Ellen una mujer de 33 años. Atrapada en un matrimonio infeliz. vive al lado de su mujer cariñoso y atento esposo, obsesionado con el trabajo, ciudadano ejemplar, pero detrás de toda esa fachada, es un hombre infiel. Será acaso que Ellen será capaz de pagar con la misma moneda a su esposo o se resignara a vivir bajo las apariencia de un Feliz Matrimonio.
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Su primer Amante...
Ellen ve la mano extendida de Rolando frente suyo. Puede ver que Rolando tiene los dedos largos y una muy buena manicura en sus manos, continúa con su mirada el camino de un brazo fuerte con las venas pronunciadas en el ante brazo la camisa de color negro con la manga recogida. Los ojos de Ellen siguen con su placentero paseo visual. después de sus hombros ve el rostro masculino y joven de Rolando en su rostro choca con los ojos sedientos de Rolando y una sonrisa cálida en los labios.
Rolando _ Ven a mi nena, regala me está noche a tu lado.
Ellen no duda más y toma las manos de Rolando, este ejerce fuerza para atraer el cuerpo de Ellen hacia él. La atrapa entre sus brazos. recarga su rostro en el vientre de Ellen. Con su nariz juega en el vientre de esta. La cual sonríe y acaricia los suaves rizos de Rolando.
Rolando sonríe y como si fuera un niño pequeño o un gato muy mimoso, revolotea su cabeza en el estómago de Ellen, disfrutando de las caricias de Ellen. Levanta su cabeza y le muestra sus labios que muy unidos forman un pico, pidiendo un beso a Ellen, ella se acerca y le da un beso este es un beso suave, Ellen sin soltar los cabellos de Rolando acaricia las orejas de Rolando.
Rolando ronronea, y con sus manos sujeta las caderas de Ellen, sus traviesas manos van de arriba abajo sobre,la tela del vestido de Ellen, por suerte para el la falda es en linea A. Ellen siente unas sensaciones nuevas, sensaciones que jamás antes sintió, nunca Felipe le hizo el amor de esta manera. sólo acariciaba su intimidad y luego pum, pum y ya la pobre mujer no quedaba satisfecha, se podría decir que jamas conoció un orgasmo.
Rolando muy travieso pasa sus manos debajo del vestido, con suaves caricias llega a la delgada tanga de Ellen, con sus dedos locos los imprime en las nalgadas, las cuales aprieta y con su cabeza debajo del vestido de Ellen olfatea la intimidad de aquella mujer que con su cuerpo y aroma lo vuelve loco.
Con un atrevido movimiento pasa su lengua sobre la tanga negra de encaje, provocando que Ellen sienta escalofríos, recorriendo su cuerpo. Una corriente va desde la zona íntima pasando por su columna y liberándose en la nuca de Ellen, es como si viera fuegos artificiales, con los ojos cerrados. Ellen abre su boca y deja escapar un pequeño gemido, y con sus dedos sujeta la cabeza de Rolando. El que decide ser más atrevido y con sus dedos hace a un lado la pequeña prenda, primero su dedo indice ingresa en la zona húmeda. de adentro hacia afuera, es excitante para el, sentir lo fácil que entra y sale de ella, está tan húmeda que resbala con facilidad.
De la boca de Ellen escapan unas pequeñas sílabas ¡Haaa! ¡Haaa! Su respiración es más profunda, el pecho de Ellen se contrae suelta una mano la cabeza de Rolando y la pasa por su propio rostro, muerde sus dedos, esta sensación es increíble, crece en ella un volcán.
Rodando decide acompañar a su dedo indice, con su dedo medio, con la humedad de esta mujer, decide saborear la esencia de Ellen, en su cabeza piensa, jamás degusto néctar más dulce que el de esta mujer.
Con las dos manos rompe la delgada tanga. Con su lengua roza una y otra vez aquella zona suave y llena del rocío más dulce y adictivo.
La respiración de Ellen, se vuelve más rápida y profunda, siente que pierde todo el control y esa sensación de estallido aumenta en aquella zona donde Rolando está saboreando como loco.
Rolando siente y saborea la explosion de Ellen.
Ellen se le doblan las rodillas. y cae frente a Rolando el cual sonríe y acaricia el rostro de Ellen, la que con pequeños jadeos trata de normalizar su respiración, su rostro más rojo que nunca. Rolando atrae a Ellen hacia el y la besa, dando así a probar de su propio sabor. Ellen se deja llevar por aquel intenso beso, de rodillas ante el con una mano se apoya en el colchón y la otra toca el pecho de Rolando, con sus suaves manos siente el firme pecho de este hombre, con sus dedos baja por el abdomen marcado de Rolando, en su exploración llega bajo la cintura de Rolando, allí se tapa con una gran emergencia para Rolando. La respiración de Rolando es cada vez más profunda. y al sentir la mano de Ellen sobre su atributo qué pide ser liberado.
Ellen se aparta de él y con torpes movimientos suelta la correa del pantalón, a esto le sigue el botón y el cierre. Rodando para ayudar a Ellen levanta sus caderas y ella se adueña de los pantalones con todo y bóxers.
Ante Ellen queda expuesto ese tremendo atributo que rebota al ser libre, con la cabeza hacia arriba y una brillante humedad, que provoca ser probado, Rolando ve el rostro expectante de Ellen y al ver su rostro de deseo sonríe.
Las palabras sobran, estos dos amantes solo se dejan llevar, Ellen humedece su labio inferior y luego lo muerde.
Rolando _ Puedes probar si quieres.
Ellen abre grandes sus ojos y la idea con la que llegó a ese apartamento de dejar la vergüenza detras de la puerta, así que decide aproximarse a el, y sin quitar su mirada de la de Rolando, con su lengua prueba tremendo atributo.
Rolando aprieta sus dientes cierra los ojos y echa su cabeza hacia atrás, se apoya en sus manos para dejar libre acceso a Ellen, Rolando se da cuenta de qué está bella mujer puede hacer, lo que quiera con él.
Ellen sigue saboreando y devorando la masculinidad de Rolando con los labios y le da pequeños besos en la punta.
Los dedos de los pies de Rolando se encogen pues los labios de Ellen lo hacen estremecer y volver loco.
Ellen devorando toda la longitud de Rolando, le da mucho placer a este, tanto que el se libera en la boca de Ellen. Ella siente como por las venas de Rolando se viene toda su esencia y sin pensarlo 2 veces la traga. Rolando con enormes suspiros siente el máximo placer.
Después de la liberación. Rolando atrae a Ellen hacia el. La besa con locura y pasión, teniendo allí, a esa mujer de rodillas frente a el. Acaricia su espalda en busca de algún cierre del vestido, para liberar su anatomía. Ellen se da cuenta y solo sube su vestido hasta su cabeza, lo termina de sacar de su cuerpo y lo tira a un lado. Rolando ve que solo los pechos de Ellen son cubiertos por una delicada prenda de encaje. La desesperación le gana y al tratar de soltar los ganchos de este solo lo rompe y toma el cuerpo de Ellen hacia él.