No Quiero Amar

Darío.

Mi amigo y yo nos vamos de farra, volverme a encontrar con él, alegro mi corazón yo pensé que iba a estar solo, pero Hugo mi amigo ha estado aquí yo pensé que jamás lo volvería a ver.

Hugo---: Vamos divierte, aquí hay chicas bellas y sexi además creo yo que las chicas también asistirían.

Darío---: Como siempre, algo que nunca cambia, en ti.

Hugo---: Cuando yo ingresé al ejército, eras tú el farrero, por todos te divertía y ahora eres un amargado.

Darío---: Antes tenía una razón para divertirme y estar feliz.

Hugo---: No sé que pasó con mi amigo el divertido.

Darío---: Solo me rompieron el corazón, fue hace siete años y parece que fue ayer sin me duele.

Hugo---: No te pongas tristes, mira ahí están las chicas.

Darío sonrió al ver a sus antiguas compañeras y entre ellas estaba Sabrina, ahora formarán parte de su equipo.

Sabrina---: Darío me da gusto en verte (sonríe de manera coqueta)

Darío se íntegro al grupo le dió gusto volver a ver algunos de su compañero, bebieron y bailaron, él sentía que había perdido mucho de diversiones por estar sumergido en el desamor, al día siguiente él amaneció en un lugar extraño, no era su departamento y además estaba totalmente desnudo, al mirar a su alrededor no estaba solo, Sabrina Rojas estaba a su lado completamente desnuda.

El sobó su cabeza, trato de recordar pero sus recuerdos eran borrosos no estaban claros y eso le provocó un fuerte dolor de cabeza, cuando intento salir de la cama Sabrina lo vuelve a abrazar evitando que salga de la cama.

Sabrina---: No te vayas Darío.

Darío la miro depósito su cuerpo otra vez en la cama, respiro profundo y miro atentamente el techo, mientras Sabrina lo abrazaba y besaba su pecho, para volverlo a excitar ella tenía todos las intenciones de pasar el resto del día con él.

Darío---: Rojas, esto no tuvo que haber pasado.

Sabrina---: Porque no, yo soy soltera sin compromiso y por lo que yo sé, tú también lo eres, porque deberíamos contener nuestras emociones.

Darío---: No puedo, yo...

Darío salió de cama cubriéndose con una almohada e ingreso al baño, Sabrina al verlo que se cubría rió a carcajadas.

Sabrina---: ¿Porque te cubres? Si yo, ya te vi todo anda ven... Yo te espero en la cama.

Darío escuchaba las palabras de Sabrina se miro al espejo, y sintió vergüenza, pero de su ser pensó que ya era de volver a darse una nueva oportunidad, no siempre tenía que estar pensando en Paulette, todavía recuerda cuando su mamá le mostró una tarjeta de invitación a la boda de su amor.

Darío---: Me daré una nueva oportunidad, Sabrina es buena mujer, lo voy a intentar.

Darío salió del baño tal como ingresó, pero está vez había dejado la almohada en el baño, Sabrina lo miro y sus ojos bailaron de lujuria, ese día Sabrina se proclamó dueña de ese cuerpo.

Dos meses pasaron, y la navidad había llegado, Paulette hizo lo que prometió a su familia, ella había alquilado un departamento muy cerca de su trabajo.

Dalila----: Amiga desde, que tú llegaste a la ciudad has cambiado.

Paulette----: Porque cambiaría, yo sigo siendo la misma.

Dalila----: No amiga ahora eres segura de si misma, (triste) yo pensé que te ibas a deprimir.

Paulette----: No, esa Paulette débil ya murió, esa Paulette que lloraba por todo no queda ni rastro (tomando un camisita de bebé) tengo que ser fuerte para vengar la muerte de mi hijo, ya falta poco, tu primo el detective si me va ayudar.

Dalila----: Si, el te ayudará.

Paulette----: Quiero saber, porque razón Joel dijo que lo traicione.

Dalila----: Y si desiste de tu venganza y empiezas otra vez, amiga la venganza no es buena, creo yo que deberías enamore y volver amar.

Paulette----: Amar... No quiero amar a nadie, dos veces jugaron con mis sentimientos, dos veces que han roto mi corazón y tú crees que yo pueda amar otra vez, no Dali ¡no quiero amar! Y no volveré a amar a nadie, no entregaré mi corazón a nadie, jamás lo volveré hacer.

Dalila----: Tranquila amiga, me duele que tengas el corazón duro, ojalá algún día vuelvas a ser la Paulette de corazón grande.

Paulette----: (ríe) soy de corazón grande, solo que para el amor ya no estoy disponible, mi objetivo es vengarme de Joel y mi hermana, pagarán muy caro por la muerte de mi hijo y después viajaré por el mundo lejos de esos traidores.

Dalila----: Está bien amiga, invitaremos a Ceci y viajaremos las tres juntos en buscas de chicos apuestos, pero no es para enamorarse es para pasarla bien.

Paulette----: Las tres mosqueteras (ríe)

Paulette organizo todo para esperar a su familia era el primer año que no estaría en su ciudad, Dalila una de sus mejores amigas viajaría a la capital para estar en el feriado junto a su familia, además tenía que ayudar a su amiga a resolver el misterio de su boda.

En la capital, Kerly preparaba con amor la merienda para su esposo aunque él no dormía en casa siempre llegaba a la misma hora para ducharse, Kerly tenía la esperanza de conquistar su corazón, aliadas para hacerlo no tenía, ya que no era de agrado de suegra, pero aun así no perdía la esperanza.

Kerly---: ¡Llegaste!

Joel---: Huele delicioso.

Kerly---: Preparé la merienda... Para ti.

Joel---: Vine a ducharme.

Kerly---: Si, duchate mientras te sirvo.

Kerly regreso a la cocina, y con una sonrisa en sus labios servía con amor el plato favorito de Joel, ella se había esmerado en hacer lo mejor que podía, cuando Joel salió de la ducha observo la mesa que en ella había un exquisito plato de seco de chivo, es su comida favorita, que en solo mirarlo se le hacía agüita la boca

Sin embargo él no quería darle ilusiones a Kerly, porque en su mente era pedirle el divorcio en la cena de navidad, él no la amaba y no podía estar casado con una persona que no ama, en sus planes era viajar a México y traer de vuelta a Paulette.

En la base área de la ciudad de Guayaquil, Darío celebraba su cumpleaños, sus amigos y compañeros le habia preparado una sorpresa

Hugo---; Feliz cumpleaños amigo.

Sabrina ingreso con un regalo en sus manos, que al entregar le dió un beso tierno en sus labios demostrando ante todos que ellos era más que amigos y marcando territorio antes sus compañeras.

Darío Mieles.