Despreciada y desterrada por su manada, traicionada por su Alfa, quien la acusó falsamente de infidelidad para proteger su orgullo, Cristal da a luz en secreto a sus adorables gemelos. El destino, sin embargo, la obliga a volver al mundo que la hirió, aceptando un trabajo para curar a un misterioso y frío Rey Lobo, un hombre que carga con una maldición y un corazón roto.
Mientras el Rey encuentra en ella una inesperada luz en su oscuridad, Cristal descubre un inquietante parecido entre él y sus hijos. Sus vidas se entrelazan de forma irreversible, justo cuando su pasado regresa con sed de venganza. Con su exmarido y la hija del Rey conspirando contra ella y sus hijos, la verdad oculta sobre el origen de sus gemelos sale a la luz.
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Capitulo 21:Un padre y sus hijos
Cristal se paseaba por los pasillos del palacio pensativa, todo habia sucedido tan rapido. De repente se desperto siendo la compañera destinada del rey alfa y no solo eso, el la habia reclamado, la habia marcado. Todavia podia recordar sus palabras, como un destello de un recuerdo, su mirada oscurecida fija en ella, mirandola con tanta adoracion.
Eres mia omega... Estaremos juntos para siempre... Nadie nunca va a separarnos.
Sus palabras se repetían en su cabeza, las habia repetido tantas veces en esos 3 dias que estuvieron encerrados en su habitación, como un mantra sagrado que se habia tatuado en su piel.
Cristal se detuvo en su lugar cuando vislumbro a las dos personas que se acercaban a ella, Eishter y la hija del rey alfa. Todavia no la habian visto, eso le daba tiempo para escapar del escrutinio de las dos personas a unos pasos de ella.
Cristal se dio la vuelta lista para huir de aquel lugar pero era tarde.
—Omega
La voz de la mujer a unos pasos de ella se escucho fuerte en todo el pasillo, podria ignorarla, hacer de cuenta que nunca la habia escuchado, que no se referia a ella, supo que era tarde para huir cuando sintio una mano anclandose en su brazo.
Cristal se dio la vuelta observando a los dos personas detras de ella. La mujer solto su brazo y la miro, sus miradas la escanearon, desde sus pies hacia su rostro y mas abajo, quedándose ahi, en aquella parte de su cuello donde su marca se mostraba dulce y muy bien cuidada. Y sus rostros mostraron diferentes emociones. La mujer la miraba con sorpresa y asco, pero Eishter, su ceño fruncido y sus manos echas puños a cada lado de su cuerpo solo detonaban furia. En el pasado aquella mueca de furia la habría hecho temblar, mostrar su cuello en sumision, pero ahora... solo queria alejarse lo mas posible de ellos, pero ahora comprendía que era imposible. Acababa de enlazarse con el padre de la omega de su antiguo alfa. Parecia imposible escapar de la presencia de las dos personas delante de ella.
—Que carajos es eso que llevas en el cuello cristal? ¿Quien se atrevio a poner su maldita marca en tu cuello?
Cristal lo miro seria. ¿Que mierda le importaba a el?
—No es obvio acaso? ¿El aroma que desprende no es suficiente para saberlo?... Lograste amarrarlo, ¿estas feliz ahora omega?
Cristal la miro con el ceño fruncido, lo sabia antes pero ahora estaba mas que claro, jamas se llevaría bien con su nueva hija politica. Y esperaba que eso no fuera un problema con su alfa, porque estaba decidida, por nada del mundo se dejaría pisotear por esa mujer.
—Lo estoy, estoy muy feliz y satisfecha.
El gruñido que escapo de los labios del alfa delante de ella no le causo nada, simplemente los miro con el rostro serio.
—Necesitan algo mas? debo volver con mi alfa y mis cachorros.
La mujer delante de ella, apretó los puños de la rabia, la miro escaneando su rostro.
¿Qué tenía esta simple omega que su madre no había tenido?. ¿Por qué ella si merecía una marca? ¿Por qué ella si merecía respeto?
La destrozaría aunque fuera lo ultimo que hiciera en su vida, esto se habia vuelto aun mas personal.
La omega sonrio, tenia que ganársela, esa era la unica manera de ganarle, volviéndose cercana, volviéndose su amiga.
—Iremos contigo, tambien deseo ver a mi padre.
Cristal escaneo aquella sonrisa falsa, aquellos ojos que brillaban con deseos oscuros, mirandola de cerca, no tenia absolutamente nada de su alfa, su cabello era dorado, sus ojos de un celeste claro, su piel palida, ojos grandes, nariz de boton, sonrisa pequeña, las pecas en sus mejillas. Parecia una muñeca de trapo.
—Esta bien—asintio cristal.
Se dio la vuelta y comenzó a caminar por los pasillos sin voltear a ver a las personas que la seguían con sus aromas amargos combinándose de una manera que la asqueaba, pero cristal intento concentrarse en el aroma que emanaba de ella, en la vainilla y el chocolate, la violeta con la menta, el olor a cacao de sus hijos. Esos aromas juntos la hicieron sonreír.
Si en el pasado le hubieran dicho que ella tendría la dicha de encontrar a su alma gemela se hubiera reido hasta mas no poder.
Cristal llegó hasta la puerta del jardín y detuvo sus pasos observando lo que había delante de ella, su pecho se llenó de una infinita calidez, sus hijos correteaban riendo en el jardín mientras Kadosh los perseguía riendo, las sonrisas en sus rostros se guardarían para siempre en sus recuerdos, el ambiente tan cálido que los rodeaba, sus aromas tan juntos que era difícil diferenciar cuál es cuál, como si de verdad fueran padre e hijos.
Y era extraño, porque podria jurar que sonreían de la misma manera, que compartían aquellos ojos felinos, que sus cabelleras azabaches brillaban de la misma manera bajo el sol. Que en sus rostros se posaban las mismas pequeñas manchas marrones, en los mismos lugares. Cualquiera que no supiera juraría que eso eran, un padre y sus hijos.
—Mami— Aiden la miro y corrió hacia ella con una sonrisa brillante en su rostro, el pequeño tomo su mano emocionado— Papá prometio que nos llevaría a conocer el mar.
Cristal no pudo evitar abrir sus ojos en sorpresa. ¿Papá?
y por qué tengo la extraña sensación que esa omega no es su hija 😯
Espero que esos locos no le hagan nada a ella y los cachorros