Calvin Cole, un valiente bombero de Chicago, vive intensamente su misión de salvar vidas, pero guarda un secreto sobre su orientación sexual y un amor silencioso por un compañero.
Un día, tras una jornada agitada en el cuerpo de bomberos, Calvin es invitado por su colega Frank a su casa, donde surge un encuentro amoroso. Frank ya sabía que Calvin era gay, al igual que él. Tras este encuentro, recuerdos del pasado vuelven a la superficie.
Dereck Clark, un médico prometedor, enfrenta desilusiones amorosas, y sus dudas sobre el amor crecen con cada relación que mantiene.
Pero el destino decide unir a dos corazones heridos: Calvin y Dereck se encuentran en una situación inesperada donde verdades ocultas saldrán a la luz.
Ciertas circunstancias los llevan a cuestionar sus decisiones pasadas. En esta trama apasionante, Calvin y Dereck descubrirán que el amor y la felicidad pueden renacer de las chispas de una pasión que trasciende el tiempo.
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Capítulo 8
Calvin cerró la puerta y se dirigió a su mesa, apoyando ambas manos sobre ella mientras intentaba mantener la compostura en ese momento. Su sangre hervía de rabia al saber que Frank jugó con él de esa manera.
Lo que más irritaba a Calvin era el hecho de que Frank actuó como si nada hubiera pasado, comprometiéndose en la misma noche en que se involucró sexualmente con él. Si Frank quería solo una noche de sexo sin compromiso, al menos podría haber sido honesto al respecto. Sin embargo, Frank coqueteó con Calvin por un buen tiempo, dando indicios de que buscaba algo más que un simple encuentro casual.
Alejándose de la mesa, Calvin pasó la mano por su rostro, aún con sentimientos confusos. Se sintió frustrado al percibir que había sido el único en creer que entre ellos podría surgir un romance, un noviazgo, y quizás incluso la posibilidad de vivir juntos; una visión que él siempre nutrió, imaginando encontrar a alguien para realizar esos deseos.
Mientras intentaba calmar su rabia, oyó a alguien tocar la puerta y entrar. Calvin bufó y sonrió incrédulo al percibir que era Frank quien había entrado en la sala.
—Quiero hablar contigo, Calvin —Frank se quedó parado, aguardando una respuesta.
—Si es sobre el trabajo, puedes hablar, pero si es personal, voy adelantando que no tenemos nada de qué conversar —Calvin avisó, sentándose en la silla.
—Calvin, yo…
Así que Frank comenzó a hablar, la sirena sonó, interrumpiendo lo que quería decir. Siempre que salían en alguna ocurrencia, Frank y Calvin iban en el mismo camión, incluso para pasar más tiempo juntos. Sin embargo, esta vez fue diferente. Al salir apresurados de la sala, Calvin dio una orden.
—Tú vas en el otro camión con Eddie, y no tengo tiempo para discutir eso ahora.
Cada segundo era crucial cuando una emergencia surgía; necesitaban ser rápidos y precisos para dejar el cuartel lo más rápido posible. Calvin no disponía de tiempo o paciencia para discutir sus decisiones en ese momento. Mientras se vestían, él informó a otro recluta que, esta vez, cambiaría de posición con Frank. Todos se extrañaron, pero nadie osó cuestionar la decisión.
Eddie no dijo una palabra, pero percibió que Calvin estaba actuando de manera diferente y optó por solo observar. Frank no sabía si Calvin le daría una oportunidad para explicar la situación. Él tenía conciencia de que Calvin podría estar imaginando muchas cosas al respecto, pero lo que él deseaba era solo la chance de expresar sus sentimientos.
La ocurrencia de aquella vez no demoró mucho, y al retornar al cuartel, Frank estaba determinado a continuar intentando hablar con Calvin, esperando que él lo oyera. Mientras retiraban los equipos, Calvin permanecía serio y callado, atrayendo la atención de todos, ya que normalmente él era sonriente y juguetón.
Así que Calvin se alejó, dirigiéndose a su sala, Frank intentó una vez más hablar con él.
