En una novela de romance y fantasía, Anastasia Alborán fue la hermana de la villana, una simple extra que pagó con la muerte los crímenes que su hermana cometió, mientras que la villana jamás fue castigada por sus pecados cometidos.
Pero ahora un alma proveniente de otro mundo ha reencarnado en Anastasia y ella está dispuesta a evitar ser víctima de la villana. Sin esperarlo, Anastasia termina siendo la pareja destinada del emperador de las bestias, Luciano Baroni, un poderoso lycan, el cual la busca después de haber pasado una noche con ella.
¿Anastasia aceptará su destino como la pareja de Luciano? ¿Será esta la forma en la que pueda evitar su trágico final?
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El plan no funciona
En el imperio de Galaxia.
En el imperio de Galaxia, Sonia estaba impaciente, ya que no había recibido noticias de los hombres que mandó a eliminar a la ofrecida que sedujo a Luciano, y estaba comenzando a impacientarse.
Ella de manera discreta, mandó a la frontera a alguien, y esa persona le trajo noticias. Le dijo, que pasó un incidente con unos lobos en casa de un noble importe, y que en él murió la hija de este y su esposa, y que en el incidente murieron los atacantes y algunos guardias del ducado.
El nombre no preguntó si aquel noble tenía más hija, y solo se limitó a dar la información conforme la solicitud Sonia.
Tal noticia para aquella mujer fue de muy buen agrado, y a ella no le importa lo que le pasó a los hombres que mandó a matar a esa mujer.
Solo le importa que por fin su amado estaba libre otra vez, y que ella por fin estaría con él.
Por eso, ella esa noche planea seducir a Luciano directamente, y planea usar afrodisíaco para motivarlo a un más.
Pensando en eso, ella tras convencer a los que sirven la cena, es quien esa noche iba a servir todo, el vino era lo único que tenía el afrodisíaco.
Cuando la noche llegó, ella muy concentrada de lograr su meta, preparó todo, y con anticipación y se vistió para la ocasión, con un sensual vestido azul rey.
Cuando llegó al comedor, el hombre estaba esperando a que un sirviente llegará con su cena y le sirviera, pero en lugar de eso, solo ve llegar a Sonia, la hija de su niñera.
Curioso, él pregunta qué significa esto, ya que no es normal que esa molesta mujer llegue a servir, de seguro algo está planeado y él no es tonto para caer.
—¿Se puede saber qué está pasando, desde cuándo eres la encargada de servirme en el comedor?— preguntó él levantando una de sus cejas con curiosidad.
Ella de manera sumisa explica la situación.
—Mi señor, quiero servirle esta noche, como muestra de agradecimiento por dejarme quedar en este palacio, es usted un buen emprendedor— dice ella mientras hace una reverencia perfecta, misma que deja al descubierto sus prominentes pechos.
Nero el lobo de Luciano gruñe en el interior de él, ya que no le gusta para nada la presencia de aquella mujer ofrecida.
—Bien, si solo vienes a servir, termina y vete, no tengo tiempo para perderlo contigo— dice el hombre con evidente enojo, la mujer de manera disimulada sonríe y luego se levanta de su reverencia, y se pone a servir.
Al terminar, ella nuevamente hace una reverencia y sale del comedor, y al salir, esconde su olor luego de unos minutos, para que Luciano crea que se fue.
Los guardias de la puerta, al ser ella conocida allí, no dijeron nada.
Dentro del comedor.
De manera minuciosa, Luciano estaba revisando la cena que trajo Sonia, y no encontró nada raro en ella, por lo que se cuestiona así mismo por el desprecio que le hizo a aquella mujer.
Él tras verificar bien, comió de la cena y, al no ver nada en ella, bajó la guardia, destapa la botella de vino, y se sirve una copa.
Él también por precaución verifica a ver si el vino tiene algo, y al no sentir nada raro, se tomó su copa con tranquilidad.
Pero nada más tomar la copa, se empezó a sentir mareado.
Rápidamente él trata de levantarse de la silla en la que estaba sentado, y al hacerlo, se tambalea, por lo que intenta sostenerse de la mesa, pero no lo logró, sino que cayó desmayado, tal parece que la mujer no tomó en cuenta la cantidad de afrodisíaco, y termino agregando más de la cuenta, y el efecto producido, fue adverso.
El ruido alertó a los de afuera, quienes entraron al lugar, y encontraron al emperador tirado en el suelo.
Rápidamente fueron a ver qué estaba pasando, y fue entonces cuando lo vieron desmayado.
Los guardias rápidamente lo levantan y lo llevan a su habitación, y dejaron a Sonia en el comedor, quien sin que la vean, limpio la escena del crimen, sustituyendo así, las evidencias, sin dejar rastro del delito.
Luego de eso, ella se fue a la habitación de Luciano, en dónde ya lo estaba revisando el doctor imperial, pues este tiene que permanecer allí en el palacio, por si algo pasa con el emperador, el hombre también era amigo de él.
Fingiendo preocupación, ella pregunta afligida.
—¿Doctor, qué le pasó al emperador?— pregunta ella llorosa.
El doctor solo se limita a seguir haciendo su trabajo, luego de un momento, él responde a la chica.
—Parece que alguien quiso drogar al emperador y se le pasó la mano con el afrodisíaco, los niveles en su sangre, son para matarlo, por milagro está vivo — dice el doctor, y la joven se asustó por lo dicho por él.
—Esto es terrible, debemos investigar el asunto a fondo, ya que yo fui quien sirvió la cena— dice ella un poco tímida y el doctor al escuchar eso, manda a los guardias a buscar muestras de todo lo que comió el emperador, y así ver qué está pasando.
Los guardias fueron al comedor y trajeron todo para que se revisará, y el doctor, tras revisar minuciosamente cada comida y bebida, no encontró nada.
—Aquí en esta cena no veo nada que le haga daño al emperador, pero por seguridad, verificaremos las habitaciones de los empleados— dice el doctor y manda a buscar a Rodrigo, hombre de confianza del emperador, quien se encontraba durmiendo, tras una larga jornada de trabajo.
Cuando se le dijo lo que pasó, el hombre dio orden de verificar hasta el nido de las gallinas, en busca de pruebas.
Mientras, el doctor sigue atendiendo a Luciano, tratando así de eliminar aquel potente afrodisíaco de su sangre, pues de dejarlo, no se sabe qué pueda pasar con él.
El cuerpo del hombre estaba caliente, y su respiración estaba cada vez más lenta, ni aun sus genes de lobos podían hacer mucho con tan gran cantidad de afrodisíacos en la sangre. Su semblante estaba pálido, y su piel también.
Tras examinar la sangre del emperador, el doctor ya tiene una cura para salvarle.
El doctor rápidamente preparó un antídoto, el cual hizo efecto de manera rápida, pero Luciano aún seguía sin despertar.
Los sirvientes estaban siendo interrogados por Rodrigo, pero nadie parecía saber nada en lo absoluto.
Sonia, estaba muriendo de nervios, y justificaba su estado, con preocupación por Luciano.
Ella es una buena actriz, una que sabe jugar bien su papel de mujer preocupada.
Esa noche, todos se quedaron a velar el sueño de Luciano, quien aún seguía sin despertar.
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A esta tonta le salió el tiro por la culata
Mañana llegaré con más capítulos, no olviden dejar su apoyo.