La Protegida De La Bratva

Jamás en mi vida había visto a una mujer de esa manera, algo me llamó la atención cuando desde las sombras de la cocina la vi subir las escaleras, sentía que iba a desarmarse por eso la seguí. Vi cuando entro en su habitación y sentí el golpe de su cuerpo contra la puerta, no necesite apoyar mi oreja para escucharla llorar. ¿Qué mierda le había dicho para que se pusiera así? ¿Acaso tenía miedo de convertirse en mi esposa? Miles de preguntas asaltaron mi mente, no voy a mentir y a decir que no me sentí mal, quizás hasta herido de pensar que ella me rechazaba, pero cuando me encontraba divagando en mis pensamientos un ruido proveniente de su alcoba me hizo por instinto abrir la puerta.

No fue el llanto lo que me impresionó, sino el verla hecha una bolita en los pies de la cama ¿dónde está aquella mujer que me enfrento en el bar? ¿Qué intento defenderse de 5 hombres? No había un maldito puto rastro de ella en ese lugar, lloraba y suplicaba no volver a verlo ¿pero de quién hablaba? ¿Me temía? Me acerque cuidadosamente a ella, lo primero que note fueron sus manos qué sangraban, me alarme de una manera que jamás me había pasado, por el maldito destino está mujer había calado fuerte en mis huesos y en mi corazón, atine a hacer lo único que creí correcto, la abracé. Deje que llorara, que gritara si era necesario, que desahogara todo ese dolor con tal de que mañana fuese la misma Alina qué yo había conocido, con tal de que mañana tuviese esa hermosa sonrisa que hacía que le brillarán los ojos.

Cuando sentí que se iba calmando, escuche con dificultad lo que decía "no dejes que nos encuentre" ¿de quién carajos hablaba?" No dejes que nos haga daño" lo entendí y todo mi cuerpo se tensó, ella no tenía miedo de mí, ella no temía convertirse en parte de la familia, su verdadero miedo era que para hacer eso debía divorciarse y él sabría donde se encontraba, su miedo, su terror, su pesadilla era volver a verlo ¿qué tan estúpido fui? ¿Cómo pude pensar que ella podría enfrentarlo? La sangre me hervía y de no ser porque la tenía en mis brazos, juro por la vida de mis seres amados que podría haber destrozado aquella habitación. Ella tenía pánico de él, de solo escuchar su nombre o saber que podría encontrarlas, pero eso no iba a pasar, antes de que volviese a ponerle una mano encima, me haría cargo de despellejarlo vivo, se lo tiraría a mis perros y una vez que estuviese semi muerto, haría que sienta el filo de una navaja por todo su cuerpo. También podía dejar que Artem o Mazze lo usen de saco de boxeo como él lo había hecho con ella. Tenía tantos planes que no podía decidirme por uno que fuese meramente bueno, pero sufriría, oh sí que lo haría sufrir.

La tomé en mis brazos y la lleve a la cama donde la deposite suavemente mientras le hacía caricias en su cabeza, sentía como se iba durmiendo aun cuando todavía sus ojos lloraban, estaba cansada, cansada de ser fuerte, cansada de no decirle a nadie cuanto le dolía, pero sobre todo estaba cansada de vivir con el miedo de volver a encontrarlo y mientras cerró sus ojos y se dejó envolver por la oscuridad yo jure que ese hijo de puta no sería jamás un fantasma en su vida, lo iba a matar así eso me complicará las cosas con los griegos, me chupaba todo un huevo, él debía morir.

Una vez que su respiración se calmó la arrope con otra manta más aparte de la que ya tenía y la deje en su pieza con la luz encendida, baje las escaleras bajo la atenta mirada de todos, no sé que decía mi cara, pero tanto Artem como Mazze asintieron en silencio.

Caminamos los tres sin decir una sola palabra hasta mi despacho, la mirada de mi madre se posó en mí cuando noto que ambos vendrían conmigo y solo atiene a mirar a la niña, no tuve que decir palabras para ver como asentía. Ella la cuidaría por unos momentos mientras yo hablaba con mis dos manos derechas.

