Lauren Rossi, creía tener la relación perfecta con su amado novio, Paul, hasta que lo descubre en la cama su mejor amiga. Cegada por el dolor, Lauren decide ir a un bar a ahogar sus penas en alcohol; lo que ella no sabía que en ese bar se encontraría con el mismísimo diablo, llamado Alexei Kutnezcov.
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Capítulo 22
—Debo admitir que estoy algo impresionado –Dijo Xander, y por su tono supimos que iba a decir una estupidez– ¡Porque dónde Alexei pone el ojo, pone la bala!
—¿Puedes callarte? –Su hermano mayor le dió un golpe–.
—¡Sólo digo que ya vas a tener más de tres hijos y a tus 38! ¿O quién sabe? Pueden ser trillizos como la primera vez, si son trillizos nuevamente, te juro que me moriré de envidia.
—¿No tienes una esposa con la cuál regresar? Ya vete.
Eso llamó mí atención, ¿Mí cuñado estaba casado? No es que esté mal, ni nada eso, es sólo que Xander es un espíritu libre que pasa su tiempo de mujer en mujer, y saber que existe una en específico esperándolo en casa, creyendo que es fiel cuando verdaderamente no es así, es simplemente; triste.
Él simplemente rodó los ojos, restándole importancia.
—Sí, si... Ya me voy. Pero vendré pronto a visitar a mí cuñada.
Al día siguiente, el doctor vino a ver a los niños y, de paso, echó un vistazo a mí embarazo. Afortunadamente todo estaba en órden, pero insistió en que me mantuviera alejada de los problemas y cualquier cosa que pudiera causarme estrés.
Alexei se tomó muy en serio esa advertencia, tanto que mandó a los trillizos con Xander, para que él los cuidara ya que sabíamos que su verdadera madre no lo haría.
Ordenó adaptar la mansión para una mujer embarazada y bebés, porque él estaba segurisimo de que sería más de uno.
Ahora tengo tres meses de embarazo y finalmente comienza a formarse el pequeño bulto en mí vientre. No he visto a los niños y tampoco la academia me ha molestado, por suerte.
Alexei insistió en que me tomara un tiempo de la universidad y yo accedí, ya que no quiero sufrir ningún tipo de molestia debido a mí embarazo. Y sé que si voy a la universidad, tendré que toparme con Paul, y la verdad es que lo último que quiero es ver a mí ex-novio infiel.
Por suerte, no puedo quejarme de nada, mí esposo ha estado demasiado pegado a mí desde que supo lo del bebé. La verdad, es que estaba muy preocupada, sé que Alexei ama a sus hijos, pero no es exactamente el padre del año.
Tenía miedo de que pudiera repudiar a mí bebé, afortunadamente, no es el caso.
—¿Cómo está mí preciosa princesa hoy? –Acaricia mí vientre, mientras se acuesta encima mío y comienza a depositar besos en mí barriga–. Extrañaste a papá, ¿Verdad? Papá lamenta dejarte sola tanto tiempo con la loca de tu madre –Sonrió y continuó frotando mí vientre con suavidad–. Papá promete dejar de trabajar tanto y venir a verte más seguido, porque no puedo dejar a mí princesita sola todo el día, tengo que cuidarte mucho, o te volverás una loca, igual que tu madre.
—¡Alexei Kutnezcov! –Lo regañe, pero él simplemente soltó una carcajada. Sabía perfectamente que sólo bromeaba, pero me gustaba seguirle el juego, amaba verlo actuar como un hombre común y corriente, y no como un jodido Pakhan de la mafia rusa–.
—Sólo digo la verdad, Milashka –Me miró y sonrió descaradamente–. Una vez que la bebé nazca, será mí mundo entero y te volverás loca de celos.
—No voy a ponerme celosa de nuestra hija, además, ella sólo será tu princesa, mientras que yo soy tu reina –Presumí y él rió, tomé su rostro en mis manos, queriendo que me mirara sólo a mí– ¿Verdad, amor? –Quizás sea infantil, pero necesitaba que lo confirmara, deseaba la seguridad que sólo Alexei sabía darme. Como si supiera leer mis pensamientos, tomó mí mano y besó suavemente mí palma, con sus ojos fijos en los míos–.
—No importa cuántas princesas tengamos, sólo tengo una reina y esa eres tú; Milashka.
