Elizabeth trabaja como la asistente ejecutiva de Alexander, el CEO de una empresa muy importante. Él, es un hombre atractivo y exitoso, lo que cualquier mujer podría desear. Elizabeth y Alexander tenían un trato profesional, pero la constante cercanía entre ambos los llevó a iniciar una apasionante aventura.
Pero más pronto de lo que Elizabeth se podría imaginar, Alexander terminó la relación, dejándola a ella con el corazón roto y una sorpresa inesperada. Elizabeth estaba embarazada, temerosa de cómo podría afectar esto a Alexander y negándose a decirle sobre el embarazo, ella toma un avión en busca de iniciar una nueva vida.
¿Qué hará Alexander cuando sepa que Elizabeth se ha marchado?
¿Descubrirá lo que ella oculta?
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Capítulo 6: ELIZABETH CÁSATE CONMIGO
Elizabeth
—Elizabeth, hay algo importante de lo que quisiera hablar contigo— dijo Daniel, interrumpiendo el silencio que había llenado la habitación mientras se acomodaba en el sofá.
— Por supuesto, Daniel. ¿Qué es lo que sucede?— respondí, sintiendo cómo una oleada de curiosidad.
—Quiero que tú y los gemelos vengan a vivir conmigo en mi mansión — dijo él, enfocándome con una mirada seria y decidida.— De esta manera, podré atenderlos mejor y garantizar que no les falte nada en absoluto.
Me quedé en silencio por un instante, sorprendida por su inesperada propuesta. Las palabras revoloteaban en mi mente. —Daniel, realmente has hecho mucho por nosotros.
finalmente respondí, tratando de encontrar las palabras adecuadas. —No creo que sea necesario que vivamos contigo. La verdad es que no quiero que nos conviertas en una carga para ti.
—No serías una carga, Elizabeth. Quiero hacerlo, insistió con determinación.— Anhelo estar a tu lado, tanto para apoyarte a ti como para ayudar con los niños. Esto hará que todo sea más sencillo para todos nosotros.
Suspiré profundamente, sintiendo una avalancha de emociones encontradas que me invadían.
— Daniel, realmente te agradezco de corazón todo lo que haces por nosotros, pero no puedo aceptar tu oferta. Ya has hecho más de lo que podríamos pedirte.
—Insisto, Elizabeth —replicó con firmeza.
Daniel me miró intensamente, su rostro reflejaba una profunda determinación.
—Elizabeth, he tomado una decisión importante. Quiero que te conviertas en mi esposa.
La sensación de que el suelo se desvanecía bajo mis pies me invadió, como si el mundo entero se desmoronara a mi alrededor.
— ¿Casarme contigo? —pregunté, atónita y llena de incredulidad. — Daniel, tú sabes que te quiero como a un amigo. Te valoro y aprecio profundamente; ¿cómo podría siquiera pensar en hacer algo así?
—Lo sé —dijo Daniel con voz suave—. Y comprendo lo que sientes. Pero hay algo importante que necesitas saber. Estoy enfermo, Elizabeth. Tengo una enfermedad terminal y no sé cuánto tiempo más me queda.
Al escuchar sus palabras, mis ojos se llenaron de lágrimas, una mezcla de incredulidad y dolor invadió mi ser.
—Daniel, ¿Qué estás diciendo? ¿Cómo es posible eso? —le respondí, la angustia se asomába en mi voz.
— Perdóname por no haberlo mencionado antes —dijo— pero necesito a alguien en quien pueda confiar para dejarle todo lo que me pertenece. No confío en mi familia; solo me buscan cuando quieren dinero. Quiero que tú y los gemelos estén a salvo y bien cuidados.
Sus palabras me llegaron profundamente y sentí una mezcla de emociones que me invadió. — Daniel, no sé qué decir. Esto es demasiado abrumador para asimilar —respondí, tratando de encontrar las palabras adecuadas en medio de la confusión que me generaban sus inquietudes
—Por favor, Elizabeth. Te pido que pienses en los niños. Es muy importante para mí asegurarme de que estén bien cuidados y protegidos cuando yo ya no esté aquí para velar por ellos —dijo él, dejando entrever en su tono una profunda sinceridad que venía del corazón.
