La Segunda Vida de Rebeca

Todo salió perfectamente como antes, hablamos con todos, bailamos a regañadientes de él, fue exactamente como antes, vi a Fiorella igual que antes con la misma ropa y esa cara de mosquita muerta que tiene, antes de que Marcela abriera la boca invité a Gustavo a bailar.

Rebeca: _Gustavo, ¿bailas conmigo?

Gustavo, amigo de Leonardo, se sorprende pero acepta, vamos a la pista de baile mientras Leonardo nos mira como si fuéramos una pareja de extraterrestres.

Gustavo: _Pero, ¿qué estás haciendo? ¿Quieres darle celos?

Rebeca: _No, solo quiero bailar contigo, Leonardo no está muy dispuesto, como sabes, y a mí me encanta bailar.

Volviendo a la mesa....

Leonardo: _¿Qué mosca le picó? Cambió de look, hasta el perfume no es el mismo, ¿qué está pasando? ¿Sabes algo, Marcela?

Marcela: _Volvió a ser ella misma y no una copia de Fiorella para complacerte, creo que se dio cuenta de la realidad.

Violeta: _Está hermosa, eso es lo que importa, y que además ustedes se van a casar pronto. Estoy muy feliz por eso.

Cuando volvimos a la mesa, Leonardo parecía molesto, me dice al oído:

Leonardo: _Terminemos con esto de una vez, no sé qué te está pasando.

Rebeca: _Como quieras.

Llega el gran momento, vamos al mismo lugar de antes y la abuela dice aquellas hermosas palabras, él me pregunta si quiero casarme con él y yo respondo rápidamente.

Rebeca: _¡No!

Se oyen murmullos por todo el salón, Leonardo me mira asustado, la abuela Violeta también, los flashes resuenan por todo el salón.

Leonardo: _¿Cómo que no? ¿Te volviste loca?

Tomo el micrófono.

Rebeca: _Abuela Violeta, lo siento mucho, pero no quiero casarme con su nieto, ¡es un idiota!

Violeta: _Querida, no entiendo.

Rebeca: _Abuela, usted siempre puede contar conmigo, yo siempre estaré aquí para usted, pero no me casaré con él ¡ni aunque fuera el último hombre sobre la faz de la Tierra!

Violeta: _¿Qué hiciste, Leonardo?

Leonardo: _¿Yo? Es ella la que me está haciendo pasar este ridículo. Rebeca, ¿estás loca?

Rebeca: _¡Fiorella, ven aquí a buscar a tu macho! ¡Allí, gente, esa jovencita de allí con cara de pobre sufrida, ella es el gran amor de Leonardo, no aguanto más oír hablar de la dulce y sufrida Fiorella! Me estoy quitando del camino de los tortolitos. ¿Viniste aquí para eso, no? Para buscar a tu gran amor. ¡Que se jodan tú y ese imbécil! Pídele matrimonio ahora, el anillo está ahí, toda la fiesta está pagada, ¡diviértanse! ¡Y Leonardo, vete al infierno! ¡Nunca más vas a tratarme como una idiota! ¡Se acabó!

Salgo de allí acompañando a la abuela Violeta mientras Leonardo se queda allí con cara de idiota y sin saber qué hacer, volvemos a nuestra mesa.

Violeta: _Querida, pensé que lo amabas.

Pedro se acerca a su primo.

Pedro: _Leonardo, ¿está todo bien? ¿Qué pasó aquí? No entendí nada.

Leonardo: _¡Esa idiota! ¿Viste a Fiorella?

Pedro: _Salió corriendo hace poco.

Leonardo: _¡Saca a la prensa de aquí, por favor, y da por terminada esta fiesta! ¡Rebeca me pagará por esta humillación, lo juro!

Pedro: _Está bien, tomaré las medidas necesarias.

Leonardo es rodeado por sus amigos cuando intenta ir tras Rebeca.

Volviendo a Rebeca...

Rebeca: _Abuela, él ama a otra, estoy harta de toda esta historia, estoy harta de este infierno, hablo con usted en otro momento, ¿de acuerdo? Solo quiero irme a casa.

Violeta: _Ve, querida, y cuando estés mejor hablamos.

Rebeca: _Discúlpeme, abuela, aguanté demasiado y encima fui amable.

Le doy un beso a la abuela, salgo por la parte trasera del club y tomo un Uber que, gracias a Dios, llega rápido, voy directo a casa de Leonardo a recoger mis cosas, que ya están empacadas.

Mientras tanto, de vuelta en la fiesta....

Leonardo: _¿Adónde fue?

Marcela: _¿Fiorella o Rebeca?

Leonardo: _Rebeca, ¿y dónde está la abuela?

Marcela: _Acaba de irse. ¿Qué hiciste?

Leonardo: _¡Nada! ¡Encima tuve que pedir disculpas a esta gente por el espectáculo macabro que montó tu amiga, desgraciada! Me humilló, voy a ser el hazmerreír de toda Italia gracias a ella. Primero me amaba con locura, arma planes y manipula a mi abuela haciéndose la víctima, la pobrecita, para que me casara con ella, ¡y cuando finalmente lo consigue, hace este papelón! ¡Me las pagará, lo juro!

Marcela: _Leonardo, ¿tienes idea de cuánto te amó esta mujer? ¿Cuántas veces te tomó Fiorella de la mano cuando estuviste hospitalizado? ¿Recuerdas? ¿Cuando tuviste neumonía? ¿Recuerdas cuando tuviste hipoglucemia? ¿Y casi mueres? ¿Quién estaba allí? ¿Fiorella? Como mucho te visitó una vez, y eso con suerte, pero Rebeca no, ella estuvo allí todo el tiempo.

Leonardo: _Por eso Fiorella no iba tanto a verme; Rebeca estaba siempre allí, y mi abuela odia a Fiorella, y tú lo sabes muy bien, Marcela. Rebeca no es esa santa que imaginas, amenazó a Fiorella, me enteré hace poco, esa cretina hizo de todo para separarme de mi mujer.

Marcela empieza a reír.

Marcela: _Ella tiene razón, realmente eres un idiota, ¿y sabes qué? Tú y la pesada de Fiorella se merecen. Sinceramente espero que Rebeca encuentre un macho bien bueno para gozar, y que sea muy feliz, y que te olvide de una vez por todas, porque no la mereces.

Marcela le da la espalda y se va.