Ahí estaba, el hombre con el que me case, aquél desconocido que se adentró en mí vida y mí corazón a la fuerza. No con palabras; con acciones. Mí esposo, Alexei Kutnezcov.
—Pero la princesita de papá, es la princesita de papá –Volvio a bromear, mientras besaba nuevamente mí barriga–.
—Creo que alguien está emocionado por tener un nuevo bebé, pero no pienses que es una niña. Aún es pronto para saberlo –Le recordé–. Podría ser otro niño...
—Es una niña, estoy seguro, la princesita de papá –Más besos–. Tendrá a todo el maldito mundo a sus pies, porque de eso me encargo yo.
...★★★...
—¿Por qué no quieren ir con su madre? ¿Hay algo que no me están diciendo? –Cuestionó el tío Xander, mientras tomaba asiento en frente nuestro. Mis hermanos y yo evitamos contacto visual, pero sabíamos que debíamos decir la verdad, de lo contrario, seríamos enviados nuevamente con mamá–.
Miré a mis hermanos, pero ellos miraban al suelo, solté un largo suspiro y miré a nuestro tío, técnicamente soy el mayor, así que debo ser valiente y dar la cara por los otros dos.
—No queremos ir con nuestra mamá, porque ella nos golpea si no hacemos lo que dice –Vi como la expresión del tío se tornaba oscura, mientras su mandíbula se tensaba al intentar mantener la calma–.
—No soy estúpido, sé que le hicieron la vida imposible a Lauren, y también sé que la caída a la jaula de mí tigre no fue un accidente como me dijeron, díganme ya mismo qué fue lo que ocurrió.
Suspiré un momento, mientras pensaba como decirle todo lo que había ocurrido. Más sabía que no había escapatoria, tenía que contarle la verdad y así, tal vez, sólo tal vez, papá no nos envíe de regreso con mamá.
—Mamá y el abuelo nos ordenaron tratar mal a mamá Lauren, para que ella deje a papá y así nuestra mamá podría casarse con él. El abuelo dijo que Lauren es una amante que se metió en la relación de nuestros padres, y por eso merecía ser castigada. Además, mamá siempre nos golpea mucho cuando ve fotos de papá y Lauren juntos.
—Creímos en las palabras de ambos, porque el abuelo dijo que papá no nos va a querer si está con Lauren, por eso nos envía lejos siempre que puede –Intervino Reegan–. Cuando la empujamos a la jaula, no queríamos que muriera, pero sí que se asustara, así se alejaría de nuestra familia y estaríamos felices. Pero nunca pensamos que le diría a papá que nos enviara con nuestra madre y, lo que es peor, no creímos que él realmente le haría caso a ella.
—Bueno, ella es su esposa –Dijo Xander–.
—Somos sus hijos –Insistió mí hermano, con notable irritación en su hablar–.
—Unos hijos no muy bien portados, ¿Verdad?
Todos guardamos silencio de nuevo, era cierto, no somos exactamente el sinónimo de niños buenos.
—Nosotros tuvimos mucha fiebre hace poco... –Comenzó Eos, con sus ojos fijos en el suelo, sin atreverse a levantar la vista–. Lauren fue a buscarnos y nos dió medicina, incluso nos dejó dormir en la casa de papá, creí que ella estaría molesta con nosotros.
—Oh, créeme, ella estaba muy molesta con ustedes –Dijo Xander, mientras se cruzaba de brazos y su expresión se suavizaba–. Pero ella es una buena mujer y, por muy molesta que esté, nunca abandonaría a los hijos de su esposo.
—Pero ahora no nos quiere cerca...
—Porque ustedes no fueron buenos con ella, ni siquiera le dieron una oportunidad a la mujer de su padre, es normal que no quiera verlos, en especial ahora –Se calla un momento y luego sonríe–. Pero, podrían comenzar pidiéndole disculpas.
—¿Dices que ella nos perdonará? ¡¿Tal vez nos dejará vivir con papá?! –El entusiasmo de Eos era contagioso, más no dejamos que se notara la esperanza en nuestros ojos–.
—Digo que pueden intentarlo, ya si Lauren los perdona o no, es asunto suyo.
El tío Xander se puso de pié y comenzó a caminar hacia la salida.
—¿Qué están esperando? Vamos a buscar a su madrastra.
Rápidamente fuimos tras él, teníamos que disculparnos con papá y su esposa. Obramos mal, ahora lo tenemos claro, así como también comprendimos que no queremos que Lauren nos odie, porque ella es una buena señora.