¿Dónde está Alina?- la pregunta de Mazze no se hizo esperar.

Durmiendo, después de un ataque de pánico- noté como por solo una fracción de segundo su rostro se entristeció antes de pasar a ser nuevamente frío.

¿Qué harás?- la voz de Artem me hizo voltear a verlo, no tenía ningún sentido esconder mis planes a ellos.

Quiero que lo maten- una sonrisa surco el rostro de los dos, como si hubiesen estado esperando esa orden desde hace mucho tiempo.

Entiendes el riesgo que corremos si ellos lo descubren ¿verdad? No me malinterpretes, la muerte sería algo demasiado bueno para ese animal, pero que pasará cuando sepan ¿quién fue?- Mazze tenía su mano bajo su mentón mientras pensaba en distintas maneras de hacerlo sufrir, la conocía, sabía que ella merecía que le diera ese trabajo.

¿Por qué supondrían que tendríamos algo que ver?- pregunte sonriendo y ambos lo entendieron.

Los griegos estaban en guerra con los ucranianos por unos cargamentos qué les habían robado y por rutas qué habían atacado, podíamos usar eso para nuestro fin, aunque sabía que en algún momento podían descubrir la verdad, quizás Ian al enterarse de lo que su sobrino había hecho dejaría pasar todo.

Deberías hablar con Ian y avisarle, siempre es mejor que sepan y la relación de tu padre con él es amistosa, quizás solamente quizás al ser padres de hijas entienda la gravedad del asunto. Solo convéncelo de que me permita asesinarlo- sabía que ella quería ese trabajo.

Bien programaré una reunión, le diré que es de negocios y que solo lo requiero a él, lo haremos en mí casa de campo, no quiero que sepa que Alina o la niña están aquí- les dije mirándolos a ambos.

Darko entiendo tu enojo y todo eso, pero debes considerar que si él no acepta y llevas a cabo tu plan, nos perjudicará con los cargamentos- Artem siempre era la voz de la razón.

Lo sé, pero si a pesar de enseñarle todo, él sigue defendiendo a ese monstruo, entonces no queda nada más que negociar con ellos- necesitaba pensar de que manera lo usaría a mi favor, aunque también había que convencerlo de que dejara que Mazze se encargará.

Bien, pero tengo una sola duda- dijo Artem mirándome seriamente -¿por qué solo Mazze se hará cargo de él?- lo mire sin comprender a lo que iba -vamos Darko, déjame participar en su asesinato-

¿por qué tanta emoción por participar?- estaba sorprendido, Artem era un dios de la guerra, pero jamás lo había visto tan ansioso por matar a alguien.

Es por ella- agacho la cabeza y vi como sus hombros también caían -Selene a su manera me contó lo que ese hijo de puta le hacía a su mamá y puedo asegurarte que la rabia es algo que jamás pude controlar ¿cómo puedes dañar a un ser tan inocente como lo es una niña? ¿cómo puedes lastimar a quien te dio el título de papa?- cuando levantó la cabeza sus ojos destilaban ira contenida.

Artem- dije en voz baja.

No, no es justo. Perdí a mi esposa y a mi hijo en un accidente y ese hijo de puta golpea a su mujer embarazada y hace que su hija nazca sorda y luego la hace presenciar la casi muerte de ella. ¿por qué la vida es tan injusta?- se quebraba con cada palabra que decía y yo lo entendía.

Hace 6 años había conocido a la que fue el amor de su vida, se casaron después de un corto noviazgo y antes del año ya estaban esperando su primer hijo. Ella quería comprar ropa para el bebé, él le dijo que irían cuando volviera de trabajar, pero ella no lo escucho y le pidió a uno de sus hombres que la llevara al centro comercial. En el viaje de vuelta un conductor ebrio impacto contra su auto, jamás En mi vida vi a mi mejor amigo tan destruido, el pobre médico que le dio la noticia temía por su vida cuando él lo empujó contra la pared para que lo dejen entrar a verlas. Jamás volvió a sonreír hasta que lo vi en el hospital con la niña en brazos, por primera vez en tanto tiempo, volvió a ser él, no completamente, pero si una parte de lo que algún día fue.