Un Matrimonio Por Conveniencia.

Abi y Luca pasaron la mejor noche de sus vidas, hicieron el amor, entregándose mutuamente. Ella dejó atrás su vergüenza y en ese momento no pensó en su futuro esposo, ni en la empresa, ni en los empleados, ni siquiera en su familia, solamente concibio en estar con Francesco y demostrarle cuanto lo amaba, ahora sera más difícil separarse de él.

Luca jamas se había sentido así con ninguna mujer, y eso que había estado con muchas, pero Abi se había entregado a él con tanto amor,dulzura, que se sentia culpable por estar engañandola y obligarla a casarse con el, sin embargo, era verdad que necesitaba una esposa y ella era la indicada, ahora más que nunca, al saber que Abi era virgen y el fue su primer hombre.

Los dos están acostados en la cama, abrazados sin poder creer la hermosa experiencia que habían tenido, minutos antes, ambos habían llegado al clímax total y habían disfrutado mucho.

—Te amo Abi— le dice Luca sin miramientos, sin guardarse nada sus sentimientos.

—Yo también te amo, mi amor—responde Abi acercándose más al cuerpo de el.

—Abi... ¿Por qué no me dijiste que eras virgen? —la muchacha se pone colorada de vergüenza, no pensó que el se daría cuenta.

—Lo siento Francesco, estas enojado conmigo ¿verdad? Debería habértelo dicho pero me dio mucha vergüenza.

—Eres increíble Abi, no estoy enojado contigo, todo lo contrario, me siento honrado de ser tu primer hombre, estoy celoso de Luca Chiaraviglio.

—No lo nombres por favor, no arruines el momento, además, solamente será un año. Si aún estás soltero después de mi divorcio, tu y yo podemos estar juntos.

—¿Tu lo crees Abi? ¿No te enamorarás de Luca?

—Jamas podría enamorarme de él, Francesco.

—No lo conoces, quizás cuando lo veas y sepas realmente como es el, te enamores.

—Te amo a ti Francesco, nunca me enamorare de un ser insensible que obliga a una mujer a casarse con el, solamente por dinero.

Pasan las horas, durante la noche siguen haciendo el amor y hablando de reencontrarse un año después del matrimonio, cuando este separada de Luca.

Éste se levanta muy temprano, no pudo dormir en toda la noche, la culpa lo invade por estar engañando a Abi, ella es una buena mujer y no se lo merece, sin embargo lo hecho, hecho esta y no hay vuelta atrás. Necesita casarse antes que su abuelo Francesco fallezca, es la única manera de quedarse con la fortuna familiar, sabe que si tiene que elegir entre Abi y el dinero, elige el dinero, pero tampoco quiere hacerla sufrir, aunque cuando ella se entere de la verdad lo va a hacer y mucho.

Luca va a la cocina y sin hacer mucho ruido comienza a preparar el desayuno para despertar a Abi, su avión sale en cuatro horas y quiere disfrutarla el poco tiempo que le queda siendo Francesco Capelli, la próxima vez que se encuentren será Luca Chiaraviglio y no será el mismo sentimental de ahora.

Prepara unos huevos revueltos, exprime unas naranjas para hacer jugo fresco y una taza de café para cada uno, acomoda todo en una bandeja y lo lleva a la habitación. Cuando entra al cuarto ve que Abi no está en la cama, pero siente el agua de la ducha correr, seguro se despertó cuando él salió. Luca deja la bandeja en la mesa, se quita la ropa y entra en la ducha con Abi. Al verlo se le iluminan los ojos y le dedica una tierna sonrisa.

—Buenos días mi amor — lo saluda dándole un beso en los labios.

—Buenos días mi bella Abi, ¿Puedo bañarme contigo?—pregunta Luca, con sus ojos colmados de deseo, observando el cuerpo desnudo de Abi, es una mujer increíble.

—Por supuesto que si Francesco, hazme el amor por última vez —le ruega Abi. Luca, sin pensarlo, le hace el amor de la manera mas tierna e increible. Ambos llegan al clímax total y se abrazan, pero ella comienza a llorar.

—Voy a extrañarte mucho Francesco, no quiero separarme de ti.

—Debes hacerlo Abi, tu familia depende de ti — Luca se siente cada vez mas culpable, y se le rompe el corazón al verla llorar— dejemos de pensar que estamos separados, en un año volveremos a estar juntos.

—Asi será mi amor —responde Abi con ternura, abrazandolo.

—Vamos a desayunar, disfrutemos las ultimas horas juntos.

Ambos desayunan en la cama, charlando, dándose besos, planeando encontrarse en la Toscana, una vez divorciada de su futuro esposo.

Después de vestirse y guardar las pocas pertenencias que Francesco le compró, el la acompaña al aeropuerto. Abi saldría en el avión privado de el, ya que sin los documentos no podría viajar. Solamente espera que ninguno de los empleados diga su nombre y Abi se entere de la verdad, menos ahora, es preferible decírselo cara a cara cuando se presenten a firmar los papeles del contrato matrimonial.

La pareja está en el aeropuerto tomados de la mano, esperando la hora de llegada del avión, Abi se sorprende al saber que el vehículo es propiedad de Francesco :

—Nunca imagine que tuvieras tanto dinero Francesco, tienes un avión privado.

—Es de toda la familia. Pero soy el que más lo usa para los viajes de negocios y ahora tu, porque es una emergencia.

—Gracias por todo lo que has hecho por mi, siempre estaré eternamente agradecida, si no fuera porque te encontré, no se que hubiera sido de mi.

—Fue el destino Abi, el destino quiso que nos volviéramos a encontrar.

—¡Si! El destino quiso que nos conociéramos, no me olvides Francesco. Volveré por ti lo prometo—le dice abi con todo su corazón.

—No lo haré Abi, nunca pobre olvidarme de ti, de la mujer que me robo el corazón, pase lo que pase siempre te amaré — sabe que siendo Luca o Francesco, de las dos maneras, la amara con locura, sin embargo, las empresas Chiaraviglio y su fortuna son más importantes.

—Toma Francesco, quiero que te quedes con esto para que recuerdes nuestra promesa —Abi saca de su cuello, un pequeño dije en forma de trebol de cuatro hojas, regalo de su abuela, y se lo entrega a Francesco, quien lo esconde en su mano y lo aprieta fuertemente.

—Prometo que lo cuidare con mi vida, dentro de un año, cuando nos volvamos a ver, te lo devolveré.

En ese momento el avión se hace presente y Abi abraza a Francesco con mucha fuerza y tristeza por la despedida.

—Adiós mi amor, aquí nos volveremos a encontrar dentro de un año —comenta Abi, que sale corriendo hacia el avión sin escuchar las palabras de Francesco, ella odia las despedidas y este momento le causa mucho dolor.

—Adiós mi querida Abi, quizas nos encontremos mucho antes que eso.