Una Esposa Para El Príncipe Maldito

El gran salón del palacio era tan inmenso que el eco de los pasos de Nora sonaba como un susurro lejano. columnas blancas sostenian un techo cubierto de frescos, y en el fondo, sobre un trono de plata, el anciano rey de Deira descansaba rodeado de cortesanos y caballeros.

Nora esperaba en silencio, las manos entrelazadas, mientras la doncella la anunciaba. su corazón latia con fuerza, no solo por estar frente al rey, sino porque sabia que en cualquier momento apareceria el… el principe Jahir Hassan.

y cuando las puertas se abrieron, el aire pareció detenerse.

entró con paso firme, vestido con un abrigo oscuro y una capa que rozaba el suelo. su cabello negro caia sobre los hombros y sus ojos, rojos como rubies bajo la luz del mediodia, se alzaron un instante antes de pasar por encima de ella sin detenerse. ni un gesto, ni una palabra. la miró como si fuera invisible.

Nora: Buenas tardes.

el príncipe no respondió.

Nora sintió cómo algo le ardia en el pecho. apretó los dientes.

[ni siquiera una inclinación de cabeza.. que clase de principe es este.]

el rey tosió suavemente, interrumpiendo el silencio, y habló con voz cansada.

Rey: Nora Aldridge, hija del duque Aldridge… te he mandado llamar para que conozcas a tu prometido, el principe heredero Jahir Hassan.

Nora hizo una pequeña reverencia, pero el principe no se movió, apenas cruzó los brazos. la arrogancia en su postura era tan evidente que la paciencia de ella se rompió en un hilo.

Nora (susurro): parece que la educación no es parte del protocolo real..

pero lo oyó.

Jahir giró apenas la cabeza, una sonrisa tan ligera que apenas curvó sus labios apareció en su rostro..

Príncipe: ¿decia algo, lady Aldridge?

ella sintió el calor subirle a las mejillas. intentó mantener la compostura.

Nora: nada importante, alteza.. solo me sorprende que no haya querido mirarme siquiera.

los murmullos del consejo se alzaron como un viento súbito. nadie hablaba asi frente al principe. el rey, sin embargo, sonrió debilmente, tal vez divertido por la osadia..

Jahir dio un paso hacia ella, sus ojos brillaron con un destello intenso que casi la hizo retroceder.

Principe: a veces no es necesario mirar para saber lo que uno tiene delante.. algunos se revelan por lo que dicen, no por lo que muestran..

Nora sostuvo su mirada sin bajar la cabeza, decidida a no dejarse intimidar.

[no voy a huir, se repitió. no esta vez.]

el silencio que siguió fue tan tenso que hasta el aire pareció crujir, y aunque ella no lo sabia, esa fue la primera vez que Jahir Hassan sintió curiosidad genuina por alguien que no temblaba ante el.

cuando terminó la audiencia, todos se inclinaron ante el rey y salieron uno a uno del salón. Nora se mantuvo erguida, intentando no mirar al principe, pero podia sentir su mirada ardiendo en su nuca. cada paso que daba resonaba como un golpe seco contra el suelo de mármol.

creyó haber escapado de aquella incomodidad hasta que una voz profunda, firme, la detuvo en el pasillo.

Principe: Lady Aldridge.

se giró, y ahi estaba el. el principe Jahir Hassan, de pie, con las manos cruzadas detrás de la espalda. la capa oscura caia como una sombra, y su expresión era tan fria que el aire entre ambos pareció congelarse.

Nora: si, alteza..

Principe: no muchos tienen el valor.. o la estupidez, de hablarme de esa manera frente al rey.

ella lo miró con calma.

Nora: no fue mi intención ofenderlo, solo dije la verdad.

Jahir dio un paso hacia ella, y la distancia se volvió insoportable. su presencia era intensa, casi sofocante.

Principe: no necesito tu opinión, solo necesito respeto.

Nora: creo que el respeto se gana.. no se exige como si fuera una moneda.

por un segundo, el principe pareció desconcertado. nadie le hablaba asi. nunca. luego frunció el ceño, y su tono se volvió más duro.

Principe: eres mal educada, lady Aldridge.

Nora respiró hondo, sin retroceder.

Nora: y usted es grosero.

el silencio se estiró como una cuerda tensa. en sus ojos, el rojo del principe brilló más fuerte, y por un momento Nora sintió una presión en el aire, como si algo invisible la estuviera midiendo, desafiando.

Principe: temo que no entiendes.. que en este palacio es mejor que me teman a que me respondan.

ella sostuvo la mirada, su voz firme aunque el corazón le golpeaba el pecho.

Nora: entonces tendrá que acostumbrarse, alteza. no pienso temerle.

por un instante, el fuego de sus ojos se apagó y dejó paso a algo diferente, una chispa de curiosidad, casi de respeto. pero fue tan breve que Nora dudó haberlo visto..

Jahir se dio media vuelta, su capa rozó el suelo mientras se alejaba..

Principe: veremos cuánto dura tu valentia, lady Aldridge. este palacio tiene formas… de enseñarla..

y se fue sin mirar atrás. Nora se quedó sola en el pasillo, la respiración temblorosa, sabiendo que acababa de despertar el interés.. y quizá la ira.. del hombre más temido del reino.

Esa noche Nora fue llevada a una habitación en el palacio pero casi no pudo dormir sentía una extraña sensación de ahogo en ese lugar..

al dia siguiente, el gran salón volvió a llenarse de cortesanos. el rey, recostado en su trono, observaba con sus cansados ojos a los presentes. su mirada se detuvo en Nora y en su hijo, el principe Jahir, que permanecia a su lado como una sombra. ella mantenia la postura correcta, pero era evidente que evitaba mirarlo.

el rey soltó una pequeña risa ronca.

Rey: parecen dos gatos encerrados.. si ni siquiera pueden sostenerse la mirada, ¿cómo esperan gobernar algún dia?

Jahir apretó la mandibula, Nora desvió la vista.

Principe: padre, no creo que lady aldridge y yo tengamos mucho de que hablar.

Rey: exactamente por eso.. van a hacerlo.

los murmullos se extendieron por el salón. Jahir lo miró sorprendido, pero su padre continuó con calma.

Rey: quiero que compartan tiempo juntos. paseos, comidas, lo que sea necesario. antes de sellar el compromiso, deben conocerse. no deseo otro matrimonio lleno de silencio y distancia.

Jahir entrecerró los ojos, reprimiendo un suspiro.

Principe: padre, con todo respeto…

Rey: no hay respeto si me interrumpes.. es una orden, hijo mio.

Nora hizo una leve reverencia.

Rey: si es el deseo de su majestad, lo cumplire.

Nora: bien dicho, niña.. y tú, Jahir, trata de no hacerla huir como a las otras.

el principe no contestó, pero su ceño se endureció. Nora lo notó y, por un momento, quiso reir. era la primera vez que veia al hombre más temido del reino recibir una reprimenda como un niño.

cuando el consejo terminó, Jahir la alcanzó en el pasillo.

Principe: parece que tiene suerte, lady Aldridge.. el destino insiste en mantenerla cerca.

Nora: o tal vez es una oportunidad para demostrar que no soy como cree

el principe la observó unos segundos, buscando un atisbo de miedo, pero solo halló determinación.

Principe: ya veremos.. no todos sobreviven al tiempo conmigo.

Nora lo siguió con la mirada mientras se alejaba, y aunque su cuerpo temblaba un poco, algo en su interior ardia de emoción.

[voy a intentar entenderlo, aunque el mundo lo llame monstruo.]