De Rey, ¿A Omega?

En la noche, Lyam va llegando a su departamento, pero, se detiene al ver al alfa albino esperando en su puerta, lo cual se le hace ya molesto, parece que el albino tiene esa afición por molestarlo. Dio un par de pasos hasta quedar de frente al albino.

—es tarde, creí que no llegarías esta noche.— comenta Seth.

—llegue o no, no creo que sea problema suyo, Kovalenko.— responde Lyam mientras abre su puerta.

—me temo que esta vez, si lo es...lo creas o no, estás en peligro, debes saber sobre el asesinato de Antony Ferraro...—

—si, salió en las noticias, un vejete pervertido, espero le den un premio a quien lo hizo.— un jugosa cantidad por deshacerse de un violador no estaría mal.

—lamentablemente eso no es así, su padre esta buscando al culpable, y cree que tú tienes que ver con eso, supo que Antony te tenía en la mira.— informa mientras luce preocupado.

Lyam abre la puerta y le hace una seña al alfa para que pase, Seth así pasa seguido de Lyam, quien deja su bolso en la mesa de la sala.

—pero yo no me involucre con ese sujeto, no se que tenga que ver conmigo todo ese asunto.— si supieran, pero no es algo que deba presumir, al menos no al albino.

—es así, pero, para el anciano, eres culpable, y no piensa cambiar de opinión.— se lamenta.— quise intervenir, pero, no escucha a nadie.

Lyam se mantiene sereno, cosa que Seth ha notado, otra persona estaría asustada al saber que es buscado por los mafiosos, pero Lyam, esta más que tranquilo.

—los viejos siempre son necios, pero, no me preocupa, ¿que puede hacerme un anciano en silla de ruedas?— sonríe con malicia.

—él no pero...—le mira confundido.—¿como sabes que esta en silla de ruedas?

Lyam pasa a sentarse en el mini bar de su sala y se sirve un poco de whisky.—¿quien no lo sabe?, si se hizo todo un show por el funeral de Antony. Esta en todas las redes.

Seth suspira, había olvidado ese detalle, hoy en día todo se sabe con solo abrir una red social. Aunque el omega no parece de esos que se la pasa revisando las redes sociales.

—como decía, él no puede, pero sus subordinados sí. Quizás no estas entendiendo que ese hombre se rodea de gente peligrosa.— la falta de sentido del peligro del omega le preocupa.

—no necesito que me digas lo que se. Pero, no le temo, ni a él, ni a sus perros.—sonríe ladino.

Seth se acerca al omega y le quita el vaso de whisky de la mano, al tenerlo acorralado contra la barra del bar. El albino le observa a los ojos con enojo.

—en verdad que eres imposible...—el omega le esta haciendo perder la paciencia.— es mejor que contrates seguridad y no salgas a menos que sea necesario.— advierte.

Lyam levanta la mano tocando el rostro del alfa, deslizando su índice hasta los labios de este mientras muestra una leve sonrisa.

—¿acaso estás preocupado por mi, Kovalenko?, estás tomando esto demasiado personal.— habla suavemente sin despegar su mirada de los ojos del alfa.

Seth le sostiene la mano, al escuchar las palabras del omega, y es que, este tenía razón, esta tomando demasiado personal lo que esta pasando, y se esta preocupando de más por él.

—¿y que si lo estoy?, no me gusta que salgan heridos inocentes por culpa de otros. Antony te tenía en la mira, y ahora solo por eso, su padre quiere hacerte daño.—

Lyam empuja al alfa y se aparta de la barra caminando hasta la puerta abriendo esta.

—no necesito que se preocupe por mí, puedo encargarme yo mismo de mis problemas.— señala la puerta.— largo.

Seth se extraña por la reacción del omega, ya que se veía molesto, y hasta donde sabe, no dijo nada para hacerlo enojar de esa forma.

—no seas necio, tienes que tomar en serio est...

—largo, yo sabre que hacer.— grita.

Seth deja escapar un pesado suspiro, pero, decide marcharse. Apenas sale, Lyam azota la puerta y de paso da una patada a este.

—¡Tch!, ¿preocuparse por mí?, ¡Ha!, no necesito que nadie se preocupe por mí...— grita furioso.

Mientras se dirige hacía el mini bar de nuevo, para servirse más whisky, ese alfa le ha hecho enojar. ¿Preocupado por él?, que mentira, seguramente ese alfa solo busca algo, nadie se acerca o se muestra preocupado por otros, si no quiere algo a cambio, bien lo sabe él, sabe perfectamente que no se puede confiar en nadie.

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Al día siguiente, Seth estaba en su auto, cuando ve que el omega baja del elevador, pero, esta siendo seguido por otros hombres, uno de ellos le apunta con un arma, mientras le guía a una camioneta. Seth sabe muy bien quienes son esos hombres, así que apenas los ve marcharse, se pone en marcha.

La camioneta entra a la residencia de los Ferraro, Lyam baja del vehículo, pero, uno de los hombres le agarra con fuerza del brazo para arrastrarlo hasta la casa, Lyam se mantiene en silencio dejandose llevar, hasta la sala, donde ese mismo hombre que le sostiene le hace arrodillarse ante el anciano en silla de ruedas. El anciano tira cerca de Lyam la bolsa con los ojos de los sus subordinados.

—no se como lo hiciste, pero, hasta aquí llegó tu juego.— habla molesto el anciano.

—¿juego?, ¿quien dice que estoy jugando?, parece que aún no entiende la clase de enemigo que se busco.— responde Lyam mientras levanta la mirada afilada.

El anciano sintió un leve escalofrío al ver los ojos del omega, contario a lo que creyó que vería, es decir un omega suplicando, en realidad tiene ante él, a un omega que lo mira con frialdad.

...