Desde que la ví me obsesioné con ella. Era mía aunque no lo sabía y todo lo que quiero lo consigo.
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Capítulo 18
Me encuentro sola en la cama finalmente y puedo estar tranquila para pensar, algo que necesito.
En el cajón de la mesa de noche amanezco mirando todo lo que él dejó para mí en aquel sobre negro. ¿Será posible mostrar todas estas pruebas y que desistan de casarme con ese ser depravado y continuar con mi vida?
Puede salir bien así como mal porque podrían excusar sus comportamientos con alguna frase de las suyas, la más popular y machista "El hombre tiene necesidades" y aún así casarme con él aunque también pueden no hacerlo pero buscarme otro candidato que puede ser igual o incluso peor que el que ya tengo.
También pienso en la posibilidad de ser esclava de un hombre y me dan escalofríos. Las mujeres son criadas para satisfacer al hombre. La mayoría no conoce el placer porque no tienen poder de decisión ni cuando mantener relaciones con su esposo.
Podría ser la prometida de un buen miembro pero aún así mi matrimonio sería de total esclavitud y además tendría que renunciar a trabajar y tener mi propia independencia tanto personal como económica y lo que menos deseo es eso.
También me preocupa tener mi primera vez con éste hombre. No tendría dudas de que buscaría mi satisfacción pero me da mucha vergüenza estar con alguien que me intimida así. A él no le importa nada de lo que yo le diga, le da igual. Si le digo detente sigue y cuando me tiene temblando más le emociona. Aunque hizo otras cosas no ha faltado a su palabra de no entrar en mi pero se que aceptar sería una decisión sin retorno.
Paso el día encerrada y él solo me ha traído comida porque no me atrevo a verlo así que cuando lo escucho venir me meto al baño. No quiero enfrentar lo que pasó.
Llegó la noche y me trajo la cena pero me engañó porque cuando creí que se había ido y se cerró la puerta me lo encontré al salir del baño muy cómodo esperándome con una mirada que me dejó estática en mi sitio
Se acercó amenazante a mí pero aún mantenía su voz serena
-Escuchame bien Elizabeth, estoy siendo paciente contigo y lo sabes muy bien pero no me pongas a prueba y agotes mi paciencia. ¿Te das cuenta de lo estúpido que es esconderte en el baño?
-Perdon yo
-Tu nada, te callas y me escuchas. Cumplí con que no te quitaré esa preciosa virginidad que tanto has guardado hasta que me lo pidieras pero no por eso tienes derecho de evitarme, además de lo ridículo que es eso. Te recuerdo que anoche acabaste esposada y volviste a disfrutar- me enrojeci hasta las orejas y me quedé mirando el piso
-Ahora vas a comer, te darás una ducha y te pondrás esto. Luego vendré a verte. Procura dejar la timidez, la vergüenza y tus prejuicios en la ducha, no los traigas aquí- ¿Lo entendiste?
-Si
Salió de la habitación dejándome sola al borde de las lágrimas. Con el no puedo jugar ni tampoco intentar manipularlo porque siempre va varios pasos delante de mí y además no me permite hacer nada más que enfrentarlo.
Algo me dice que será una larga noche y que lo vivido hasta el momento no es nada en comparación a lo que puede llegar a hacerme.
Ceno y acabo todo lo que está en el plato ya que no quiero que vuelva a decirme nada ni agregarle más cosas a mi penitencia.
Me meto a bañar y al secarme me pongo un conjunto de ropa interior de color celeste junto con un camisón muy simple que llega hasta mis tobillos. Al menos estaré cubierta y la ropa no posee ningún accesorio extraño, lo que me permite respirar en paz y tranquilizarme.
Cuando él entra estoy acostada y tapada hasta la nariz. Pone seguro en la puerta, me ve y ríe
-Tengo una duda querida Liz, si sientes tanta vergüenza ¿Cómo te entregaras a un hombre?
-Se puede apagar la luz
-Bravo!- aplaude- lo que nos gusta a los hombres es ver a nuestra mujer gozando tal como llegó al mundo
-No acepté tener relaciones
-Lo tengo presente pero aún así quiero conocer tu cuerpo y ver qué es lo que ocultas bajo la ropa poco favorecedora que usas normalmente
-Soy una persona normal, puedes conseguir alguien mejor, deberías dejarme libre
-Eso prefiero juzgarlo por mi mismo, de momento te diré que olvides todo porque por si hasta ahora no lo comprendiste quien manda aquí soy yo y puedo escucharte pero no cumpliré lo que me pidas, menos si de cosas absurdas se trata
-¿Que es absurdo para ti?- pregunté molesta
-Privarte del placer es una, pasar la vida tapándose es otra y ¿Por qué?
-¿Pretendes que ande por la vida desnuda? ¿Acaso tú lo haces?
-No, pero en el cuarto es el momento de perder todas las inhibiciones
-Este no es mi cuarto
-Bueno pero aún así vas a imaginar que lo es