Entre Las Estrellas... TU

Felipe...

Antes hubiese pagado toda mi fortuna por que me librasen de un día de chicas. Pero hoy lo hago con gusto. Ver a mi madre pasando un día con mi bonita me hace sentir feliz. Obviamente, todo lo que se está gastando en Samantha y Sally lo pago yo. De hecho estoy pensando, en que papá me estuvo hablando de una cena con los accionistas de una de las empresas en las que yo soy inversor. Iríamos papá con mamá y yo por supuesto que con Sally.

Le pido a mamá que por favor la lleve a una tienda donde puedan comprar un vestido que acentúe esa belleza que ya yo sé que tiene. Así hacen y aunque la cena es mañana, me aseguro con mamá que alguien vaya hasta la casa y las maquillen y peinen para la ocasión. Por lo que veo vas muy en serio con Sally mi amor. Me dice mamá. Le beso la frente y le susurró para que solamente ella escuche. Mamá, ella es la mujer que ni siquiera sabía que existía, pero que necesitaba en mi vida. Sally me enamora no solamente físicamente mamá, ella me enamora mentalmente, intelectualmente, almáticamente, en fin con ella siento que soy mejor.

Mamá me abraza y me dice jamás imaginé que llegaría este día. Y ver la gran mujer con la que te topaste, solo me hace sentir agradecida. Solamente te aconsejo que no la traiciones, hablen las cosas claramente y verás cuántas cosas te vas a evitar. Si mamá. Finalice la conversación con ella. Fui donde estaba mi enana (así es como llamo a Nathalie) comencé a molestarla y ella a intentar agarrarme, así estuvimos correteando por toda la tienda mientras que mi bonita estaba cambiándose.

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Sally...

Mamá y yo estamos anonadadas de ver qué en todas las tiendas que hemos entrado, Natalia y Nathalie son tratadas con un cariño impresionante. No saben dónde ponerlas ni que ofrecerles y todo lo hacen con una sonrisa. Ver a Natalia hablando con las intendentes de la tienda como si hablase con una prima o un familiar, nos tiene a nosotras sin palabras.

No sabemos si es entonces en Texas donde los ricos son una porquería o que es lo que pasa. Aunque sospecho que los ricos que quieren ser una porquería lo son y los que quieren ser un amor tal como lo son los Johnson también lo son. Natalia me trajo a una tienda de vestidos de noche y me encantó uno que es verde esmeralda. Natalia nos pidió que solo mamá y yo lo viéramos, que no permitiera a Felipe verlo.

Cuando me lo puse, mi madre que fue la única que entró conmigo al probador, lloró. Te ves hermosa mi niña. Nos abrazamos y ella me dijo Hija, Felipe ha ido mucho más allá de lo que debía hacer. No tenían que hacer nada de esto, pero, sin embargo, lo hacen. Debemos cocinar esta noche para ellos ¿te parece? Asentí. Sé que mamá ama cocinar y ahora lo hará con mucho más amor y sobre todo gratitud de lo que normalmente lo hace.

Salimos del probador ya con el vestido en mano y veo a Felipe correteando a Nathalie por la tienda. Amo como este hombre puede ser tan grande, responsable, inteligente, fuerte y a la vez tan chiquito y amoroso con sus hermanitos y ya quiero ver cómo será con sus sobrinos. Eso me hace pensar en que será un gran padre. Espera... ¿Qué hago yo pensando en Felipe como padre? Pero al mismo tiempo digo... ¿A quién engaño? Me encantaría que Felipe fuese el padre de mis hijos.

Salimos de la tienda y Nathalie se me guinda en gancho del brazo y luego de el de Felipe. Íbamos caminando y riendo de las cosas que ella iba diciendo. De pronto, nos soltó del gancho que había formado con cada uno, pero nos agarró las manos, y luego nos las unió. Así se ven mejor. Yo estaba como muy metida entre ustedes y no se veía bien, pero así, así se ven hermosos. -Dijo sacando su super lujoso celular y tomando una foto de nosotros- Perfectos. Terminó diciendo. Hizo algo más con su celular y de pronto dijo Hey pie grande... Quiero helado... ¿Nos llevas a Sal y a mí por uno? Yo quiero uno de 3 bolas ¿Y tú Sal? Sentí por un momento que me había quedado atrasada. Todo está pasando muy rápido.

Cuando miré, iba caminando de la mano con Felipe, y ya estábamos parados frente a una heladería. Intenté soltar la mano de Felipe, pero él ni se inmutó, por el contrario, me agarró más fuerte pero sin lastimarme. Lo miré y cuando me miró, sentí esa electricidad que siento cada que nos miramos. Se bajó hasta mi oído y me dijo. Quiero seguir así hasta que estemos más viejitos que mis abuelos. Por favor, no me rechaces más. Al decir eso, cerró con un beso en el costado de mi cabeza. Lo miré y me quedé embelesada en lo hermoso que es Felipe por dentro y por fuera.

Mamá y Natalia conversaban a lo lejos mientras tomaban un café. ¿En qué momento se sentaron a beber café? ¿En qué momento nosotros llegamos a la heladería? Y aún la cabeza me da vueltas por andar agarrada de la mano de Felipe. Nos sentamos los 3 en la heladería y Nathalie estaba feliz con su helado de 3 bolas, yo con una deliciosa hiper malteada y Felipe con Waffles y helado con muchas fresas, que ahorita Nathalie me contó que es su fruta favorita.

Nos terminamos todo y nos fuimos al auto con cientos de diferentes bolsas de todo tipo. Al llegar papá y Chad jugaban al ajedrez y ya llevaban varias rondas. Unas ganadas por papá y otras ganadas por Chad. Papá se veía feliz. Apenas llegamos a casa, mamá habló con la cocinera de la familia diciéndole que entre nosotras 2 cocinaríamos para toda la familia. Natalia estaba al tanto porque ya mamá había hablado con ella. El tiempo transcurrió y fue la hora de la comida. Juntos nos deleitamos con un delicioso Chili con carne, pastel de carne, tortillas y verduras salteadas. Y yo hice un postre de fresas confitadas, ya que es el favorito de Felipe.

Al terminar todos alabaron la comida y el postre que mamá y yo hicimos. Los adultos se retiraron y Felipe me llevó a un cuarto especial que le había hecho su papá cuando estaba pequeño. Era un pequeño estudio con un súper telescopio y en las noches muchas fueron las veces en las que Felipe estuvo aquí, estudiando y admirando el universo infinito. Estuvimos allí un rato, hablando de las estrellas y de pronto, él se me quedó mirando y me dijo... Pero ¿sabes que? aún con toda la belleza que tiene el espacio, entre todas las estrellas, la más hermosa eres Tú. Cuando dijo eso, se acercó lentamente y sin dejar de mirarme y yo sin mover ni un solo músculo de mi cuerpo, me besó.

Finalmente sus labios tocaron los míos y con lentitud, me llevo al espacio. Yo me sentía como en gravedad 0. Sentía que si no fuese porque él me tiene agarrada, yo podría flotar. Sus labios son dulces, y no sé si lo hice bien o no, pero lo que si sé es que mi primer beso es MUCHO MÁS de lo que alguna vez pude imaginar.