¿Qué estarías dispuesta a hacer por salvar la vida de la persona más importante en tu vida?
María Bedoya era una joven que a tan corta edad tuvo que salir a trabajar para pagar los tratamientos de su madre que comenzó a sufrir insuficiencia cardíaca después de la muerte de su padre y hermano.
Hasta que todo se le vino abajo cuando le dijeron que su madre estaba cada vez más grave y necesitaba con suma urgencia un trasplante de corazón y la operación salía muy cara
Por lo que envuelta en la desesperación terminó entrando en un mundo de lujuria nocturno vendiendo su cuerpo. La realidad, el placer y el deseo de convertirán en una guerra interna para ella
Pero todo cambia cuando se entera que la persona con la que estuvo por dinero, esa que la llevaba hasta el cielo todas las noches por los placeres que le daba, era nada más y nada menos que Mariano Benítez el médico de su madre y del cual ella estaba enamorada secretamente
¿Qué pasará entre María y Mariano cuando descubran la verdad
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Cap 9 - Marcas en el cuello
Mariano …
No sé qué me pasó con baby hoy, realmente estaba disfrutando de estar con ella, hasta que se me vino a la mente María y pensar que estaba con ella me hizo sentir más eufórico
Vi en la cara de baby que no le gustó cuando hable pensando en María, y más que después de eso, sentía que forzaba los gemidos, pero en realidad no lo estaba disfrutando
No podía continuar así, obsesionado con 2 mujeres diferentes, con María porque me gustaba y con baby porque sentía que se parecía demasiado a María.
Llego a mí departamento, me quito toda la ropa y me meto al baño a darme una ducha y ahí me quedo por un buen rato intentando relajarme un poco
¿Qué debía hacer? ¿Debía confesarle mis sentimientos a María? Y si, ¿no? Ella tiene que saber lo que siento por ella, no puedo seguir con esta obsesión de verla y no tenerla, debía saber si ella sentía algo por mí, si tenía una oportunidad en su vida o simplemente olvidarla
Con ese pensamiento en mente, salgo del baño y me acuesto a dormir.
A la mañana siguiente, eran las 8 am y ya estaba en la clínica, aunque casi no había dormido, no podía llegar tarde, tengo responsabilidades como médico
Mí primera labor fue hacer la ronda en las habitaciones, para ver cómo estaban mis pacientes. Uno por uno los fui revisando hasta llegar a la habitación de Elena, donde me sorprendí de ver a María aún ahí
— Buenos días — digo entrando a la habitación
— Mariano por fin llegas, mí madre no se ha estado sintiendo bien, por favor revisala, no puedo irme hasta estar tranquila de que ella está bien — me dice María con preocupación
— Tranquila María, es normal que tu madre se sienta agitada, que sienta que el corazón se le acelera o que sienta entumecimiento en el cuerpo, ya que el corazón no está funcionando correctamente y no manda suficiente sangre al cuerpo. Por eso la estamos tratando. El viernes ya es la operación y verás que luego se sentirá como nueva — le digo acercándome a ella para explicarle lo que le sucede a Elena
Pero al estar frente a ella mí corazón se detuvo al ver algunas marcas en su cuello. ¿Qué eran esas marcas? ¿Maria tenía novio? ¿Ella estaba saliendo con alguien?
Sentí como mí corazón se rompía en mil pedazos, había venido decidido a declararle lo que sentía por ella, pero ahora, ahora ya todo estaba acabado, sabía que con ella no tenía oportunidad y eso me entristecía
Apreté mis puños de la ira que sentía en mí interior e hice unos pasos para atrás para alejarme de ella nuevamente
— Tienes marcas en el cuello, deberías de cubrirlas — digo sin mirarla, y acercándome a Elena para revisarla, o simplemente para que no se notara mí cambio de humor
La veo que sale corriendo al baño, y unos minutos después, vuelve y ya no tenía esas marcas, se las había tapado con maquillaje supongo
— María, ¿tienes novio hija? — le pregunta la señora Elena con un poco de dificultad para hablar
— No mamá, no sé de qué son estas marcas, de seguro alguna reacción alérgica a algo o alguna picadura de algún insecto — le responde ella avergonzada
— María tú no eres alérgica a nada y un insecto no te deja hematomas en el cuello — le vuelve a decir Elena
— Ya mamá, que no tengo novio dije. Me voy a trabajar, al mediodía vuelvo — dice tomando su bolso y saliendo de la habitación de prisa
Yo me quedé observando la puerta, ya todo estaba perdido, mis ilusiones con ella estaban perdidas, me maldecía a mí mismo por no haberle confesado mis sentimientos mucho antes
— Tranquilo querido, yo se que no tiene novio, si se la pasa conmigo todo el tiempo cuando no está trabajando. Aunque hace un par de noches que la veo que llega tarde en las madrugadas, pero eso no significa que tenga algún novio — me dice Elena, pero mí cerebro no está en buen funcionamiento ahora, y necesito despejarme con algo
— Descanse Elena, luego vuelvo para ver cómo sigue, seguiré con mí recorrido matutino — le digo forzando una sonrisa y saliendo de la habitación
Salgo de la habitación de Elena y me dirijo a la oficina, hoy no tenía ánimos de atender pacientes, asique preferí encerrarme en la oficina a revisar documentos, pero tenía tantos líos en mí cabeza, que cerré los ojos por unos segundos para intentar calmar mis pensamientos y termino quedándome dormido.
