El Heredero del Imperio de la Mafia

¡Eso es un cheque por valor de 100 millones de dólares!

¡Ethan nunca había visto tanta cantidad de dinero antes!

"Creo que deberías tomar esto. Hasta que puedas volver a tu posición como Dominus, es posible que lo necesites".

Zoey miró hacia donde Ethan se había ido con una expresión de preocupación. Se preguntaba qué estaba pasando dentro y por qué Ethan había tardado tanto en salir.

Mark de repente se echó a reír. "Parece que el mocoso está sintiendo las consecuencias de sus actos".

Jack se unió a la risa. "Es una pena que ni siquiera pueda disfrutar de su esposa antes de su muerte", se burló Jack.

Jeny, que estaba de pie no muy lejos de ellos, también sonrió con cinismo. "No me sorprendería si muriera. Un plebeyo como él ni siquiera merece estar en este lugar".

El corazón de Zoey dio un vuelco al escuchar sus palabras. Bueno, era algo que Harold podría hacer.

"¡Vamos! El señor Harold no tolera basura como él. No se le permitirá vivir", Mark de repente tomó un vaso de jugo. Tomó un sorbo y volvió a reír. "Por alguna razón, el clima es agradable".

"¡Vamos!", Jack fingió seriedad. "Este es un clima terrible. ¡Hasta un perro podría morir!"

Jeny intervino con un tono agudo: "Creo que sería mejor que simplemente muriera, al menos Zoey no tendría que avergonzarse cada vez que lo presenta como su esposo".

Los tres se echaron a reír a carcajadas mientras Zoey sentía que sus pies se congelaban. Su cuerpo temblaba al pensar en la posibilidad de convertirse en viuda apenas un día después de ser declarada casada.

"¡No llamen perro a mi esposo!", respondió Zoey. No pudo contenerse más.

Jack la miró. "¿Entonces qué es? En mi opinión, incluso un perro es mejor que él. Y el señor Harold puede reconocer eso desde lejos.

"Es cierto", apoyó Mark. "¡Quién no sabe que a Harold no le gustan las tonterías! Ethan es un rufián y merece morir", sonrió levemente, sintiéndose orgulloso de sí mismo.

"Y no seas tan dramática, Zoey", agregó Jeny mientras ponía los ojos en blanco. "Sabes que él no es nadie. Tu vida sería mucho mejor sin él".

La puerta se abrió de repente y todas las miradas se dirigieron hacia allí.

Para sorpresa de todos, Ethan salió con Harold, sin ninguna herida.

La sorpresa dejó a Mark, Jack y Jeny sin palabras e inmóviles durante unos momentos mientras veían a Harold y Ethan caminar hacia ellos.

Los ojos de Mark se abrieron como platos. "¿Qué demonios?", murmuró en un tono grave mientras apretaba la taza con más fuerza. "¿Por qué el señor Harold no lo mató? Parece que ni siquiera lo tocó".

Jack arqueó las cejas con incredulidad. "Estoy tan sorprendido como tú. ¿Por qué estuvieron tanto tiempo en la habitación y ni siquiera le sangró la nariz?", se quejó.

"Esto", Harold comenzó a hablar mientras se acercaba a ellos, con una sonrisa brillante en su rostro. De hecho, se podría decir que estaba feliz. Lo único que no entendían era qué lo hacía feliz. "Este es Ethan, hijo de uno de mis amigos".

"¡Qué demonios!", Mark casi gritó, pero se contuvo de inmediato. Sabía quién era Harold y nunca se atrevería a ofenderlo. Rápidamente miró a Jack. "¿Cómo es posible que ese plebeyo sea hijo de alguien que Harold conoce?"

Zoey también se sorprendió por la revelación y se sintió un poco aliviada de que su esposo no fuera completamente un pobre hombre. Aún así, era sorprendente que Ethan viviera en una casa así.

Luego concluyó que tal vez la familia de Ethan se había arruinado. Incluso si ese fuera el caso, solo demostraría que el padre de Ethan no era tan rico como la familia Brown. Y, por supuesto, no tan rico como Harold.

"Y sí", continuó Harold. "Todos deberían disfrutar de esta fiesta", anunció alegremente y se alejó.

"¿Qué acaba de pasar? ¡El señor Harold ni siquiera lo echó! ¿Se le olvidó que le dije que Ethan es un rufián? ¡Una vez me rompió la nariz!", dijo enojado, luego miró a Jack. "¿Y ahora qué hacemos?", se quejó con miedo.

"¡Vamos!", Jack le dio un codazo a Mark. "Ethan no es tan cercano al señor Harold. Es imposible que lo sea. Quién sabe, tal vez sea su hijo adoptivo".

Jeny se acercó con una expresión desdeñosa. "O tal vez solo lo está utilizando. Sabes que al señor Harold a veces le gusta mostrar una falsa simpatía a gente pobre como esa por alguna razón".

Mark también asintió y la sorpresa desapareció repentinamente de su rostro. Volvió a tomar su vino cómodamente. Observó a Harold que desaparecía entre la multitud.

"¿No les parece que hay algo extraño?", dijo Jack de repente. "Harold se fue así como así. Eso significa que no le importa mucho".

Mark arqueó las cejas y miró a Ethan y el traje que llevaba puesto. Era uno de los trajes más baratos de la fiesta.

"¿Cómo podrían estar conectados? ¿Cómo es posible que ese idiota sea conocido por el señor Harold?", Mark todavía parecía incrédulo.

Jack se encogió de hombros. "Como dije antes, no creo que sean tan cercanos. Si fueran cercanos, ¿creen que el señor Harold no nos habría echado de inmediato?", aseguró.

"Es cierto", respondió Jeny. "Si Ethan realmente valiera algo, no se le permitiría estar de pie solo así en medio de la fiesta. Miren, hasta Zoey se avergüenza de estar a su lado".

Mark vació el vaso que tenía en la mano. "Sí, tienes razón".

"Además, parece que a Harold ni siquiera le agrada un poco. Tal vez lo odie desde el principio. Si Ethan fuera realmente alguien que le agrada, seguramente no lo dejaría así como así. Intentaría ser más cercano a él".

Mark finalmente asintió. "Tienes razón. Esto prueba que al señor Harold no le agrada Ethan".

Ethan lo recordaba todo ahora. De hecho, cada vez aparecían más imágenes de sí mismo en su cabeza. Recordaba lo bueno que era en la lucha. Pero la situación actual le exigía seguir ocultando su verdadera identidad.

Sin embargo, no podía dejar de pensar en la pérdida de su padre y Paul. Ethan los extrañaba mucho. Se preguntaba cómo había logrado sobrevivir. ¿Recibió tres disparos y aún así sobrevivió? Parecía un milagro.

Al ver que Ethan estaba bien, el cuerpo de Zoey volvió a congelarse. Intentó actuar como si no le importara y puso una expresión fría en su rostro.

"Pensé que no ibas a volver a salir", dijo Zoey con frialdad.

Ethan sonrió. "¿Te preocupaba por mí?"

Zoey tomó un vaso de agua. "¡Para nada! Pero debes tener cuidado si aún quieres vivir", murmuró.

Mark y Jack volvieron a acercarse. "Parece que el niño no está recibiendo el trato que quería", se burló Mark.

"¡Estoy seguro de que no es un niño mimado!", Jack se echó a reír.

Jeny cruzó los brazos. "Nunca será nadie a nuestros ojos. No importa cuánto Harold intente fingir".

Mark se unió a la risa y sus ojos rápidamente examinaron los alrededores. "¿De qué estaban hablando adentro?", preguntó con curiosidad.