El Alfa Maldito.

De hecho, si Gio no supiera que este Alfa es el diablo encarnado, pensaría que es un ángel. Bueno, era un demonio que parecía un ángel, ya que no parecía un humano.

El Vincenzo era extremadamente guapo. Tenía el pelo largo y plateado que caía con gracia hasta sus hombros. Cada vez que salía a las calles con sus subordinados, se ataba el pelo por motivos prácticos.

Normalmente, los subordinados no mantenían su cabello largo porque se convertía en una molestia durante las peleas, porque los enemigos podían tirar de su cabello y tomar ventaja. Sin embargo, Vincenzo nunca había perdido una pelea, o eso decían. Así que no tenía que preocuparse de que alguien se aprovechara de su largo cabello.

Otra cosa que destacaba al diablo eran sus iris dorados. Era uno de los más raros del mundo, dice la revista más popular del momento.

Gio nunca había visto a su madre, pero escuchó que el diablo obtenía su apariencia únicamente de su madre. Entonces, podía imaginar lo increíblemente hermosa que debía ser esta Omega.

_ ¿Has tenido suficiente?.

De repente, la voz de Vincenzo sacó a Gio de su ensoñación.

Él entrecerró los ojos y lo miró fijamente. De alguna manera, ya no tenía miedo. Algo dentro de él le decía que debía haber una razón por la que todavía estaba vivo esa mañana, a pesar de haber cometido pecados graves.

En primer lugar, intentó matar al heredero de la manada Black-moon y, en segundo lugar, aparentemente era una Omega, una criatura que el Alfa despreciaba, o eso había oído.

[Entonces, ¿por qué no estoy muerto todavía?]

_ ¿Qué quieres decir con 'ya tuve suficiente'? _ Gio resopló.

Vincenzo sonrió.

_ Admirándome. Puedo verlo en tus ojos. Crees que soy guapo.

Desde el día en que nació Vincenzo, había experimentado que el subgénero opuesto lo miraba y se lo comía con los ojos. Era tan guapo.

Entonces, ser observado por este humilde sirviente no era nada nuevo para él. Pero ahora ya tenía suficiente.

_ Tch... descarado... _ Gio puso los ojos en blanco con tanta fuerza que casi se le salen de las órbitas.

_ Hmm... puedes comerte con los ojos todo lo que quieras, esta noche en mi cama. Te dejaré tocarme y hacerme lo que quieras _ Vincenzo sonrió levemente.

_ ¡Maldita sea, lo haré! _ Gio estuvo tentado de escupirle al Alfa, pero todavía tenía sentido común, así que se contuvo. Sí, debe haber algo por lo que el diablo le haya permitido vivir hasta ahora, pero no debería tentar su suerte.

Primero, necesitaba saber ¿POR QUÉ?.

_ ¿Por qué no me mataste? _ preguntó el Omega con valentía _ Sabes que traté de matarte. También sabes que soy un Omega Odias a los Omegas y mujeres Betas..

Vincenzo se cruzó de brazos sobre el pecho y estudió atentamente a Gio.

_ No odio a los Omegas. Te equivocaste con esa información.

Gio volvió a poner los ojos en blanco.

[Sí claro. Mataste a todos y todas las Omegas que se cruzaron en tu camino. Si no es odio, entonces ¿qué es?].

_ Aunque debería castigarte por intentar matarme _ Vincenzo fingió fruncir el ceño y pensar en un castigo espantoso sólo para molestar a esta Omega _ Pero yo no mato Omegas ni mujeres.

Fue parcialmente correcto. No mató a ningún Omega intencionalmente. Simplemente murieron cuando lo tocaron. No pudo evitarlo. Fue maldecido por una bruja malvada el día que nació.

Sin embargo, este humilde sirviente... no, este Omega había estado rondando a su alrededor durante más de un mes y lo había tocado demasiadas veces como para contarlas, y aún así, aquí estaba él... ileso.

Este chico podría ser la respuesta que estaba buscando. Vincenzo cumpliría 26 años este año y debía engendrar inmediatamente herederos para sostener su lugar dentro de la manada. Durante años, su familia había temido este problema y se había desesperado.

¿Cómo podría el Alfa tener hijos si cualquier Omega con el que se acostara moriría al día siguiente? Este chico, sin embargo, era diferente al resto. Él no murió después de tocarlo. Entonces, esto debería hacerlo inmune a su maldición.

Anoche, Vincenzo había probado su teoría durmiendo toda la noche con este Omega de lengua afilada en sus brazos, y esta mañana, él todavía no murió. Incluso tenía energía extra para golpearlo después de despertarse.

Ahora estaba decidido a convertir a este Omega en la madre de sus hijos. No necesitaba a todos esos otros Omegas. Éste fue suficiente. Finalmente, podrá calmar el estrés de su madre y decirle que pronto le daría nietos.

_ ¿Tú... realmente no matas Omegas y mujeres Betas? _ La voz de Gio sonaba esperanzada. Quizás él estaba equivocado. Quizás el Alfa realmente no mataría a los Omegas.

[Sí. Esa debe ser la razón por la que todavía estoy vivo.]

_ Pero nunca digas nunca _ sonrió el Alfa_ No te mataré hoy. Sin embargo, si intentaras matarme de nuevo mientras duermo, no te perdonaría tanto la próxima vez.

Gio tragó con fuerza. No sería tan estúpido si hiciera lo mismo dos veces. Pensaría en otro plan.

_ Muy bien... gracias por tu perdón. Entonces, debería despedirme... _ Gio rápidamente se levantó de la cama y corrió hacia la puerta.

No dejaría pasar esta oportunidad mientras el Alfa estuviera de buen humor. El Alfa había decidido no matarlo por su intento de asesinato, por lo que Gio no debería demorarse en caso de que cambiara de opinión.

_ ¡No di permiso para que te fueras.!.

El sonido atronador detrás de él sobresaltó a Gio y quedó congelado justo en la puerta. De repente aparecieron tres guardias desde afuera con sus pistolas apuntando hacia a él.

[Mi*rda.]