En esta versión, mí primera historia, "La herencia de la abuela", se explica desde los ojos de Max, explicando algunos interrogantes inconclusos
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capitulo 6: "Mini"
A Max le tocó viajar, solo estuvo trabajando en Toledo y regreso, para la película necesitaba un cambio de look, tanto de crecimiento de cabello, cómo aumentar masa muscular, ya que su personaje era un expediciones, que en la historia transcurre el tiempo, y necesita un cambio físico. Él era alto y elegante, pero mucho más delgado de su hermano Alex.
Al fin, luego de dos semanas, regreso a su casa. Estaba ansioso por ver a su esposa. Cuando entro al departamento, con todas sus valijas, creyó que no había nadie, pero de la cocina salió Camila, quien se sorprendió de verlo.
-¿Qué haces aquí?- pregunto ella -¿Por qué no me llamaste?-
-No me di cuenta... ¿Cómo?... ¿Cómo no has estado?- pregunto él, algo nervioso ¡Maldición! ¿Por qué lo ponía así de idiota?
-Bien, pero no he cocinado nada, debes de estar hambriento.- comento ella.
-Bueno, pedimos pizza...- Sugirió él.
-No, Max, otra vez no. Deja que hago unos macarrones con queso... Eso sí se.- río Camí.
Más tarde estaban cenando y él le pregunto cómo le había ido en esos días.
-Bien, estoy teniendo muchas negativas en mis propuestas... De todas maneras debo de hacer una presentación y tengo que lograr que acepten que la presente... Ya veré como.- respondió.
-Cami ¿Necesitas mí ayuda?-
-No, tú te pelarías con tu tío y yo no quiero eso, soy mucho más fuerte e independiente de lo que piensas, Max, no te preocupes.- dijo Camila.
-Ya lo sé... Pero si necesitas mí ayuda, no dudes en pedirla...- dijo y se quedaron mirando.
Evidentemente, su esposa se puso nerviosa, así que se paró de golpe para cortar la tensión.
-Olvide la jarra con agua, ya voy a por ella.- sonrió.
Max la miraba caminar hacia la heladera, con su pequeña dificultad en esa pierna, para él no era importante, la veía hermosa entera, y cuando más la conocía, era más bella para él.
Un par de días después, Max estaba en su casa, esperando a que su esposa regrese, como todos los días, ya había ido al gimnasio y ahora se estaba tomando su licuado, cuando Camila entro con mucha efusividad.
-¡Hola, esposo!- exclamo con una sonrisa y él la quedó mirando.
-Hola... Esposa.- saludo Max con dudas. ¿Qué había ocurrido? -Estáis de muy buen humor ¿Cómo te ha ido hoy?- pregunto.
-Oh, sí... Luego te cuento eso.- respondió ella -Pero ahora te quiero hablar de otro tema.-
-Está bien...- dijo él con cierto aire de intriga y se sentó en el desayunador, ella lo imito.
-Bueno, empiezo: mí hermana irá a Argentina en año nuevo para visitar a mí abuelo...- comenzó -Entonces... Se me ocurrió...-
-¡Ah, entiendo!- exclamó él y ella lo miro -Entonces, vamos a casa de tu hermana en navidad, que estará aquí y a lo de mis padres por año nuevo, ¿era eso?-
Ella lo miro con mucha ternura y, aparentemente, con admiración. Esa sensación lo gratifico.
-Si, era eso.- respondió ella sonriendo con pudor.
-¡Ahora sí! Cuéntame sobre tu trabajo.- dijo Max, ansioso de saber -Estáis alegre por tu trabajo ¿verdad?-
-Está bien.- comenzó -Le he hecho una propuesta a tu tío y, por supuesto, la rechazo.- continuo, pero Max no entendía que la podía poner feliz de esa situación -Pero me he puesto firme y le dije que de igual manera la presentaré en la junta.-
-Si lo que te preocupa es que te lo rechacen, hay otra accionista, dueña del 40% restante de las acciones.- dijo él -¿Por qué no le propones a ella?-
-Pero es que... No la conozco, envía siempre a...- y se detuvo por un segundo -A Ingrid, para arreglar sus asuntos.- termino con mucha timidez.
-Herminia era la mejor amiga de mí abuela, me quiere mucho. Si quieres te acompaño...- propuso Max.
Le sorprendió ver qué Camila no pudo evitar su alegría, se paró de un salto y comenzó a aplaudir. Le gustaba ser parte de la felicidad de su esposa.
Al día siguiente, ya estaban en la casa de la señora Herminia. Una muchacha los había hecho pasar y les dijo que esperara, la ansiedad y los nervios de su esposa salían a flote. Por momento sentís su voz acelerada. Se lamentaba que no hubiese mas confianza entre ellos, para poder tranquilizarla y darle aliento. Se escuchaba que por lo bajo decía todo lo que quería decir...
Hasta que en un momento determinado, al fin, se abrió una puerta y apareció la tan esperada señora Herminia, una mujer de unos 80 años. Ambos se pararon para recibirla.
-¡Que alegría! Maxy.- exclamó la mujer al verlo y él se acercó a ella para recibirla.
-¡Hola, Mini! ¿Cómo habeis estado?- pregunto tomándole las manos -Quiero presentarte a mí esposa, Camila, estaba ansiosa por conocerte.-
-¡Oh, Max! ¡Es hermosa!- exclamó la anciana tomando las manos de la joven, demostrando toda la amabilidad que la caracterizaba.
Siempre dijo que Herminia y su abuela eran tan amigas porque eran muy parecidas.
-Es un placer conocerla, señora.- respondió Camila muy nerviosa y la beso en cada mejilla.
-Lamento no haber estado en vuestra vida.- comento la mujer -O haber ido a la empresa para conocerte, es que no me he sentido muy bien en este último tiempo, desde qué... Bueno... Desde lo de Adela.- luego sonrió y lo miro a Max.
— No te preocupes, mini, que entendemos...- dijo él, tomando su mano.
-Y tú tienes sus mismos ojos...- le dijo y el muchacho Sonrió.
Cómo un silencio triste los abarcó, Max salió al cruce para cortar con el momento.
-Yo deseaba, en verdad, que conozcas a mí esposa - y miro a Camila con una sonrisa cómplice -Pero Cami quería comentarte sobre una idea, a ver qué opinas al respecto.-
-Está bien, te escucho.- dijo Herminia y los invito a sentarse.
Camila titubeó al comenzar a hablar, pero como la mujer escuchaba muy atenta, mientras los invitaba con té y masas fue relajándose. Finalizando con una idea clara de lo que proponía, que era, a pesar de ser una revista de moda, dedicar una sección a todo tipo de discapacidad. Una discapacidad diferente por fascículo, aunque la primera con un resumen de todas. La idea es que la gente se interiorice sobre el tema y atraer a otro tipo de lector también.
Cuando Camí termino de explicar un silencio los abarcó y un aire de tensión se presentó.
-Bueno...- dijo la mujer, al fin -Ya era hora de que alguien proponga algo como esto. ¡Claro que lo apoyaré!- exclamó.
Camy, automáticamente, salto de alegría y abrazo a Herminia. Luego, para su sorpresa lo abrazo a él... ¡Lo abrazo! Al separarse lo quedo mirando por un momento. ella se recompuso y se volvió a sentar, pero Max aún podía sentir su cuerpo aferrandose al suyo y el olor de su perfume que lo hacia soñar.