Adam es un gángster y una madrugada, cae en una trampa, al descubrir que estaba siendo traicionado por su novia, con su mayor rival, durante esta trampa, termina gravemente herido y es salvado por Samantha, una mujer sencilla, que más tarde descubre que trabaja en uno de sus hoteles, ella es una hermosa mujer que está pasando, como él, por una desilusión amorosa. Después de que Samantha le salve la vida, Adam empieza a protegerla de su rival, que se entera de que le ha salvado la vida y se obsesiona con ella.
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Marcos
Marcos terminó de ducharse, se preparó y salió de la habitación en dirección a las escaleras de la enorme mansión de Adam, acabó encontrándose con Sofía, que también se dirigía hacia las escaleras.
- ¿A dónde vas mocosa? - dijo abrazándola y besándole la cabeza.
- Hace tiempo que dejé de ser una mocosa - dijo señalando su altura.
- Para mí siempre serás mi mocosa, pero no me contestes, ¿piensas irte?
- No, estoy esperando a que Adam llegue a casa primero, quiero ver si realmente está bien, y si esa bala realmente no fue nada grave - dijo preocupada.
Marcos detuvo sus pasos en el escalón que estaba bajando, se alejó un poco y preguntó, sorprendido.
- Espera, ¿me estás diciendo que han disparado a Adam? ¿Cómo ha ocurrido?
- ¿No te avisó Caio? Esa zorra de Sabrina estaba engañando a mi hermano con Oliver y le tendió una trampa -explicó, con expresión indignada.
- Estaba en una misión, creo que no querían que me distrajera, pero ¿dónde está ahora?
- No lo sé, Andrés dijo que dejaría la clínica y volvería a casa, pero aún no han aparecido - concluyó, deteniéndose en el último paso.
- Volveré a llamar a Caio y mocosa, si vas a salir no vayas sola, ya sabes que es peligroso.
Sofía sonrió y se apoyó en su hombro.
- Sabes mejor que yo que sé disparar mejor que esos guardias de seguridad, ¿verdad? - dijo ella, presumiendo.
- Lo sé, pero no hemos dejado de preocuparnos por ti. Debes de estar cansada de saber que eres la princesita de Adam.
- ¿Princesa que lleva pistola? Mi padre, en vez de darme muñecas para jugar, me regaló una pistola -dijo ella, sonriendo.
- No exageres, sabes que por Adam te mantendrías al margen de todo esto.
- ¿De verdad crees que podría mantenerme al margen? Nací en una familia mafiosa, tengo que aceptarlo, solo que no aceptaré que me traten como mercancía y si de verdad me tengo que casar sin amor, no me quedaré callada como la mayoría que se dejan golpear tranquilamente, así que más vale que sepas disparar -le guiñó un ojo-.
- Eres terrible.
Marcos le dio un beso en la mejilla y se dirigió a la puerta. Ya estaba cogiendo el móvil para volver a llamar a Caio, pero el teléfono sonó antes de que pudiera hacer la llamada.
La llamada era de Caio, que le llamaba para darle información sobre lo que debía hacer.
- ¿Dónde estás? Sofía me contó lo que pasó con Adán, ¿por qué no me lo dijiste? - cuestionó de inmediato.
- Estabas ocupada y no podías distraerte, todo estaba bien, y podías esperar tu regreso, ya estamos regresando a casa, te enviaré la foto y la información de la mujer que debes seguir, solo debes mantenerla a salvo y avisarle si Oliver se acerca a ella.
- ¿Qué tiene que ver ella con Oliver? - preguntó tratando de entender.
- Es una larga historia, te enviaré todo lo que hay en el informe, incluso dónde está ella ahora mismo, nos vamos de aquí, así que puedes venir directamente.
- Vale, mándamelo todo, ya voy.
Marcos se dirigió hacia el garaje, era un apasionado de las motos, su estilo era de auténtico chico malo, llegó al garaje, se puso la chaqueta, los guantes y las gafas de sol, se metió las llaves en el bolsillo y se subió a su BMW S1000RR, se puso el casco y arrancó con su potente máquina.
Marcos fue criado por la familia Adam desde pequeño, su padre formaba parte de los bajos fondos, era amigo y subordinado de la familia Donovan, durante una madrugada lluviosa, su casa fue invadida y toda su familia asesinada, él fue el único que sobrevivió porque su madre lo escondió.
Esa madrugada, cuando los hombres de la organización llegaron a su casa, lo encontraron junto al cadáver de su madre, sosteniendo la pistola de su padre.
Lo llevaron a la casa de los Donovan y en la misma madrugada que perdió a su familia, ganó otra, fue acogido como un miembro más de la familia y le prometieron que si era leal, tendría la oportunidad de vengarse de los causantes de la muerte de sus padres, porque cuando lo vio empuñando aquella pistola, el padre de Adam comprendió que aunque aún era un niño, ya estaba deseando su venganza.
Marcos entrenaba todos los días con esa promesa en sus pensamientos, quería convertirse en el mejor asesino de la organización, ir tras quien hizo y ordenó que le hicieran eso a su familia.
Tuvo su oportunidad cuando cumplió diecinueve años, el padre de Adam le entregó un dosier con toda la información de los asesinos de su familia y fue tras cada uno de ellos, después de exterminarlos a todos, se dedicó a servir a la familia Donovan y proteger a sus miembros.
Creció siendo tratado como un hermano por Adam, Sophia y Andrew, nunca fue tratado con indiferencia por ellos y su lealtad hacia los tres, estaba por encima de todo, incluso de sus propias necesidades.
Siguió cortando entre los coches a gran velocidad, la adrenalina era su combustible, llevaba un aparato en la oreja conectado a su móvil, oía cuando llegaba algo y buscó un lugar seguro para aparcar, encontró el aparcamiento de una cafetería, se detuvo y comprobó lo que había llegado.
Como había imaginado, era la información de aquella misión, vio la foto de Samantha y toda la descripción de lo que había pasado, y después de leer, entendió el motivo de la protección de Adam.
Vio la ubicación del hospital donde estaba Samantha, guardó el móvil, bajó el visor y siguió adelante, dirigiéndose al lugar indicado.
Marcos era el tipo de hombre que llamaba la atención, su cuerpo atlético, su bello rostro junto con su vestimenta no le dejaban pasar desapercibido, aun así, se dirigió a la recepción del hospital para saber si Samantha seguía allí.
- Samantha Navarro, ¿sigue en el hospital? - preguntó en el mostrador.
- Sí, señor, pero pronto le darán el alta - respondió la mujer.
Aquella pregunta no tenía nada de extraño, pero su interrogatorio no pasó desapercibido para Douglas, que pasaba por el lugar y oyó su nombre.
No podía interrogarle en aquel momento, Cibele ya había llegado para su turno y estaba a su lado, pero ver a aquel hombre preguntando por Samantha le hizo sospechar y quiso averiguar qué estaba pasando realmente.
Marcos tuvo su respuesta y salió del hospital, esperaría fuera, llamaría menos la atención si se quedaba más lejos, y desde fuera podría ver el momento en que ella saliera del hospital y en ese momento seguiría sus pasos, como le habían ordenado.