Luna Adoptada

Hace 250 años...

- Señor ya tenemos la ubicación de la bruja, se dirige al sur, pronto llegará a la frontera -

- Eviten que pase, si lo hace volveremos a perderla de vista, y recuerden es mi elegida, no la lastimen -

- Como ordene señor -

Soy Vlad Drácula, el Rey de los vampiros, he tenido una vida larga, tantos años que decidí ya no contarlos. Hace 60 años decidí vivir una vida normal, en un pueblo normal, como un humano normal, después de 5 años de estar entre las personas que yo veía como alimento, me topé con ella, la criatura más linda que había visto en todos mis años de vida, y no vida

Mayeli, una pequeña chica de piel trigueña y ojos cafés, viajaba junto con sus padres y familia, era un grupo que se dedicaba a ir de un pueblo a otro ofreciendo espectáculos de títeres, magia y la típica bruja que adivina tu pasado, presente o futuro, en otras palabras, un grupo de gitanos.

Todos ellos eran amables y simpáticos, pero de entre todos, las acciones de Mayeli eran las únicas que se veían sinceras, ayudaba por ayudar, sin pedir nada a cambio.

Después de observarla un par de días me acerque a ella y hablamos, se veía muy nerviosa, casi podría jurar que sabía quien era yo, dos días más tardé lo confirme.

Estaba hambriento, esta maldición que me acompañara por siempre me hizo convencer a una jovencita de seguirme al bosque, estando algo alejados no pude resistir más, la tome por la fuerza, y con mis afilados colmillos penetre con maestría la arteria en su cuello, bebiendo hasta la última gota de sangre, al dejar caer el cuerpo sin vida, percibí por el rabillo del ojo una figura, cerré mis ojos, era ella, estaba seguro, no quería que viera ésto, no quería que me viera así, siendo completamente yo.

Moví despacio mi cuerpo para verla de frente, en la comisura de mi boca aún quedaba un hilo de sangre ajena, pero ya no tenía nada que ocultar, nuestros ojos conectaron, y grande fue mi sorpresa cuando la vi ahí parada, tranquila, sin apartar la vista de mí, yo estaba impactado, realmente pensé que saldría corriendo después de ver lo que hice, pero, en cambio, caminó despacio hacia mí, con un pañuelo viejo limpió mi boca, sonrió y me llamó "Vlad"

A nadie en más de un siglo le he mencionado mi nombre, todos mis súbditos me conocían como el Rey Drácula, entre los pueblerinos soy Asmus y nada más, sin apellido, sin origen.

Tome su mano, y con cautela pregunte

- Como lo sabes? -

Levantando sus hombros contesta

- Sé muchas cosas, tu nombre, tus gustos, tu verdad -

Después de escucharla una ira empezó a apoderarse de mí, mi cabeza gritaba "cazadora", porque era la única forma de que ella supiera tanto de mí. Deje de ser delicado, mi agarre sobre ella cada vez era más fuerte, su cara de dolor me decía lo mucho que le molestaba, pero ninguno de los dos decía una palabra, hasta que se escuchó la voz de su madre

- Mayeli!! -

En un parpadeo me oculté detrás de un árbol, viendo lo que sucedía con ellas, Mayeli masajeaba su mano lastimada, le gritó a su madre que de inmediato llegó a ella

- Hija estás bien?, que haces aquí? -

- Mamá, ya lo conocí-

- A quién? -

- A Vlad, el Rey -

- Hay hija, ya te dije que solo son sueños, no debes de pensar en eso como realidad, no es bueno para ti, de nuevo empezarán a hablar mal, y estamos muy bien en este lugar, promete que ya no dirás nada -

Con un gran suspiro contestó

- Está bien mamá, no diré nada más-

Ellas se retiraron y más dudas vagaron por mi mente, sueños?? ella sabia de mi por sus sueños??

"VIDENTE", ella es una vidente y aún no lo sabe, estaba decidido, la seguiría hasta estar seguro.

Los días pasaron, me acerqué más al grupo de gitanos, ganando su confianza y convenciendo de acompañarlos en sus viajes.

Mayeli no volvió a comentar nada, pero siempre que nos veíamos, me dedicaba una sonrisa grande, y la verdad, buscaba por lo menos vernos de lejos para disfrutar de esa sonrisa.

Los viajes eran muy difíciles para todos, en ocasiones pasaban semanas para llegar a otro pueblo, a ellos se les terminaba la comida, yo no encontraba alimento que fuera digno de mi hambre, los pocos animales que cazaba y bebía, no eran suficientes, y en los lugares que llegábamos solo tomaba a borrachos o vagabundos, debía ser discreto, por mí y por Mayeli.

Una noche el grupo estaba dando un espectáculo, yo me sentía muy cansado, me entendieron y quedé dentro de una carpa, esperando el momento apropiado para salir a cazar, y sucedió lo que esperaba ver...

Mayeli entró a la carpa, se quedó frente a mí, su vista estaba fija en mis ojos, o eso parecía, porque al momento de levantarme y moverme, su mirada no me siguió, en cambio, sus ojos rodaron hasta verse por completo blancos, empezó a balbucear cosas, palabras sin sentido, es como si contara una historia empezando por la última palabra, tan rápido que ni siquiera se escuchan como palabras, para un oído normal imposible entender, para un oído de vampiro entendible, para ninguno coherente.

Fue cuestión de segundos, al terminar, estaba desorientada, pero al verme, empezó a llorar, me abrazó y dijo

- Te verán, intentarán cazarte, tu eres mucho más fuerte, pero habrá muerte de gente inocente y no quiero que pase -

Le aseguré que no pasaría, nos acostamos juntos, se quedó dormida en mis brazos y después salí a alimentarme, no lo podía evitar, solo fui muy precavido.

Pasaron 20 días desde esa visión, íbamos llegando a otro pueblo, pasamos por una humilde choza, ahí se encontraba una chica que había sido atacada por un oso, sus heridas frescas sangraban, llenando con su aroma todo mi ser, debí reunir todo el control que tenía para no alimentarme en ese momento. Al anochecer no podía más, como otras veces me quedé en la carpa, espere un rato y salí en dirección de la chica. Todo fue muy rápido, entre directo a alimentarme de ella, estaba seguro lo haría tan rápido que nadie me vería, y así hubiera sido si no fuera por la pequeña niña que entró justo cuando encajaba mis colmillos en el cuello de su hermana, grito tan fuerte que sus padres entraron enseguida, ya había tomado suficiente para estar con mis energías y habilidades al máximo, así que de un golpe le rompí el cuello al padre, mientras con mi otra mano atravesaba el cuerpo de la madre, la niña seguía gritando, así que la tome del cabello e igual que a su hermana le mordí el cuello y bebí su vida por completo. Para cuando terminé, todo el pueblo estaba fuera de la vivienda, salí con la intención de terminar con todos ellos, no valían nada ante mí, ante un Rey, pero cuando lo hice solo pude ver una cosa, la mirada preocupada de Mayeli, las lágrimas cayendo por sus mejillas, y el movimiento de su cabeza negando. No pude, por un instante en toda mi existencia negué lo que era, salí corriendo como el viento, prometiendo volver a ver su sonrisa encantadora...