, Español, machista e idiota.

Conoció a su compañera de trabajo porque ella es la secretaria del Jefe y debía entregarles el sueldo en un sobre, así de tan baja calidad es la constructora.

La joven de 23 años sedujo a cada uno de los empleados y con todos tuvo algo, hasta que el peón cayó como un baboso; y es que para él no era imposible, ya que ella era hermosa.

Un día, fueron dos; y dos días, se transformaron en meses juntos, enredados en cualquier lugar, una cama, un baño o el mismo puesto de trabajo en el que ella debía estar.

Su esposa no sospechó hasta que la misma "amante" le dejó mucho perfume barato en la ropa y una marca de Labial en el cuello, pero él ni cuenta se dio.

Después de ahí, todo se terminó, hubo un costoso y arduo divorcio, además de una demanda alimenticia y abandono de hogar para que su antigua familia, estuviera tranquila.

Él, ahora, vive con su actual pareja, la "amante".

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La pequeña Isabella Warren Dourella de cinco años, está feliz viviendo con su mamá y la "tía Amalia" como ella le llama.

Siempre coqueta, amable y solidaria, una belleza que desborda ternura por donde se le mire.

Sabe que su papá y mamá están peleados; y es algo que no le afecta mucho, ya que Osvaldo no se enfocaba en darle mucho amor.

Para mayor seguridad y "tiempo libre" a su madre, ella va a un colegio privado donde la cuidan y educan desde la mañana hasta la media tarde, tal cual sucede con el trabajo de ambas mujeres.

Por la noche se queda al cuidado de su "Tía" porque Marisol debe ir a trabajar como mesera en un importante Restaurante.

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Amanda Sánchez de 33 años, trabaja como secretaria del Vicepresidente en la empresa Belmonte hace dos años, fue quien le hizo la entrevista de ingreso a Marisol y la contrató para el puesto que ocupa.

Desde ahí empezaron a ser más cercanas hasta catalogarse como mejores amigas y se autoproclamó tía de la pequeña Bella.

Dos meses después de conocerse, tuvo problemas familiares y la echaron de su casa por no querer casarse con un viejo que "los sacaría de la pobreza".

Fue entonces que Marisol le propuso vivir juntas y aceptó.