Maximiliano Smith, el último soltero de los Insoportables descendientes, nos contará su historia de amor. Después de una relación fallida y una hija, encontrará a la mujer que haga latir su corazón.
Solo que ella, será un alma indomable y él deberá luchar para penetrar esa dura coraza, si quiere el premio mayor. "el corazón de su amada".
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CAPÍTULO 5
Malena repasó rápidamente sus opciones y tomó una decisión rápida.
Fabián interpretó su silencio, como unos segundos decisivos y esperó pacientemente.
📱—Hum. Tengo dos condiciones. La primera. No me acostaré contigo. Y la segunda es que me darás un trabajo decente. No quiero deberte nada
📱—Ja, ja, ja. Está bien. Te daré un buen trabajo y en cuanto a lo otro. Puedes estar tranquila. Me gustas, pero te faltan curvas. Además no soy un maldito pedófilo. Eres una mocosa aún.
📱—Prométeme que cumplirás tu palabra —le dijo Malena y Fabián se sonrió.
📱—Está bien, mocosa desconfiada. Lo prometo. —le respondió Fabián, levantando la mano, en señal de juramento.
📱—Entonces si acepto. Espero no arrepentirme.
Malena se quedó parada en el mismo lugar y vio un auto pararse frente a ella.
Ella negó con la cabeza al ver a Fabián salir para abrirle la puerta.
—Idiota —susurró ella, mientras lo miraba de reojo.
—Suba a su carruaje. Su majestad. —le dijo Fabián, haciéndole una reverencia.
Malena, no podía negar que este payaso, le recordaba a su viejo Flavio. Siempre alegre y divertido.
Ella esperaba no estarse equivocando, pero si él tenía razón. Era cuestión de días, para que algún desconocido la lastimara.
Por eso, ella había decidido, arriesgarse en ir con él. Era la única cara conocida que tenía a su alrededor. Y tal vez era la ayuda que le había enviado Jesús, después de pedirle lo mismo todas las noches.
El auto recorrió algunos kilómetros y Malena mantenía su mirada fija en el paisaje.
Malena no quería mirar al rostro de Fabián, ese tonto siempre ha logrado intimidarla.
Fabián sonreía cuando la pillaba mirándolo de reojo.
Unos minutos más tardes, el auto entró por un portón negro y se detuvo frente a una pequeña villa. La propiedad era muy linda, aunque no muy lujosa.
Pero Malena agradecía tener un techo donde dormir.
—¡¡Mamá ya llegué!! —gritó Fabián y Malena se sorprendió al ver a una señora, llegar en silla de ruedas.
—Fabi ¿Por qué tardaste tanto? —le preguntó la mujer, mientras fijaba su mirada indiscretamente en la chica.
Fabián se acercó a Malena y la tomó por la mano, mientras la acercaba a su madre.
—Mami, te traje compañía. Ella es Milena. —le dijo Fabián y Malena se giró hacia él, para corregirlo.
Pero Fabián le negó con la cabeza y ella omitió sus palabras.
—Es hermosa mi niño. ¿Pronto tendré nietos? —le preguntó la señora, mientras detallaba el cuerpo de Malena.
—Si mami, muy pronto te llenaremos, esta casa de nietos ¿verdad amor? —le preguntó Fabián a Malena y ella solo asintió.
Malena se dio cuenta de que Fabián, solo le seguía la corriente a la señora.
La mujer de repente se levantó de la silla de ruedas y se sentó en el comedor frente a ellos.
Malena se sorprendió, no entendía nada. Pero la mirada de Fabián, le suplicaba que hiciera silencio.
Malena se sentó en la mesa y Fabián personalmente le sirvió la comida.
Malena no pudo evitar deleitarse con el delicioso almuerzo, que para ella también era el desayuno.
La señora terminó de comer, se levantó y se volvió a sentar en la silla de ruedas y se alejó por el pasillo, hasta perderse de vista.
Entonces, Malena terminó de devorar todo frente a ella. Después se levantó y se paró frente a Fabián —Con una mirada acusatoria.
—¿Nietos? ¿Acaso estás loco?
Fabián comenzó a reír y Malena comenzó a pegarle con la mano abierta. Fabián solo se cubría, mientras se seguía riendo.
—Cálmate loca. Solo le estaba dándole un poco de alegría a mi pobre madre. Ella tiene Alzheimer y un poco de demencia. Pero es totalmente inofensiva, más si sabe que serás la madre de sus nietos.
—Deja de decir estupideces. Fabián. No me acostaré contigo y lo sabes.
—No lo harás ahora. Pero serás mi Reina, mi mujer. Pero, para eso debes prepararte y debes crecer.
Malena volvió a golpearlo y Fabián le hizo una llave, la aprisionó contra su pecho y la besó.
Malena le mordió los labios y Fabián la soltó.
El se limpió la sangre del labio y le sonrió.
—Ves eres una mocosa indefensa. Podría tomarte a la fuerza si lo deseara. Por eso debes entrenar y aprender a defenderte. Ningún hombre, escúchame bien. Ningún hombre debe obligarte a nada. Debes ser fuerte para poder ser libre.
—¿Me enseñarás a pelear? —le preguntó Malena sorprendida.
Fabián le sonrió y le despeinó el cabello con la mano.
—Por supuesto, entre otras cosas, pero eso será dentro de un mes. Primero necesitas recuperar fuerzas, obtener masa muscular y para eso debes alimentarte bien.
—Gracias.
—No, no me lo agradezcas. Porque como parte de tu entrenamiento, deberás aprender a amarme. Dentro de dos años, nos casaremos. Esos eran los planes de mi padre. Mientras tanto, no te tocaré. Solo serás mi media hermana, mocosa y latosa.
Malena sintió algo de nervios, pero estaba segura de que había tomado una buena decisión. Fabián a pesar de su espíritu infantil y juguetón la hacía sentir segura, como la hacía sentir su viejo Flavio.
—Ahora vamos, mocosa. Te enseñaré tu habitación.
—Está bien, imbécil —le respondió Malena caminando detrás de él.
Los días pasaron y Malena se adaptaba muy bien a su nueva vida.
Fabián se portaba muy bien con ella. La señora Denisse era muy cariñosa con ella. Al convivir con Malena comenzó a quererla como una hija. Pero solo hablaba de sus cinco nietos, de los nombres que les gustaría ponerle, la escuela donde estudiarían y cosas así. Malena había aprendido a seguirle la corriente y a lidiar con ella.
Pero Malena siempre desconfiaba de todo. Ella a pesar de cerrar la puerta con seguro, todas las noches. Malena rodaba el pesado closet para cerrar el acceso a su habitación.
Fabián sonreía al oír el espantoso ruido. Él no tenía intenciones de dañarla, pero sabía que ella se sentía segura así y por eso se lo permitía.
Mientras tanto en Chicago...
Nuestro sexy CEO, cenaba con su dulce y amada Estrella. La pequeña tenía unos ojos llenos de luz y alegría, también tenía una sonrisa llena de ternura y amor para su padre.
Todos los empleados de la mansión, observaban incrédulos a la princesa de papá. Que delante de ellos no era más, que una mini Maléfica.
Maximiliano terminó de cenar y levantó a su pequeña en brazos, para llevarla a su habitación.
Hoy le tocaba compartir con ella, una noche de películas.
La pequeña se acurrucaba entre los brazos de su padre y disfrutaba de sus mimos y su compañía.
Felicitaciones y éxitos en todo tu andar por la vida.