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Capítulo 21
Un mes pasó desde que Mikkel llegó a este lugar, acostumbrarse a este nuevo estilo de vida no fue tan abrumador.
Su único problema hasta ahora era tener que tratar con Damen y Andrew, sin duda, leer un libro no era lo mismo que vivir dentro de un personaje de este; no sabía que estos "protagonistas" resultaran tan fastidiosos.
"Debería mantener esos comentarios para él", murmuró Mikkel.
Lo dicho por Andrew el otro día fue escuchado por Susan, a Mikkel no le interesaba lo que hicieran Damen y Andrew en privado, pero ese tipo de comentarios en público eran demasiado.
Un día soleado ameritaba limpiar la casa, Mikkel se puso a lavar las sábanas y edredones, eso lo relajaba.
Tenía a disposición una lavadora, pero Mikkel prefería lavarlos él mismo.
Cerca del mediodía, el tendedero estaba lleno de sábanas y edredones limpios con una leve fragancia a coco.
Mikkel miró satisfecho su trabajo finalizado y entró a la casa para asearse y luego comer el delicioso almuerzo preparado por la Señora Romy.
Con todas las ventanas abiertas, Mikkel y la Señora Romy disfrutaron del delicioso almuerzo juntos en la gran mesa.
"Me preocupa dejarlo solo, creo que sería mejor posponer mi salida", expresó la Señora Romy.
"No hay nada de que preocuparse, es bueno salir a despejarse de vez en cuando", sonrió Mikkel.
Como el estado de salud de Mikkel no era bueno antes, la Señora Romy no había tenido la oportunidad de salir en ningún momento de la casa.
Esta sería la primera vez que saldría en un viaje de una semana para visitar a su hermana, la Señora Romy se sentía tranquila por el mejor estado de Mikkel, pero también estaba preocupada por tener que dejarlo solo.
"¿En verdad estará bien?", preguntó intranquila.
"Sí, me comunicaré si algo llega a suceder, quédese tranquila", dijo Mikkel con entusiasmo.
La Señora Romy asintió con tranquilidad.
Mikkel despidió a la Señora Romy en la terminal de buses al día siguiente.
"Que tenga un buen viaje, llámeme cuando llegue", se despidió Mikkel pasándole una bandeja llena de galletas a la Señora Romy por la ventana del bus.
"Así lo haré, volveré en una semana, no será mucho tiempo, cuídese y cierre bien la puerta", se despidió la Señora Romy agitando su mano desde la ventana, un par de lágrimas cayeron de sus ojos viendo a Mikkel despedirse.
El bus partió de la terminal, Mikkel se quedó hasta que el bus no fue visible y volvió a la casa.
...****************...
"La construcción avanza sin problemas, no hay más inconvenientes, los antiguos residentes ya recibieron la compensación acordada, no volverán a interferir", informó el guardaespaldas.
"Es bueno que haya sido de esa manera, ya empezaba a perder la paciencia con esa gente", resopló Damen.
Sentado dentro del auto, Damen se dirigía a resolver un problema pendiente.
Este tema de la nueva construcción de residencias había tomado mucho tiempo en llevarse a cabo.
Desalojar a toda esa gente que residía en el terreno fue un trabajo molesto que demoró bastante.
Al final, después de varias protestas, esas personas fueron compradas con dinero para desalojar el lugar.
"Hubiera sido más práctico acabar con toda esa mugrosa gente", enfatizó Damen.
El auto se detuvo frente a un galpón ubicado a las afueras de la ciudad, un lugar lo suficientemente alejado de la vista pública.
Damen bajó del auto y caminó directamente hacia el galpón, el gran alfa llevaba puesto un par de guantes de cuero negros.
En la oscura noche, el alfa se camuflaba perfectamente con su traje negro, haciendo resaltar su par de ojos azules.
Damen fue recibido por varios de sus guardaespaldas quienes custodiaban el galpón.
Dentro, agachado sobre el frío piso de cemento, ya hacía un hombre de aspecto deplorable.
"¿Qué tenemos aquí?, ¿dónde quedó todo aquel coraje?", preguntó Damen mirando al hombre.
Este hombre fue una gran molestia en la adquisición de los terrenos para la construcción de residencias.
Era un gran alborotador, llevando a las personas a realizar huelgas y protestas para no ser desalojados.
"¿Qué?, ¿piensas quedarte en silencio?, ¿por qué no gritas cómo solías hacerlo?", dijo Damen acercándose al hombre.
El hombre se sobresaltó tratando de alejarse, más no pudo hacerlo por la debilidad en todo su cuerpo.
Por órdenes de Damen, los guardaespaldas se encargaron de atrapar al hombre llegando a golpearlo por su resistencia.
"... Por favor, déjeme ir, no volveré a mostrarme ante usted", suplicó el hombre.
"Solo trataba de defender lo justo", añadió levantando la vista hacia Damen.
"¿Lo justo?, ja ja ja ja, si bien recuerdo, usted solo iba a mi empresa a pedirme más dinero por las tierras, ¿qué de justo puede tener un hombre avaricioso que pretendía hacerse con todo ese dinero?", cuestionó Damen.
Aún recordaba el cómo este hombre acudía con frecuencia ante él para pedirle una gran suma de dinero por los terrenos, era tan arrogante en ese momento, amenazando con exponerlo públicamente por casos de corrupción contra esa pobre gente.
"No... no es así, yo solo quería obtener lo justo", afirmó el hombre.
"Oh, entonces, lo felicito por su honestidad, fue tanta su insistencia que ahora tiene toda mi atención", sonrió Damen.
Se quitó el abrigo y saco de traje, acomodando sus guantes negros.
"... Qué... ¿qué va a hacer?", retrocedió el hombre con miedo.
"Darle mi atención", sonrió Damen acercándose al hombre.
Antes de que el hombre pudiera suplicar, un fuerte golpe cayó sobre su rostro, no tuvo tiempo de reaccionar porque los golpes siguieron cayendo sobre él sin parar.
"Tan molesto, tuve que soportarlo por varios días", pronunció Damen mientras golpeaba al hombre sin piedad.
El lugar se llenó rápidamente de sus fuertes feromonas provocando que los guardaespaldas se alejaran.
El rostro del hombre se tornó irreconocible en poco tiempo, Damen no se detuvo hasta quitarse toda la ira que traía contra el hombre.
Cuando al fin se sintió conforme, Damen arrojó el cuerpo ya inamovible del hombre sobre el piso.
"Desháganse de esto", ordenó a sus guardaespaldas.
Se quitó los guantes manchados, los arrojó sobre el hombre y salió para subirse nuevamente al auto.
La adrenalina sentida hace un momento mientras golpeaba al hombre, provocó una gran sonrisa en el rostro de Damen.
Si me dio weon, pobrecito el señor trabajando día y noche y durmiendo asi para que está p3rr4 se atreva a decir tales cosas, no si quiera merece una mínima parte de nada.