📚¡UN CEO! ¿DE PADRASTRO?
Él guarda una venganza.
Ella, un pasado que no la deja en paz.
Valentina es madre soltera y ha aprendido a sobrevivir en silencio.
De noche baila bajo luces artificiales de un club, ocultando su nombre, identidad y su dolor.
Todo su mundo se pone de cabeza cuando empieza a trabajar como secretaria del CEO más reconocido del país, mientras lucha por salvar a su hija enferma.
El amor es un lujo que no puede permitirse... o eso creía.
Armando Garza, frío, calculador y poderoso, tiene un solo objetivo: una venganza .
Pero su mundo perfectamente controlado se tambalea cuando una pequeña empieza a llamarlo “papá”...
Y cuando sus días se entrelazan con los de Valentina, la mujer que nunca debió cruzarse en su camino.
El deseo será inevitable.
El peligro, constante.
Y el pasado... letal.
¿Podrán amarse entre secretos, traiciones y mentiras?
¿Podrán forjar otra historia o su futuro ya está escrito?
Una novela con temas sensibles. No apta para todo público.
NovelToon tiene autorización de Frida Escobar para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Una tarde muy triste.
Lo evado saliendo de la cocina.
—Vamos, tenemos algo por hacer
Le digo a mi hija cuando recuerdo la cita al doctor, aún falta pero quiero ir a cambiarme.
Y al verme seria ella apaga la televisión.
—¿Mañana podemos venir?
Me pregunta.
—No y vamos.
Salgo con ella pero el elevador no avanza, ni las puertas cierran.
Armando entra con nosotras y mete su llave haciendo que esté avance.
Quiero llegar para hablar con Trini.
Salimos y camino con mi hija rápido.
—Adios Papi.
Le dice a Armando y el le dice adiós, y se que le divierte por qué me mira divertido.
Paro un taxi y subo rápido con ella en mis brazos.
—Mami te ves muy enojada.
Me dice y no le digo nada, cuando llegó pago al taxi y me voy directo a casa de mi tía.
Entro y ella me saluda.
—El señor Julián me dio tu recado, así que traje tu carro, ¿como te fue en esa comida?
—¿Tia dónde está Trini?
—Está en su habitación.
—Necesito hablar con ella.
Mi tía asiente y se queda con Emma.
Camino hacia su habitación encontrandola hablando por celular.
Cuando me ve termina la llamada.
—Hola, ¿cómo les fue?
—Trini, siempre te he agradecido el que veas a mi hija y te pago pero siempre la cuidas como una hermana, no lo ves como trabajo y está bien, te lo agradezco. Sabes que nunca he estado decepcionada de ti, pero ahora me siento defraudada.
Ella me mira sorprendida.
—Vale.
—Dejame terminar. Te lo dije la otra vez y creí que lo habías entendido, que no quería problemas y Emma ahora dice la palabra de novios y besos, y ni siquiera entiende el significado, veré como hacerle para que en la mañana vaya a clases y en la tarde veré la forma de que alguien más la cuide.
Trini empieza a llorar y me acerco a abrazarla.
—No llores, entiendo que eres joven aún.
—Te prometo cuidarla y ya no decirle cosas así. La cuidare bien.
—Quiero que te enfoques en tus estudios, de Emma me encargo yo.
La puerta se abre y entra mi tía.
—¿Que hizo Trini?
Pregunta enojada.
—Nada tía solo que es algo que ya venía pensando, quiero que Trini se enfoque en sus estudios.
Salgo de la habitación y mi hija está comiendo.
Me ve triste.
Espero que termine de comer y salgo de la casa de mi tía.
Entramos a la nuestra y me quito las zapatillas.
Ella sube las escaleras casi corriendo pero a mitad de ellas paso los peores segundos de mi vida, Emma se detiene y puedo ver cómo su cuerpo colapsa, corro llegando a tiempo y en mis brazos la saco de la casa.
—Tia.
Grito y mi tia sale con su mandil al mismo tiempo que Trini, quien corre hacia mi carro que abre y me subo con mi hija mientras convulsiona en mis brazos, y yo la pegó a mi pecho como si se me fuera a ir.
Mi tía maneja y Trini no deja de llorar.
—Mi amor, resiste, mi vida.
Le digo con un nudo en la garganta y a pesar de que no es la primera vez, me duele como si lo fuera.
Llegamos y bajo descalza corriendo a la clínica donde ya conocen a mi hija.
El doctor de cabecera la recibe y yo esperó en la sala, mientras paso los peores minutos de mi vida.
Mi tía y Trini no dejan de llorar mientras yo no dejo de ver las puertas donde metieron a mi hija.
El doctor sale y camino hacia el.
— Hoy tenía chequeo, ¿verdad?
Asiento ya que la voz no me sale.
—La logramos estabilizar, Valentina el medicamento no le está funcionando, es momento que lo pienses, hay que operarla.
—¿Puedo pasar a verla?
Le pregunto y el asiente.
Entro y la veo somnolienta.
Le acaricio el cabello.
—¿Por que me pasa esto?
Me pregunta y me esfuerzo para no llorar.
— Pronto todo pasara.
—Quiero a mi papi, quiero decir que tuve un papi.
Me dice y le limpio las lágrimas.
— No quiero que estés solita.
Me susurrra y la abrazo.
— Tu compañía me basta, solo eso necesito.
Le digo en el oído.
Escucho que hablan afuera y veo entrar a Armando.
Lo primero que me preguntó es ¿que hace aquí?