Aiden ha reencarnado en un mundo donde quienes dominan son los alfas y quienes son despreciados son los omegas. Ahora él es un pequeño omega obligado a vivir bajo las sombras debido a la familia del alfa que abusó de él y por consecuencia tuvo un hijo de este, quien recibe crueles tratamientos debido a la falta de feromonas de su padre.
Pero ahora, con este nuevo Aiden, todo cambia, moviendo sus piezas a su favor, logra llevarse a su hijo lejos de esa familia y en busca de crear una medicina que pueda salvar a su hijo, se verá en la mira de personas peligrosas que buscan acabar con su medicina experimental, pero recibirá la ayuda de quien menos esperaba, Barett Durov, el padre de su hijo.
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Capítulo 10
Barett Durov, un Alfa dominante con un gran poder, único heredero de la familia Durov, actualmente maneja todas las empresas de la familia, un Alfa perfecto sin ninguna mancha en su perfecta vida.
Para mantener su descendía, necesitaba un sucesor Alfa perfecto al igual que él, lo que solo era posible al casarse con un@ omega dominante.
Siempre rodeado de mujeres omega para satisfacer sus necesidades, puesto que los hombres le desagradaban sin importar que fueran los omegas más hermosos que pudieran existir.
Hasta ahora solo había cometido un error en su vida llevado por las feromonas, recordaba que la persona que estaba debajo de él ese día era un hombre omega, por lo que se maldijo una y otra vez por haber puesto sus manos sobre un hombre.
Tenía entendido que su madre se había encargado de todo, y no iba a interferir porque no le interesaba lo que ocurriera con ese hombre ni su pequeña criatura.
Barett era conocido por ser un hombre frío, calculador y despiadado con quien interfiriera en su vida.
Era de su conocimiento que había dejado una vida dentro del cuerpo de ese omega ese día, no sabía como había sobrevivido todo este tiempo sin su feromona, de todos modos, no pretendía verlo ni reconocerlo como su hijo nunca.
Era una vergüenza para un Alfa como él tener un hijo omega, sobre todo recesivo.
"Por si algo llegara a ocurrir, lo mejor sería anteponerse a todo, procuraré que nada de esto se sepa, manejaré todo con cuidado, solo tienes que firmar y seguir con tu vida con normalidad", su madre llegó a su oficina con varios documentos en sus manos.
Los documentos tenían escritos la renuncia de paternidad y todo vínculo con el niño que había dado a luz ese omega, además de un documento que certificaba que ese niño no era su hijo, el cual debía ser firmado por ambas partes.
"Yo me encargaré de que él firme", dijo la Señora Iria.
Siempre era bueno ir un paso delante de todo lo que pudiera ocurrir, si a Aiden se le ocurría demandarlos de alguna manera para que Barett se hiciera cargo del niño, o pretendiera entrar a su familia con esa excusa, no lo permitiría y podría demandarlo con estos documentos.
Aiden no significaba ningún problema para ella, pero estos últimos días había estado muy calmado, yendo a su trabajo y volviendo a casa, según los informes, no había vuelto a tener otro ataque cuando antes era frecuente.
Su calma y serenidad la tenían preocupada, se arrepintió varias veces por haberle permitido salir de la casa.
Barett tomó los documentos y los firmó sin siquiera leerlos, eran personas irrelevantes para él.
La Señora Iria guardó los documentos en un portafolio y los envío con su asistente para que se los entregara a Aiden.
"Mañana hay una reunión con varios empresarios importantes, recuerda llevar a Carlota como tu pareja", dijo la Señora Iria mirando a su hijo.
Carlota era la mujer más indicada para casarse con su hijo, como omega dominante y de buena familia, tenían asegurado un descendiente perfecto.
"No soy un niño Madre, no tienes por qué recordarme todo", dijo Barett sin levantar la vista de los documentos.
"Solo quería asegurarme de que no lo hubieras olvidado", replicó su madre.
Mantener una conversación con Barett era casi imposible, no tenía interés en nadie ni en nada, solo se ocupaba de su trabajo y de desestresarse con mujeres por las noches.
Era algo normal para un Alfa dominante el tener varias parejas para expulsar feromonas, por lo que no era mal visto este estilo de vida en ellos.
"Solo procura no faltar", la Señora Iria se levantó del sofá y se fue sin decir nada más.
Barett siguió concentrado en los documentos, nada era más importante que seguir trabajando para crecer como empresa y conseguir poder, nada más importaba en su vida.
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Como de costumbre, después de dejar la empresa, Barett se dirigió hacia el club privado donde solo podían acceder clientes vip.
Ya había varias mujeres esperando en el salón privado preparado especialmente para él, la mujer más llamativa tenía una hermosa y larga cabellera roja que combinaba perfectamente con sus labios rojos.
Carlota Smith, omega dominante, la mujer indicada para casarse con Barett.
Ella se encargaba personalmente de escoger las mujeres que eran del gusto de Barett para que pasaran la noche con él, no tenía problema alguno en que pasara la noche con alguna de estas mujeres, ya que para Barett eran personas que solo usaba para cumplir sus necesidades.
Tenía asegurado su estadía en la familia Durov y además, Barett pasaba su RUT solo con ella, esa era la conexión más fuerte que tenían y nadie podía interponerse.
Cuando la persona esperada se acercaba, Carlota ordenó a las mujeres que se colocaran en orden para que Barett pudiera elegir con comodidad.
"Arreglense bien y sonrían", dijo ordenandoles a las mujeres.
Todas estaban ansiosas por conocer al gran Alfa Barett Durov, esperaron ansiosas para ver a quien escogería deseando ser la afortunada.
La puerta se abrió, la presencia del Alfa era tan grande que pudieron sentir todo el salón caer en un ambiente pesado, lleno de la fuerte feromona del Alfa dominante.
Un fuerte, atractivo y elegante Alfa entró al salón privado mirando a todas con un rostro frío sin emoción.
"Bienvenido cariño, ya todo está listo, puedes elegir a quien sea de tu gusto", dijo Carlota dándole un beso de bienvenida.
Barett miró un par de veces a las mujeres, eligió a la que era de su agrado y salió del salón sin decir nada, la mujer sonrió contenta, tomó sus cosas y salió corriendo detrás del Alfa.
Carlota la agarró del brazo antes de que saliera.
"No intentes nada estúpido", dijo advirtiéndole con una sonrisa.
La mujer asintió y siguió su camino para ir detrás de Barett.
Un Alfa como Barett no era fácil de encontrar, por lo que Carlota siempre escogía con cuidado a las mujeres que podían estar cerca de él, pero tenía que ser precavida siempre.
Después de todo, alguien ya había conseguido tener un hijo de él, pero para su suerte, resultó ser un omega recesivo.
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