Una modista famosa muere en la sala de su casa por una sobredosis de trabajo y despierta en un lugar desconocido además de prometido a un hombre que no ama
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Capitulo 10
Después de despedirme de mi padre salgo de la oficina
Diego: ¿que le pasa princesa?
Mia: ese cucaracho se atrevió a besarme frente a mi padre y Estéfano
Diego: ¿qué?
Mia: necesito saber dónde está su majestad?
Diego: hace unos momentos subió a su caballo acompañado de Miguel y unas tropas por qué escuche a visitar un pueblo que está siendo atacado por bandidos - yo muerdo mi dedo con nerviosismo - no se preocupe princesa de los 60 nobles del imperio más de 40 están de acuerdo con que usted suba al trono de la mano con el emperador - yo asiento
Mia: has que la presión sea más fuerte que no quede de otra que aceptar el intercambio de prometidos
Diego: me haré cargo, pero solo hay un problema, los otros nobles desean presentar sus hijas al emperador -
Mia: arruinarles cualquier estrategia que tengan en mente
Diego: como?
Olivia: yo puedo ayudar en eso princesa - yo sonrió
Diego: ¿cómo?
Olivia: tengo muchas amiga sirvientas si solo hablo con algunas que sirvan en las casas de esas señoritas podremos averiguar los secretos de estás y así arruinarlas - yo la miró con una enorme sonrisa
Mia: me gusta como piensas - veo a Diego - aprende un poco de ella
Diego: ha con que locas he estado conviviendo todo este tiempo? - dice mientras se sostiene la cabeza y niega ante la situación
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Al caer la noche Olivia y yo nos encontramos en mi habitación cuando la puerta sonó
Diego: princesa acaba de llegar su majestad - yo me levanto rápidamente - debe prometerme que regresará antes del amanecer - me río
Mia: no te prometo nada - él suelta un suspiro de resignación
Diego: solo por esta vez hágame caso recuerdo que su padre se queda también en este castillo
Mia: bien lo haré - digo poniéndome mi capa con capucha - ahora vámonos
Diego: otra cosa - dice deteniendo me - su majestad a regresado algo borracho - abro los ojos desde que estoy aquí jamás había visto tomando al emperador - él jamás toma así que fue sorpresas para muchos que regresará de ese modo
Olivia: debe de ser porque vió como esa escoria la beso
Mia: vamos Diego tengo que hablar con él para que no se haga ideas equivocadas - el asiente y asoma su rostro para ver si no hay nadie y comienza a guiarme hasta los aposentos del emperador
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Alan: Arturo ese no es el asistente de mi hija? - dice mirando a Diego escoltando a una señorita encapuchada
Arturo: lo es señor - Alan mira a las das personas
Alan: síguelos y no te dejes ver
Arturo: a sus ordenes marqués - dice para perderse en la oscuridad y así seguir a las dos personas
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Diego: su majestad - toca la puerta
Miguel: ¿que hace por aquí a estas horas? - dice saliendo de la habitación del emperador - ahora mismo el emperador se encuentra indispuesto - Diego inhala profundamente
Diego: ah pues lo comerá con usted - dice alejando al hombre haciendo que este le dé la espalda a la puerta mientras con su mano le hacía señas a Mia para que entrara - era sobre el trabajo que la princesa debe de realizar ella regreso algo perdida en cuando a eso
Miguel: mañana me encargaré de llevárselo ahora vaya a dormir
Diego: y usted irá a dormir - el hombre mira hacia la puerta del emperador
Miguel: lo haré, el emperador ya se tuvo que haber acostado
Diego: bueno como vamos en la misma dirección lo acompaño - Miguel lo ve de mala manera pero acepta y comienzan a alejarse de la puerta mientras que se Mia dentro de la habitación tenía su oreja pegada de la puerta escuchando como se alejaban
Mia: ah se fueron - miró la cama del emperador, pero noto que está vacía - ¿dónde está? - comienzo a caminar por la recámara hasta que veo la ventana del balcón abierta mi mirada se dirige hacia allá y puedo presenciar una imagen que se debería de retratar para que generaciones futuras puedan deleitarse ante la vista (no mejor no que sea una vista solo para mí) piensa mientras ve al hombre leyendo con tenue luz de las velas
Yo me acerco a él al estar en frente de él es cuando esté nota mi presencia y se sorprende
Estéfano: que haces aquí? - yo dejo caer la capa la cual cubría mi desnudez
Mia: me prometió visitar mis aposentos, pero faltó a su palabra así que he venido en su lugar - digo poniéndome de rodillas al frente de él, Estéfano suelta un sonido de sorpresa y me toma del brazo para levantarme y meterme a la habitación
Estéfano: allá afuera puedo haber ojos curiosos - dice cerrando las ventanas del balcón para luego acercarse a mi y comenzar a tocar mi piel desnuda - creí haberte dicho que no deseaba que otro hombre te abrazara menos mi hijo - me toma del cabello y me pega a su cuerpo - y él no te abrazo si no que beso tus labios - me dice en tono molesto rozando su boca con la mía - debo castigarte por permitir que ese hombre te tocará - hace que me ponga de rodillas y desata su bata - ahora chupalo - muerdo mis labios si él supiera lo caliente que me pone cuando se comporta de esa manera
Mia: si majestad - tomo su miembro y lo lamo suavemente para luego introducirlo todo a mi boca y comenzar la felación. Estéfano me sostiene fuertemente del cabello y comienza acelerar el ritmo golpeando en lo más profundo de mi garganta
Y así fue como comenzó una noche llena de placer y gemidos por todas partes no nos detuvimos hasta que no era mi hora de regresar a mi habitación
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Arturo: era la señorita Mia la que era escoltada por el joven Diego
Alan: a donde iban? - Arturo traga grueso y sin levantar el rostro continúa hablando
Arturo: a la habitación del emperador
Alan: que hacia mi hija y Diego a esta hora hablando con él emperador?
Arturo: solo la señorita entro - Alan arruga el cejo Arturo vuelve a tragar y toma fuerza para decir lo demás - luego ví a la señorita con el emperador en el balcón y ella estaba sin nada puesto
Alan: ¿que estás tratando de decir? Escupelo de una vez
Arturo: la princesa heredera y el emperador pasaron la noche juntos