—Calvin, espera, por favor, necesitamos conversar.
Calvin interrumpió sus pasos y miró hacia atrás, respondiendo a las palabras de Frank.
—Lo que necesito es que me dejes en paz y te quedes lejos de mí. No necesitas explicarme nada; para mí, todo ya está claro lo suficiente —Calvin respondió y continuó caminando.
Insatisfecho con aquella respuesta, Frank avanzó también, sujetando el brazo de Calvin en la tentativa de detenerlo una vez más. La tentativa de Calvin de contenerse fue en vano, pues así que sintió el toque de Frank en su brazo, recordándose de las caricias de la noche anterior, su rabia explotó.
Calvin se giró acertando un puñetazo en el rostro de Frank, que acabó cayendo al suelo. Algunos colegas estaban cerca y corrieron para sujetar a Calvin, que estaba determinado a continuar. Eddie fue uno de ellos.
—¿Qué carajo fue eso, Calvin? ¿Estás loco? —Eddie preguntó, empujándolo hacia atrás.
Frank, sorprendido con la reacción, no imaginaba que Calvin fuera a reaccionar de esa forma. Calvin, sin embargo, no respondió a Eddie y solo apuntó el dedo hacia Frank, lanzando otro aviso.
—Quédate lejos de mí, Frank, o la próxima va a ser peor.
El aviso dado, Calvin se soltó de los colegas y se dirigió nuevamente a su sala. Frank fue ayudado a levantarse, limpiando la sangre del corte causado por el puñetazo.
—¿Qué está pasando, Frank? Ayer ustedes estaban bien, sonriendo uno para el otro, ¿y ahora están a los puñetazos? ¿Qué lo llevó a hacer eso?
Eddie cuestionó a Frank sobre la actitud de Calvin, buscando entender si podría utilizar aquella situación agresiva a su favor. Con todo, Frank no quería causar más problemas para Calvin, especialmente considerando que conocía la razón detrás de la reacción.
—No se preocupe, segundo teniente, voy a resolver esta situación con Calvin personalmente. Fue solo un malentendido, y yo voy a lidiar con eso.
Frank respondió y se dirigió al lado opuesto al que Calvin había seguido. Los espectadores de la escena no entendían nada, pues Calvin nunca había actuado de esa manera. Como Frank no fue claro en sus explicaciones, Eddie aprovechó la situación y fue a hablar con el capitán del batallón. Se dirigió a la sala del capitán y abordó el asunto así que entró.
—Disculpe incomodar, señor, pero creo ser mi deber relatar esta situación para usted.
—¿Sobre cuál situación estás hablando? —cuestionó el capitán.
—Calvin está actuando de forma extraña hoy, agresivo. Él llegó a darle un puñetazo a Frank. No sé qué está pasando, pero creo que sería bueno prestar atención en ese tipo de comportamiento. No tenemos idea de lo que él puede haber usado.
—¿De qué estás hablando, Eddie? ¿Estás sugiriendo que Calvin podría haber usado algún tipo de estupefaciente? Él nunca presentó comportamiento que sugiriese lo que estás insinuando. Inclusive, él se enorgullece de mantener una vida saludable, cuidando de sus músculos. No tiene sentido lo que estás sugiriendo.
—No estoy acusándolo abiertamente, señor, solo dije que ese cambio de comportamiento y humor es sospechoso, ¿o usted no cree?
Al capitán le gustaba Calvin e incluso llegó a conocer al padre de él, cuando era bombero; por eso, no creía que eso pudiese ser motivo para el comportamiento descrito por Eddie.
—Voy a hablar con él primero antes de presumir cualquier cosa. No sabemos si él está pasando por algún problema. Gracias, Eddie, voy a tomar cuenta de ese asunto.
Eddie salió de la sala en seguida, e incluso consciente de la estima que el capitán tenía por Calvin, sabía que él no podría evitar sentir una cierta desconfianza delante de todo lo que había hablado e insinuado. Él estaba decidido a hacer lo que fuese necesario para recibir el reconocimiento que juzgaba merecer y ocupar el lugar de Calvin.