Una Esposa Para El Príncipe Maldito

Al dia siguiente, poco despues del mediodia, una doncella golpeó suavemente la puerta de la habitación de Nora.

— lady Aldridge.. su alteza, el principe Jahir, la invita a almorzar en los jardines del ala este..

Nora levantó la vista del libro que leia y sonrió con calma.

Nora: entiendo. dile que estare lista en unos minutos.

la doncella asintió y se retiró. Nora se miró al espejo, se arregló el cabello y eligió un vestido color crema sencillo pero elegante. mientras caminaba hacia los jardines, pensó que quizás el principe queria disculparse por su actitud del dia anterior, aunque sabia que eso era pedir demasiado..

el lugar estaba preparado con esmero.. una mesa cubierta con un mantel blanco, copas de cristal, frutas frescas y vino. el sol caia suave entre los árboles. todo parecia listo… menos el.

Nora esperó. diez minutos. luego veinte. luego una hora.

los sirvientes que se encontraban cerca comenzaban a mirarla con lástima.

—¿no llegará el principe? —preguntó una joven timidamente.

Nora: tal vez se retrasó, los asuntos del reino deben ser prioridad.

pero todos sabian que no era asi. el principe simplemente no pensaba venir.

cuando por fin se levantó para irse, los murmullos comenzaron a extenderse entre los empleados. hablaban en voz baja, pero lo suficiente para que el aire se llenara de compasión y critica..

—pobre señorita, esperó más de una hora…

—dicen que el principe la mandó llamar el mismo.

—que vergüenza, despues de lo que hizo ayer por el joven.

y como todo rumor en palacio, no tardó en llegar a oidos del rey.

aquella misma tarde, el anciano monarca mandó llamar a su hijo.

Rey: ¿puedes explicarme.. por que invitaste a lady Aldridge a un almuerzo y la dejaste esperando como una tonta frente a todos?

Jahir, de pie frente a el, mantuvo la expresión serena, pero sus manos estaban tensas.

Principe: no crei que fuera importante, padre. fue solo un malentendido..

Rey: ¡no, no lo fue! humillaste a una invitada, a tu prometida, y lo hiciste frente a tu propia gente.

el silencio se hizo pesado. el rey respiró hondo, intentando calmarse.

Rey: si quieres que tu pueblo te respete, empieza por respetar tú primero. la joven Aldridge mostró más nobleza en un solo acto que tú en toda la semana.

Jahir bajó la mirada, pero no respondió. el rey lo observó un momento más y luego sentenció..

Rey: la invitarás nuevamente. y esta vez asistirás, aunque tenga que enviarte arrastrado.

cuando Jahir salió de la sala, la puerta se cerró con un golpe seco. su rostro era una máscara de orgullo herido.

Mas tarde, Nora recibió una invitación para cenar y confirmo la asistencia.

[yo me comportare como corresponde, el puede hacer lo que quiera]

esa noche, el comedor principal del palacio estaba más silencioso de lo habitual. las lámparas de cristal reflejaban la luz cálida sobre la mesa larga donde solo dos lugares estaban preparados.. uno frente al otro.

Nora llegó puntual, con la calma que habia cultivado en los últimos dias. el vestido azul oscuro que llevaba hacia resaltar el brillo suave de sus ojos, pero ella no parecia interesada en destacar.. simplemente tomó asiento y esperó.

poco despues, las puertas se abrieron y el principe Jahir apareció. llevaba el uniforme real, impecable, con el emblema de su casa bordado en dorado. su expresión era fria, su mirada cortante. se sentó sin pronunciar palabra.

el silencio pesó entre ellos. los sirvientes comenzaron a servir los platos, moviendose con cautela ante la tensión invisible.

Nora tomó el tenedor con naturalidad y probó la sopa sin mirarlo. si el queria intimidarla, fracasaba.

Nora: ¿asi que el rey te obligó a venir?

Jahir la observó, sorprendido por el tono tranquilo y burlón.

Principe: no necesito que nadie me obligue..

Nora: ah, claro.. entonces supongo que querias venir a observarme comer.

el principe apretó la mandibula. no contestó. siguió cenando en silencio, aunque su mirada permaneció fija en ella, fria, calculadora, desconfiada…

Nora, en cambio, estaba tranquila.

[que me mire todo lo que quiera.. esta vez no me importa lo que piense.]

ella no buscaba agradarle. no queria enamorar ni huir. solo queria vivir, aprender, mejorar su magia y sobrevivir en un mundo que, según el libro, la habia condenado sin darle una oportunidad..

mientras el terminaba su plato sin dirigirle palabra, Nora ya pensaba en algo completamente distinto.. el salón vacio del ala norte, donde habia practicado antes, y los libros antiguos que podria encontrar alli para entender mejor su poder..

cuando la cena terminó, Jahir se levantó primero.

Principe: si vas a seguir aqui, al menos procura no causar problemas.

Nora: no te preocupes, alteza. si alguien causa problemas, dudo que sea yo.

el la miró por última vez, molesto por no haber logrado provocarla, y se marchó.

Nora sonrió apenas.

[si el principe maldito quiere odiarme, que lo haga. esta vez no huire. esta vez vivire como quiero..]

Aunque Nora sabia que el compromiso podia terminar en cualquier momento, Jahir no la soportaba y ella tampoco buscaba agradarle, asi que decidió aprovechar el tiempo que le quedara en el palacio. no tenia intenciones de ser una princesa decorativa, ni de esperar a que alguien decidiera por ella..

al dia siguiente se refugió en la gran biblioteca del ala norte, un lugar silencioso que pocos visitaban. los estantes eran tan altos que las escaleras parecian perderse entre el polvo y la luz dorada que se filtraba por los ventanales. alli los libros olian a magia vieja, a conocimiento prohibido y olvidado.

[no necesito depender de un hombre.. si la otra Nora fue debil, yo no lo sere.]

pronto descubrió que entre los libros habia varios dedicados a las artes mentales: telequinesis, proyección, concentración de energia. la mayoria estaban escritos en un lenguaje antiguo, pero poco a poco fue entendiendo simbolos, comparando diagramas, haciendo notas con la letra apurada que llenaba sus páginas con teorias y pequeños dibujos de lo que pensaba intentar..

al anochecer, mientras flotaban frente a ella tres libros abiertos a la vez, escuchó pasos lentos detrás. creyó que era algún guardia o sirviente, pero cuando volteó no vio a nadie. solo una leve corriente de aire, como si la magia del palacio respirara a su alrededor..

sin saberlo, Jahir habia ordenado vigilarla. y desde lejos, a traves de un espejo encantado, observaba con atención aun desconfiando de sus intenciones.