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La Obsesión Del Mafioso: Saga, Amor, Poder Y Venganza. Libro I.

La Obsesión Del Mafioso: Saga, Amor, Poder Y Venganza. Libro I.

Status: Terminada
Genre:Romance / Yaoi / Completas / Posesivo / Mafia / Embarazo no planeado / Traiciones y engaños
Popularitas:352.9k
Nilai: 4.8
nombre de autor: Wang Chao

Alonzo es confundido con un agente de la Interpol por Alessandro Bernocchi, uno de los líderes de la mafia más temidos de Italia. Después de ser secuestrado y recibir una noticia que lo hace desmayarse, su vida cambia radicalmente.

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Saga: Amor, poder y venganza.
Libro I

NovelToon tiene autorización de Wang Chao para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 18. Tenerlo o no.

Cuando la puerta se cerró tras ellos, el silencio regresó, espeso y sofocante. Alessandro permaneció sentado, mirando su cigarrillo consumirse lentamente en sus dedos. Aunque las palabras del médico lo habían molestado, sabía que algo de razón tenía. Alonzo estaba embarazado de su hijo, un pensamiento que aún le resultaba extraño, y aunque odiaba que se lo recordaran, comenzaba a comprender que la situación requería más de él de lo que inicialmente había anticipado.

Alice lo observaba desde su lugar, sin decir nada. A pesar de su actitud relajada y su disposición a bromear, podía leer a su "hermano" mejor que nadie. Sabía que algo lo estaba afectando profundamente, algo que lo obligaba a confrontar emociones que preferiría enterrar. Alessandro no era un hombre que mostrara debilidad, pero la situación con Alonzo estaba empezando a hacer tambalear esa fachada impenetrable, aunque parecía que ni siquiera él se había dado cuenta de ello.

Después de unos minutos de incómodo silencio, Alice decidió hablar, consciente de que Alessandro no era alguien que se abriera fácilmente.

—Sabes, hermano —comenzó suavemente—, aunque no te guste oírlo, quizá deberías considerar... cambiar algunos hábitos, por el bien del bebé.

Alessandro no respondió de inmediato. Solo lanzó una última bocanada de humo antes de apagar el cigarrillo en el cenicero de cristal sobre la mesa, dejando que el silencio entre ellos se prolongara.

—Ya veremos —murmuró finalmente Alessandro, su voz grave resonando en la silenciosa sala mientras dejaba el vaso de whisky sobre la mesa. Sus ojos se mantuvieron fijos en Alice, fríos y calculadores—. ¿Cuáles son tus recomendaciones?

Alice se levantó con una calma calculada, ajustando su bolso en el hombro antes de responderle. —Para empezar, deja de fumar —dijo sin rodeos. La familiaridad entre ellos no le impedía ser directa con él—. Por el momento, comida sin grasa, baja en sodio y que se mantenga hidratado. No tiene alergias alimentarias, pero ten cuidado con las náuseas. Cuando contactes al obstetra, házmelo saber para crear una dieta más adecuada.

Alessandro asintió ligeramente. —De acuerdo. Ya sabes dónde está la salida.

—Qué caballero —Alice respondió con una sonrisa forzada, cargada de ironía. Giró sobre sus tacones y comenzó a caminar hacia la salida. Sin embargo, antes de dar el siguiente paso, se detuvo, su espalda aún hacia él—. Por cierto, ¿has hablado con él sobre si va a tener o no a ese bebé? Recuerda que no eres quien para decidir sobre el cuerpo de los demás.

La pregunta de Alice fue como un dardo envenenado, tocando un tema que Alessandro prefería evitar. Él dejó escapar una carcajada amarga y sarcástica.

—¿De verdad me estás diciendo eso a mí? —respondió, su voz impregnada de desprecio y poder—. Mientras esté en mis manos, yo elijo si vive o muere.

El tono de Alessandro era cruel, como si su voluntad pudiera aplastar cualquier oposición. Controlarlo todo había sido siempre su forma de vida, y este asunto no era la excepción. Sin embargo, en lo profundo de su interior, incluso él sabía que las cosas no eran tan sencillas como pretendía.

Alice no respondió de inmediato, pero sus ojos, aunque no miraban a Alessandro, se nublaron con una mezcla de decepción y cansancio. Permaneció unos segundos más en silencio, procesando sus palabras, antes de reanudar su camino. Alessandro escuchó cómo la puerta principal se abría y cerraba poco después. El eco resonó por la casa vacía, dejando una sensación de incomodidad flotando en el aire.

Miró hacia las escaleras que llevaban a Alonzo y suspiró, aunque nunca admitiría sentir la presión.