Me despierto sobresaltado al sentir que golpeaban la puerta de la oficina insistentemente, me levanto para abrir y era Lexi una de las enfermeras de la sala de cardiología
— Doctor, hasta que por fin lo encuentro, lo hemos llamado miles de veces y no nos ha respondido — me dice Lexi
— ¿Qué sucede? ¿Por qué tanto alboroto? — le preguntó confundido
— Lo siento doctor, la señora Elena del 201 tuvo un paro cardíaco, los médicos le hicieron reanimación con electrochoques, aunque pudieron reanimarla, ahora se encuentra en terapia intensiva — me dice y yo siento mí mundo desvanecerse, María me va a odiar si algo le pasa a su madre, le prometí que la cuidaría, y que no permitiría que nada le pase
Salgo corriendo de prisa hasta la zona de terapia intensiva y al llegar María se encontraba llorando afuera de la puerta donde se encontraba su madre
— Maria — le digo acercándome a ella y lo primero que recibo es una bofetada
— ME DIJISTE QUE ESTABA BIEN, QUE SU ESTADO ERA NORMAL, QUE NO ME PREOCUPARA, Y MIRALA, SU CORAZÓN SE DETUVO, CASI LA PIERDO ¿Y TÚ DÓNDE ESTABAS? — me dice llorando a mares
— Lo siento, lo siento María, no imaginé que esto pasaría, la revisé en la mañana, estaba bien, sus síntomas no eran para que tuviera un paro, lo siento — intento tranquilizarla
— Ella es lo único que me queda, me juraste que estaría bien, ¿Cómo llegó a esto? — me dice cayendo de rodillas al piso mientras se cubre la cara con las manos intentando contener el llanto
— Lo siento, la mantendremos en observación las 24 hs y aumentaremos la dosis de los medicamentos hasta que llegue el día de la operación, te prometo que no volveré a descuidarla, haré todo lo posible para que tu madre se salve — le digo agachandome a su altura para consolarla
— Me sacrifique mucho por ella, no puedo perderla, no ahora que ya me falta tan poco para reunir el dinero para su operación, por favor Mariano salvala — me dice aún llorando y yo la abrazo para trasmitirle confianza
— Hablaré para ver si podemos adelantar la cirugía para el miércoles, no importa si no tienes el total de la plata, lo que te falte la pondré yo, pero no podemos seguir esperando más, su corazón ya no está funcionando con normalidad, y necesita la cirugía cuánto antes — le digo levantandola del piso y dándole ánimos
— Conseguiré la plata que falta entre hoy y mañana, tú solo preocúpate por mantenerla viva hasta la cirugía — me dice secándose las lágrimas
— Está bien, pero ya sabes, que si no la consigues, yo la pondré, ¿De acuerdo? — le digo para que no se complique más por conseguir esa plata
— Está bien, si no la consigo te lo diré, te daré lo que reuní y el resto lo pondrás tú y te la devolveré después de la cirugía — me dice ya un poco más tranquila
— De acuerdo, ahora ve a descansar un rato, en terapia intensiva no puedes entrar, y quedarte aquí afuera será muy estresante — le digo para que no se quede esperando poder verla, ya que no le permitirán entrar
— No quiero irme, no quiero dejarla de nuevo, tengo miedo de que algo le pase y yo no esté — me dice con muchos nervios
— Acá en terapia, está monitoreada y por muchos aparatos, si algo no anda bien la atenderemos enseguida, no te preocupes, ella estará bien — le digo
— Igual no quiero irme, me siento más tranquila estando aquí — me dice y yo asiento, ya que le insistí pero no quiere irse a descansar
Fue en ese momento que se me da por mirar la hora y ya pasaba del mediodía
“Wow, ¿Dormí toda la mañana?” pienso para mí mismo
— Está bien, si te sientes cansada ve a la habitación donde estaba tu mamá y descansa — le digo para que no piense en quedarse todas esas horas que tiene antes de volver al trabajo en la noche, aca en terapia
— De acuerdo, gracias — me dice y yo asiento para salir de terapia y volver a mí consultorio
No podía dejar de pensar en María y en esas marcas en el cuello que le vi en la mañana, yo se que no es ningún tipo de reacción alérgica, ni la picadura de algún insecto, sabía perfectamente que esas marcas eran chupones, ella había estado con alguien y aunque lo negara, esas marcas decían lo contrario
Ya no quería martirizarme más, sabía que debía sacarme a María de mí cabeza, si ella tenía novio yo ya no tendría oportunidad en su vida y eso era lo que más me dolía.