Él nacimiento de Kevin acabó en el divorcio de Zaira, debido al ADN, pero ¿Quien es el padre del pequeño?
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Capítulo 11 SAIRA MARTINEZ "VISITA AL MÉDICO"
Saira Martinez
Luego de la llamada que fue más breve de lo que esperaba pero que produjo más cosas de las que cualquier llamada de horas podría hacerme me quedé sumida en mis pensamientos. Los escalofríos me recorrían de la cabeza a los pies y un mal presentimiento lo sentía en lo más profundo de mi corazón. Apenas si logré probar a duras penas bocado esa misma noche y dormir fue absolutamente un desafío imposible de abordar.
Desperté siendo una versión aún más desmejorada de lo que ya soy, con dos enormes ojeras bien marcadas en mi blanca piel, algo que ni el maquillaje podría cubrir así que no perdería el tiempo intentando algo en lo que fracasaría de todos modos.
El pensamiento que cruzaba por mi mente era ¿Cómo estaría Aidan ahora? Seguramente relajado esperando los resultados en una lujosa oficina y un vaso de alguna bebida ultra cara. No parece alguien emocional, sino un bloque de hielo con un cabello del color del fuego. Podría reírme de lo que pienso pero ni eso consigo ya que de ese hombre en unos meses tendré un hijo.
Tal como me lo dijo Aidan puntualmente a la hora pactada había un auto esperándome afuera para llevarme a realizar los exámenes.
No desayuné porque tenía un nudo en el estómago que fácilmente me haría vomitar; además de que bajo presión se instala un nudo en mi estómago que no me permite siquiera sentir hambre.
El chófer era más serio que su empleador al punto de considerarlo un maleducado de primera porque ni buenos días fue capaz de decirme.
Llegamos al hospital y aunque hacía un calor insoportable yo me sentía congelada y temblando. Las miradas analizadoras del chófer aún me tenían más incómoda, si tan sólo hablara quizás me distraería mínimamente pero ni eso hace. Sólo me mira sin disimular como si no valiera nada.
Llego al hospital y doy mi nombre a la recepcionista quien me dirige a una sala donde ya me estaba esperando un médico. Él hombre me sonríe quizás por verme tan asustada y hasta fuera de lugar. Toma una carpeta de color amarillo dónde está escrito mi nombre únicamente y la abre. Está en blanco, éste lugar es muy caro y jamás podría venir. No voy ni al hospital público ya que si me recetan algo no puedo comprarlo y una enfermedad cuando la pobreza es tan grande es algo que no puedo permitirme
Las preguntas comienzan, nombre completo: Saira Elizabeth Martínez, edad, fecha de nacimiento, grupo y factor sanguíneo, enfermedades, alergias a algún medicamento, adicciones recientes o antiguas y varias cosas más que no me son tan difíciles de responder.
Tal y como esperaba las preguntas se vuelven más íntimas como cuántas parejas sexuales tuve el último año lo cual no es difícil de responder ya que hace unos seis meses no mantengo relaciones y estamos en mayo. Después de eso me pregunta sobre mi período, cada cuánto sucede, cual fue la fecha de mi última menstruación...
-Ya no hay más preguntas- soltó una risa al acabar el tortuoso cuestionario- te daré éstas órdenes para que te hagas todos estos análisis y al tener los resultados debes volver a verme para acordar la fecha del procedimiento
-Está bien- no supe que más decir
-Nos vemos pronto, adiós
Salí de aquel consultorio y pregunté a una enfermera dónde estaba el laboratorio para ir inmediatamente y acabar con ésto de una buena vez.
Entregué las hojas que me dió el médico a la recepcionista del laboratorio y ella amablemente me dió fecha para una semana después y una serie de indicaciones, además de un frasquito para mi orina.
Salí de allí con el frasco y el papel con los datos de mi turno junto a las indicaciones a tener en cuenta para realizarlos y me dirigí al auto que me trajo aquí.
Me abrió la puerta, el único gesto de cortesía de éste hombre.
-¿Cuando debe volver?- preguntó
-En una semana
-Bien, ¿Hora del turno?
-8:00 horas
-A esa hora la recogeré. El jefe me dió esto para que tenga para sus gastos de estos días- me dió un sobre con mucho dinero, tanto que no podía creerlo
-Gracias, ¿Podría llevarme al supermercado antes de regresar?- resopló con fastidio seguro pensando que mi motivación es el dinero
-¿A cuál?
Me llevó al que le dije y me esperó en el auto hasta que salí con dos empleados del supermercado luego de gastar dos mil dólares, algo que jamás había podido hacer.
Chicas gracias por llegar hasta aquí, espero que ésta historia les guste. Estaré actualizando cada día, es de mi autoría como todas las demás así que pido paciencia para ir desarrollandola 🥰