El Azul De Tus Ojos

Liora

Al día siguiente me levanté totalmente feliz por la noche anterior, una noche que había sido de fantasía. Viktor me había enseñado la ciudad, lo bello que era Italia, mientras me contaba un poco de su época en la universidad.

Era un niño genio, un niño que debieron enseñarle mucho desde pequeño, tal vez no tuvo infancia y por lo poco que podía hablar, era claro, él no había tenido mucha infancia, debió estar rodeado de un montón de libros, porque lo imagino así.

—Me descontrolé cuando llegué a la universidad, tomé y me drogué al principio —La risa de Viktor era un canto para mis oídos, tan ronca y tan perfecta.

—¿Te arrepientes?

—Sí, más que todo de las drogas, nunca entendí para qué funcionaba, solo me hizo volver más triste de lo que era, no le veía sentido a eso, además tenía un compañero que era mucho más loco que yo —Puedo notar esa leve mueca que hace, parece que no era su persona favorita.

—¿Sigue estando contigo?

—¿Ese compañero? —Asiento —Sí, aunque no me gusta cruzarme contigo, cuando estábamos a punto de graduarnos, ambos tomamos caminos diferentes y no separamos del todo.

—¿Qué estudiaba él?

—Al principio derecho, luego se cambió para administración de empresas.

—¿Te gusta tu carrera? —Pregunto, pero se forma un silencio demasiado incómodo —No tienes que responder si no quieres.

—No, sinceramente me hubiera gustado estudiar algo más.

—¿Cómo qué? —Le pregunto mientras le sonrió y lo miro, sus ojos azules se veían tan perdidos, tan fuera de base de este mundo.

—No sé —Esa es la respuesta que necesitaba para saber que no podía preguntar más sobre su vida privada, era mejor que él cuando quisiera se abriera a la conversación.

—¿Quieres tener hijos? —Le pregunto cuando ya estamos cerca de la mansión.

—No, no me veo como papá —Algo en mí duele, yo quería un bebé igual a él, como esos ojos tan hermosos que él tenía.

—¿Y tú? —Me devuelve la pregunta y ya no sé como responderle —Algo me dice que sí, tienes unas vibras de mamá cariñosa —Se ríe y siento un cosquilleo.

Nos quedamos en el carro, unos segundos más, mirándonos.

—Quiero ser mamá, solamente si el papá quiere estar conmigo o quiere vivir esa experiencia conmigo, si no, no quiero nada —Me moría por ser mamá, por formar una familia una que yo nunca pude tener, pero no podía decirle eso a él, no podía permitir que él escapara de mí.

—Aún estás joven, primero disfruta.

—No quiero meterme con el uno y con el otro, eso no es disfrutar.

—No quería decir eso.

—Quiero una familia y si conozco a alguien que valga la pena no voy a sentir que perdí mi tiempo, al contrario, sé que valdrá la pena.

Nos quedamos cortos en la conversación, ambos nos miramos fijamente, como si en cualquier momento me fuera a besar, pero no sucede, eso no sucede y cuando llego a mi habitación quiero llorar, aunque solo al principio, porque a la mañana siguiente estaba emocionada. ¡Conocía al osito gruñón! Estaba un paso más adelante de lo que estuve hace un mes que me veía como niña pequeña.

Ese día salí con la ilusión que todo saldría bien, no me había fijado ni siquiera en el celular, no había visto nada de los mensajes, lo hice mientras iba a buscar algo de desayunar.

***Enana\, no sé como comenzar este maldito mensaje\, no sé como decirte que me iré un tiempo\, tengo mucho trabajo pendiente. ***

Sentí que todo ese momento de ayer había sido para put*a mierda, él no se sintió de esa misma forma que yo.

^^^¿Dónde estás?^^^

En Suiza, no sé cuando vuelva.

Me había contestado muy rápido, pero yo me sentía perdida.

^^^Llévame contigo.^^^

Escribí por impulso, quería irme con él, no podía dejarme así, no podía dejarme. Ya me habían abandonado un montón de veces, él no me podía hacer eso, no me podía hacer sufrir así.

No puedo, enana.

^^^¿Te puedo escribir todos los días?^^^

Puedo ver como se ve él escribiendo, pero tarda casi cinco minutos en responder, cuando lo hace me alegro.

Sí, pero no te prometo que contestaré de inmediato.

¡Podía lograrlo! Podría convencerlo de que me viera como mujer, podría lograrlo.

Una semana después mi rutina se había convertido en mandarle foto de como estaba vestida, que estaba comiendo, los primeros dos días nunca recibía respuesta inmediata, siempre se demoraba y sus mensajes eran demasiados secos, pero luego del tercer día, me empezó a mandar fotos de él. Como estaba vestido, como se había organizado, a veces solamente de la corbata que llevaba en el momento porque iba para la audiencia de ese preciso momento.

Me encantaba hablar con él, no quise salir mucho a Italia, porque le dije que debía llevarme él, que no iba a recibir otro guía que no fuera él. Fue un berrinche que duro casi dos horas, donde él me regañaba y yo no cedía. Al final fue Viktor quien tuvo que ceder, porque ni en mis locos sueños estaba dispuesta a decirle que si iría con otro.

—Liora —Escucho el llamado de mamá Drago, ella ya se había enterado de que la llamaba así y no había molestado, entonces inconscientemente ya la llamaba de esa forma.

—Voy, mamá Drago —Salgo de la habitación casi corriendo, sin dejar de lado mi celular, porque me encantaba tomarle foto a todos y mandárselo a Viktor.

Cuando bajo al primer piso, veo un hombre, un hombre que podía tener la edad de Viktor, pero era rubio, con ojos verdes, muchos más vacíos que los de Vitya.

—Ella es Liora —Me presenta papá Drago, puedo ver como Dimitri estaba con un sándwich, pero cuando se da cuenta a quién me están presentando sale corriendo sacando su celular, ¿quién era este tipo?

—Un placer, soy Ángelo Corleone —Se acerca para besar mi mano derecha, la misma donde tenía mi celular.

—Un gusto —Respondo, pero cuando trato de sonreír por cordialidad me sale una mueca, no me gustaba que me tocará.

—Ángelo es el futuro empleador de Viktor. Su padre fue el mío, la familia Drago siempre protege a los Corleone.

Quería hacer preguntas, pero por la expresión que estaba haciendo la madre, no le parecía gustarle demasiado.

—Aunque algunos están casados con los Corleone —Mira a mamá Drago y esa gira para evitar la mirada, mientras papá Drago se tensa por completo con ese comentario.

¿En qué mierda me había metido?