Esta Vez

La escena cambia a la casa de Asher, donde él se encuentra sentado en su habitación, mirando por la ventana. Su expresión es sombría y reflexiva.

De repente, la escena se desvanece y nos encontramos en un flashback.

Asher está en el bosque, caminando con su padre, el dueño de las fincas. Su padre es un hombre cruel y ambicioso, que no duda en utilizar la violencia para obtener lo que quiere.

"Asher, debes aprender a ser fuerte", dice su padre. "Debes aprender a hacer lo que sea necesario para proteger nuestra familia y nuestras propiedades."

Asher asiente, pero su mirada revela una profunda tristeza y desilusión.

Luego, la escena cambia a una noche oscura y tormentosa. Asher se encuentra en el bosque, sangrando y golpeado. Su padre lo ha castigado por no cumplir con sus expectativas.

"¿Por qué no puedes ser como yo?", grita su padre. "¿Por qué no puedes ser fuerte?"

Asher se levanta, con dificultad, y se aleja de su padre. La escena se desvanece y volvemos a la habitación de Asher.

Asher se levanta de su silla y se acerca a la ventana. Mira hacia fuera, pensando en Kalet y en la conexión que sintió con él.

Asher, a sus 17 años, ya lleva el peso de ser el futuro heredero de las fincas y negocios de su familia. Su padre, un Alfa dominante y cruel, espera que Asher siga sus pasos y continúe el legado familiar.

Sin embargo, Asher odia ser Alfa. Odia la idea de que su instinto natural sea dominar y controlar a los demás, especialmente a los Omegas. Odia la forma en que los Alfas utilizan a los Omegas para satisfacer sus propios deseos, sin importarles el bienestar de los demás.

En casa, Asher finge ser igual de cruel e imponente que su padre. No quiere mostrar debilidad frente a él, pero en realidad, Asher está cansado de la violencia y la opresión que rodea su vida.

La única persona que ilumina su día es su pequeña hermana, Karen. Ella es Omega, y Asher se preocupa profundamente por su bienestar. Sabe que la vida de un Omega puede ser difícil, especialmente en un mundo donde los Alfas dominan.

Karen tiene 9 años y es una niña dulce y curiosa. Asher la protege y cuida con todo su corazón, asegurándose de que no sufra el mismo destino que muchos Omegas.

"Karen, ¿estás bien?", pregunta Asher, mientras la abraza.

"Sí, Asher, estoy bien", responde Karen, sonriendo.

Asher sonríe también, pero solo por un momento. En casa, no puede mostrar emociones, no puede ser débil.

"Recuerda, Karen, siempre estaré aquí para ti", dice Asher, con seriedad.

Karen asiente, y Asher se aleja, sabiendo que debe mantener su máscara de Alfa para proteger a su hermana y a sí mismo.

Pero cuando está solo, Asher se permite sentir. Se permite soñar con un mundo donde los Alfas y Omegas sean iguales, donde la violencia y la opresión no existan.

Y entonces, piensa en Kalet, el Omega que conoció en la feria. Piensa en la conexión que sintió con él, en la forma en que Kalet lo hizo sentir.

Quizás, Asher se atreve a soñar, hay una forma de escapar de este legado de violencia y encontrar la felicidad y la paz.

Asher sonríe para sí mismo mientras recuerda a Kalet en la feria. Su mente se llena de imágenes de aquel Omega encantador.

"Kalet es un Omega muy lindo", piensa Asher. "Su voz suena como música, y su aroma a flores es irresistible."

Recuerda cómo Kalet se sonrojaba cuando lo molestaba ligeramente, y cómo su piel blanca se tornaba rojiza como una fresa madura.

"Es adorable", piensa Asher, sintiendo un escalofrío en su espalda.

Quieres ver a Kalet de nuevo, pero necesita una excusa para escapar de sus responsabilidades y de la atención de su padre.

"Puedo decir que necesito inspeccionar las fincas cercanas", piensa Asher. "O quizás puedo decir que necesito hablar con el dueño de la tienda local sobre un asunto importante."

Asher se ríe para sí mismo, sabiendo que cualquier excusa es buena para ver a Kalet.

"O quizás", piensa, "puedo simplemente decir que necesito un poco de aire fresco y un paseo por el pueblo."

La idea de ver a Kalet de nuevo hace que Asher se sienta emocionado y nervioso al mismo tiempo.

"¿Qué pasará si Kalet no quiere verme?", piensa Asher. "¿Qué pasará si no siente lo mismo que yo?"

Pero Asher no puede evitar sentir la esperanza de que Kalet sienta lo mismo. La conexión que sintieron en la feria fue demasiado intensa para ignorarla.

Asher se levanta de su silla y se dirige hacia la puerta, decidido a encontrar una excusa para ver a Kalet lo antes posible.

Asher camina por el sendero que conduce a la casa de Kalet, su corazón latiendo con anticipación. No puede esperar para ver al Omega que ha ocupado sus pensamientos desde la feria.

Al llegar a la casa, Asher ve a Kalet sentado en el huerto, rodeado de tierra y plantas. Está sucio y rojo de la cara por el calor del día, pero su determinación es admirable.

Asher se detiene un momento para observar a Kalet, sonriendo para sí mismo. Le gusta ver a Kalet así, con la tierra en sus manos y el sol en su rostro.

Kalet se levanta y se estira, mirando hacia arriba. Sus ojos se encuentran con los de Asher, y por un momento, se quedan así, mirándose.

"Asher", dice Kalet, sorprendido. "¿Qué estás haciendo aquí?"

Asher se acerca a él, sonriendo. "Quería verte", dice. "Quería asegurarme de que estuvieras bien después de la feria."

Kalet se ruboriza ligeramente, y Asher se siente emocionado al ver esa reacción.

"Estoy bien", dice Kalet. "Solo estoy plantando mis verduras."

Asher mira alrededor del huerto. "Estás haciendo un gran trabajo", dice. "¿Necesitas ayuda?"

Kalet se ríe. "No, gracias. Estoy bien."

Pero Asher insiste. "Déjame ayudarte", dice. "Quiero pasar tiempo contigo."

Kalet se mira las manos sucias y luego a Asher. "Estás vestido para una ocasión especial", dice. "No quiero que te ensucies."

Asher se ríe. "No importa", dice. "Quiero ayudarte."

Y con eso, Asher se quita la chaqueta y se arrodilla junto a Kalet en el huerto, listo para ayudar y pasar tiempo con el Omega que ha capturado su corazón.