Permanezcí en un profundo silencio, enfrascado en una intensa batalla interna con mis pensamientos y emociones que se agolpaban dentro de mí. Después de un momento que pareció eterno, asentí con la cabeza de un modo lento y deliberado.
—Está bien, Daniel. Acepto — dije con voz firme, aunque mi mente seguía revuelta.
Daniel esbozó una sonrisa de alivio mientras tomaba mi mano con ternura.
— Gracias, Elizabeth — dijo con sinceridad en su voz.— Te prometo que haré todo lo que esté a mi alcance para asegurarme de que tú y los gemelos se encuentren en buenas condiciones y tengan lo que necesiten.
Al día siguiente, Daniel me condujo hasta su magnífica mansión. Desde el momento en que llegamos, me sentí completamente asombrada por la grandeza del lugar. La casa era de dimensiones impresionantes, y se erguía imponente, rodeada de un espléndido jardín que parecía haber sido sacado de un mágico cuento de hadas. En el jardín, flores de todos los colores brillaban y llenaban el paisaje con su vibrante belleza, creando un espectáculo visual cautivador. En el centro del jardín, una elegante fuente emanaba agua, proporcionando un suave murmullo que aportaba un toque de serenidad al entorno, haciéndome sentir como si estuviera en un lugar de ensueño
—Es... es realmente asombroso —expresé, tratando de disimular la sorpresa que me invadía.
—Me alegra saber que te gusta —respondió Daniel, iluminando su rostro con una amplia sonrisa.— Mi deseo es que te sientas completamente a gusto aquí, como si estuvieras en tu propia casa.
Ingresamos a la mansión y él me guió a través de las diferentes estancias. Cada habitación que visitábamos superaba con creces a la anterior en términos de esplendor, todas ellas decoradas con un estilo exquisito y un sentido del buen gusto inigualable. Finalmente, llegamos a la habitación que compartiría con los gemelos. Era un espacio amplio y confortable, que emanaba una sensación de calidez y hospitalidad, y además, contaba con una vista deslumbrante del jardín, un verdadero regalo para la vista.
—Espero que te guste — comentó Daniel, mientras fijaba su mirada en mí, analizando cada pequeño cambio en mi expresión.
—Es simplemente perfecta, Daniel. No tengo palabras para agradecerte —respondí, sintiendo cómo una oleada de gratitud y emoción me invadía el pecho. Mi corazón latía con fuerza, reflejando la alegría que su regalo había despertado en mí.
Los días posteriores a la mudanza se convirtieron en un torbellino de emociones e inesperados ajustes. Tras trasladarme a la mansión de Daniel, experimenté un cambio monumental en mi vida. Al principio resultaba abrumador, pero con el paso del tiempo, empecé a adaptarme y a sentirme más a gusto en ese nuevo entorno. Daniel, por su parte, se mostraba constantemente atento a mis necesidades, haciendo un esfuerzo sincero por asegurarse de que no me faltara nada y ofreciendo su apoyo incondicional en cada paso que daba. Su disposición para ayudarme y su calidez hicieron que el proceso de adaptación fuera mucho más llevadero.
en este caso, que ya está avanzada me gustaría que l
nos presentaras las imágenes ahora, creo que nos ayudaría mucho. gracias
...a pesar de nuestras impresiones y opiniones como lectores acerca de los personajes y de los hilos de la trama etc, tenemos que respetar tu versión, cómo lo cuentas , cómo lo expones, cómo describes cada personaje.
recordemos que ante la misma situación , cada persona responde, actúa y gerencia de manera diferente y particular; no necesariamente tiene que agradarnos o pasar por nuestros propios filtros...
ánimo, chicas disfrutemos de todo, quedemos hasta el final. saludos
2.- que su padre se atreva a imponerle una esposa.
3.- que esté viviendo bajo el mismo techo con la que no le gusta y no soporta
4.- que a pesar de estar en esa situación ambigua COMPROMETIDO, con la que no le gusta y no soporta, todavía esté buscando hasta con detective y por varios años a la exnovia que ahora de repente extraña y no puede vivir feliz sin ella.
5.- y qué va a hacer con la exnovia cuando la encuentre? si el ya está más que comprometido con la actual?
6.- por qué Convive bajo el mismo techo con la Prometida con la que NO SE QUIERE CASAR?