NO SERÉ TU AMANTE

... Una semana después, Olga, Erick, Hilda y Lilia se van de viaje. El la lleva a Cancún, dónde todo inició.

— De todos los lugares del mundo. De todos los hoteles de la ciudad. Y de todas las habitaciones del hotel. ¿Tenías que traerme justamente a está? — Pregunta ella muy molesta.

— Creí que me ibas a complacer en todo.

— Me voy a dormir con mi hija.

— No. — Erick la toma en brazos. — Es nuestra luna de miel. Acuérdate.

— Bájame.

— No. — El abre la puerta y entra con ella en brazos, Olga deja de quejarse al ver lo linda que está la habitación, hay flores por todos lados, una botella de champagne, dulces poblanos y muchas fruta. Ella no puede evitar sonreír. — ¿Te gusta? — Olga regresa sus ojos a Erick.

— No está mal. — Dice en un tono poco entusiasta. Erick la baja y va dónde la botella de champagne, sirve dos copas y le da una a su esposa.

— Espero que te guste. — Olga bebe un sorbo.

— Está rico. — Ella ve los dulces y toma uno.

— Son tus favoritos.

— ¿Como sabes?

— Se muchas cosas.

— No me digas. — Olga termina de beber y Erick toma su copa, para dejarla sobre la mesa, se acerca a ella y besa cada centímetro de su rostro con suma suavidad, luego besa sus labios, al principio es apenas un roce, luego Erick lame y chupa los gruesos labios de ella un sin fin de veces, su lengua se desliza al interior de la boca de su esposa, y acaricia suavemente su lengua estimulandola. Olga responde lanzando sus brazos por detrás de su cuello.

El beso es largo, suave y a la vez excitante, a Olga le parecie asombroso, Erick se está tomando su tiempo para amarla, sus manos traviesas se deslizan por encima de su ropa hasta llegar a la blusa, la sube lentamente y Olga levanta las manos para que el la saqué con más facilidad. Erick continúa besándola mientras desabrochaba el bracier, recorre su cuello y baja por su garganta hasta llegar a los sen*s, los muerde y ch*pa deleitándose con su sabor, Olga deja escapar gemidos, Erick regresa sus labios a la boca de ella, Olga se separa un poco y levanta la camisa, Erick sube sus brazos para que ella se la saqué. Ahora ella coloca sus manos en el pantalón, quita el cinturón y lo baja, quedando expuesto un gran bu*to. Erick levanta a Olga en sus brazos y la lleva a la cama. Se deleita un momento con la vista, y sonríe, Olga se pone un poco nerviosa. Erick nuevamente comienza a besar el rostro de su esposa, hace un camino de besos hasta el abdomen, le quita a ella el pantalón, al tenerla con sólo una prenda no puede evitar ponerse aún más d*ro, sin embargo, primero quiere saborearla, por lo que quita la última prenda que hay en su camino, abre sus piernas y coloca su boca en el lugar más privado, el ch*pa y lame hasta sentir los deliciosos j*gos que se vienen a su boca. Ahora que ella está lista, Erick se quita el boxer y entra en ella con una suave est*cada, Olga deja escapar un gemido largo y placentero. Erick continúa emb*stiedno suavemente, mientras besa sus labios, Olga se siente en la gloria, el la está tratando con mucha delicadeza, con mucho amor. Erick continúa así hasta que ambos quedan llenos del otro. Los dos respiran agitadamente, Olga se ve muy contenta y agotada. Rápidamente se queda dormida.

A la mañana siguiente ella despierta muy contenta. De todas las noches que ha pasado con Erick, la del día anterior es su favorita. La mejor de todas.

Ella se da la vuelta y ve a Erick sentado, observándola.

— Buenos días. — El se agacha y le da un beso suave.

— Buenos días. — Contesta ella. Erick se pone de pie y va por una charola que después coloca en la cama.

— Puse todo lo que te gusta, pan integral, rebanadas de tomate, huevos con tocino, jugo de manzana, aguacate, kiwi, arándanos, nueces, y pan tostado con mermelada de mango. — Olga observa todo con una sonrisa. Ahora está segura de que ese desayuno es para ella.

— Gracias. — Ella le da un beso rápido. Erick no oculta su sonrisa, una mañana cómo esa es la que necesitaba, una mañana despertando con su esposa al lado, desayunando juntos en la cama, recibiendo un beso de ella, ahora sí parecen esposos. — Nuestra hija. Hay que...

— No te preocupes, ella sigue dormida. Fui a verla hace poco.

— Okay. — Ella se queda tranquila.