Victoria se acerca a su ex cuñado, ella solo pide un favor con la esperanza de no ser destruida, pero, parece que el hombre tiene otros planes.
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Cap. 8 ¿Presidente Lennox?, ¿espera a alguien?
Draco se quedó ahí mientras Victoria convocaba a todos, al principio estaban intrigados, Emily estaba emocionada cuando su amiga le dijo que ese depravado ya no era el gerente, pero cuando vio a Draco Lennox ahí se quedó muda.
—Buenas tardes a todos, soy Milán, el asistente del señor Lennox, es quien ahora como dueño y propietario del restaurante, ha venido a decirles que todos están recontratados, pero, la señorita Victoria Levin será la gerente por este año, ella está a cargo ahora y espero que cooperen para sacar este lugar cuanto antes — dijo Milán solemne mientras Draco solo mira a todos detenidamente, en realidad está buscando algún probable problema para Victoria, pero solo ve caras de sorpresa y alegría, realmente todos odiaban a ese tipo.
—Victoria se hará cargo de ahora en adelante, háganlo bien o los despido — dijo Draco su discurso motivacional, todos quedaron motivadísimos, muy asustados pero muy motivados.
Victoria lo miró sin saber qué hacer, solo quería que Draco se vaya, los empleados estaban asustados de muerte.
—Gracias, presidente Lennox, ahora sí nos permite vamos a empezar a trabajar para abrir el restaurante — dijo Victoria tratando de sacar a Draco de ahí, es difícil estar relajado con un hombre tan frío e imponente.
Draco solo la miró sin ninguna emoción y dijo tranquilo para dejar en claro la situación.
—Bien, vendré por ti a las 10:00 — dijo para salir del lugar, Victoria parpadea mientras Milán la mira con una sonrisa más parecida a la sonrisa del gato de Alicia en el país de las maravillas, está realmente conmovido por como su jefe ha decidido cazar a esa belleza.
En cuanto salieron, todos volvieron a respirar, era oprimente tener a ese demonio ahí parado mirando sus almas.
De un momento a otro, todos aplaudieron a Victoria, estaban tan felices de que ella quien es tan buena compañera sea la gerente ahora.
—Vicky, que sea en buena hora, por fin nos libramos de ese cochino — dijo una de las meseras que no soportaba mirarlo siquiera.
Todos se acercaron a felicitarla y la hermosa niña empezó a dar las indicaciones para comenzar, debía apresurarse, ya que solo tenían una hora para abrir el lugar.
Emily fue con Victoria a su nueva oficina y todo estaba cambiado por completo, los muebles eran nuevos, así que ella solo dio un suspiro, esto no le huele bien, sin embargo, Emily quien es igual de ingenua que ella solo aplaudió por el lugar.
—Vicky, realmente ese hombre es una caja de sorpresas, cuando lo vi en la universidad nunca me imaginé que fuera el ex prometido de tu hermana, realmente pensé que estaba ahí para una conferencia o algo, pero esto, esto sí que es muy de alto nivel, ¿en qué estaba pensando tu hermana para escaparse con su instructor de gimnasio? — dijo Emily mientras entra al lugar como si fuera su oficina.
Victoria sonrió divertida, era lo mismo que ella pensaba, Draco es muy guapo, varonil y poderoso, el sueño de cualquier mujer, en ese momento puso cara de tonta al recordar cómo la defendió en la universidad, después negó con la cabeza, ella no debía ser tonta, un hombre como Draco jamás la tomaría en serio y menos viniendo de la familia a que él odia, está segura que de que ese hombre se va a vengar de ella también, aunque parece que no es ese tipo de sujeto que deja su venganza para después, lo hace de inmediato y sin contemplaciones.
Emily vio a su amiga sonreír como una enamorada embobada mientras suspira.
—Ni lo sueñes, esos hombres solo nos hacen sufrir, no estamos a su altura y menos cerca de su estatus, solo somos juguetes, Vicky, ni se te ocurra — dijo Emily con tristeza, ella está locamente enamorada de un guapo CEO, aunque no es ni por si caso tan destacable como Draco, sabe que ella solo sería un juego para ese hombre y nada más.
Victoria se despabiló en un segundo, negó con la cabeza, claro que no está loca para dejarse arrastrar por ilusiones tontas, sabe que eso no va a pasar.
—Sí, lo sé, sé que eso no va a pasar, solo que debo aprovechar, ahora pongámonos a trabajar, que estamos atrasados, llama a Marta, ella fue despedida injustamente por ese cerdo, dile que tome mi lugar, ahora debo hacerme cargo del balance y todo lo demás — dijo Victoria con alegría, daría todo de ella para que ese negocio funcione bien.
*_*
Más tarde, a las 10 de la noche, cuando el restaurante se cerraba, Victoria salía del lugar, pero afuera un Mercedes Benz E CLASS Prince la espera y el conductor es el guapo Draco quien llama la atención de todas las personas que pasan, se lo ve distraído mirando las tiendas de enfrente.
Victoria se acerca un poco dudosa, no está segura de lo que hace Draco ahí afuera, es realmente muy extraño ese hombre para ella.
—¿Presidente Lennox?, ¿espera a alguien? — dijo mirándolo con curiosidad.
—Sí, a ti, es hora de que vayas agradeciendo, sube, no tengo tiempo — dijo Lennox mirándola detenidamente.
Victoria se puso rígida, pero se subió al auto, sin embargo, ella seguía en silencio, después de un momento llegaron al pequeño garzonier de Victoria, la cual solo mira sin entender.
—Draco, ¿Cómo sabes que vivo aquí? — dijo confundida mientras él solo desabrocha su cinturón de seguridad.
—¿Por qué no lo sabría?, me debes mucho después de todo, ahora invítame a cenar, tengo hambre — dijo tranquilo mientras que Victoria lo miraba sin entender.
Victoria solo entró a su departamento seguido por el imponente Draco que mira el lugar con detenimiento, es bonito, limpio y ordenado, le gusta.
—Me gusta, es bonito, bien, quiero comer, donde están tus alimentos, voy a preparar algo rico, hay unos papeles que debes ver — dijo mientras se saca el saco de su traje dejando ver su impecable camisa, su excelente figura, lo hace ver más sensual a lo que Victoria quiere que se la trague la tierra, acaba de tener pensamientos pecaminosos de cómo se vería sin camisa ese desgraciado.
—En el refrigerador y aquí hay una…, es como una alacena, pero si quieres yo cocino — dijo ella mirándolo un poco avergonzada, no sabe ni por qué lo ha dejado entrar para empezar.
Draco solo se arremangó la camisa hasta los codos dejando ver sus fuertes antebrazos y sacó su corbata con naturalidad, después de desabotonar los tres botones de su camisa, se acercó a la alacena para buscar ingrediente.
Victoria tragó en seco, no podía creer lo que estaba pasando, Draco era muy extraño, pero a ella lo que más le preocupaba era las emociones que se disparaban en su pecho cuando estaba muy cerca de ella.