—Kai —llamó, su voz baja pero firme. Como si emergiera de las sombras, Kai apareció de una esquina, su figura silenciosa y atenta—. Consigue un obstetra de confianza e instala micrófonos en el departamento. Las imágenes no son suficientes para saber todo lo que hará una vez que se mude ahí —ordenó Alessandro, su tono frío y calculador. Cada palabra era una directiva cuidadosamente pensada, un plan para mantener el control sobre una situación que se le escapaba de las manos.

—A la orden, señor —respondió Kai con una leve inclinación de cabeza antes de desaparecer de nuevo entre las sombras, como si nunca hubiera estado allí.

El silencio regresó a la sala, envolviendo a Alessandro en sus pensamientos. El control era su única forma de sentir seguridad, pero la situación con Alonzo se estaba tornando más complicada de lo que jamás hubiera imaginado.

Lentamente comenzó a subir las escaleras, su mente debatiéndose entre las decisiones que debía tomar. A pesar de todo lo que había dicho con respecto al bebé, había algo en la idea de forzar a Alonzo que le parecía... insostenible. Quizá por primera vez en mucho tiempo, Alessandro sentía que el destino de alguien más escapaba completamente de sus manos.

Estaba dispuesto a hablar con Alonzo. Sus pasos resonaban a lo largo del pasillo, rebotando en las paredes con un ritmo firme y decidido. Las luces amarillentas, apenas suficientes para iluminar el espacio, le conferían una presencia imponente, aunque tras esa fachada Alessandro ocultaba un torbellino de preguntas y emociones que lo carcomían desde dentro. Cuando llegó a la puerta de la habitación donde estaba Alonzo, no se molestó en tocar; simplemente entró, como si el espacio fuera suyo por derecho.

Alonzo estaba de pie, inmóvil, frente al enorme ventanal que daba al jardín trasero. Desde allí, las estrellas titilaban en el cielo despejado, un espectáculo hermoso que debería haber traído calma. Pero en su mente no había lugar para apreciar la belleza del firmamento. El peso de la incertidumbre lo aplastaba, impidiéndole disfrutar de cualquier cosa.

—Hablemos —dijo Alessandro, su tono cortante, cargado de autoridad—. ¿Tendrás o no a ese bebé?

La pregunta, lanzada con tal frialdad, reverberó en la habitación como una sentencia. Era la misma que Alonzo se había hecho una y otra vez desde que se enteró de la noticia, pero cada vez que intentaba encontrar una respuesta, se topaba con un abismo. No había una solución fácil, ni una decisión que le pareciera la correcta.

Alessandro lo observaba, esperando una respuesta que quizá no llegaría. El silencio entre ambos se volvió denso, casi sofocante. A pesar de su naturaleza controladora, en ese momento se daba cuenta de que había cosas que no podía forzar ni manipular. Y eso lo enfurecía. Pero detrás de esa ira también había una inquietud que él mismo no quería admitir. El control, que siempre había sido su refugio, se tambaleaba.

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Lau Méndez
Excelente
Edilene Hernandez
yo espero que Romero ponga en alerta a este tonto con esos pensamientos de querer escapar y el solo se está poniendo en gran peligro
Edilene Hernandez
yo espero que Romero ponga en alerta a este tonto con esos pensamientos de querer escapar y el solo se está poniendo en gran peligro
Edilene Hernandez
lo peor de todo es que los dos están enamorado de Eliot
Celeste Ez
Quien más shipea a romeo y kai
Diana Milagros Gomez Vargas: yo sí los shipeo
total 1 replies
Tibisay Gámez
Gracias, gracias mil gracias escritora por tan bonita historia, me encantó, me fascinó de verdad una historia diferente y que te puedo decir, esos capítulos extras fueron lo máximo, de verdad voy a extrañar a estos personajes. me cautivaron desde el primer capítulo. Escritora te deseo suerte, éxitos y muchas bendiciones en tus nuevas historias, seguiré leyendote. desde Venezuela te envío un fuerte abrazo
Tibisay Gámez
que linda saco los ojitos del papá
Tibisay Gámez
perro desgraciado
Tibisay Gámez
aquí estoy tan metida en la trama que estoy peleando yo también con Bruno, que impotencia Dios mio
Tibisay Gámez
porque Bruno con una amenaza de tormenta y en una avioneta llegó en un dos por tres y Alessandro todavía le está preguntando a Luv donde está Bruno. estoy impactada
Tibisay Gámez
Suiza como que quedaba al lado del país donde vivía Alonso, porque
Tibisay Gámez
que Alessandro llame y le diga a Elena y al guardaespaldas que salgan de allí, porque veo de verdad que está perdiendo el tiempo
Karina Contreras Hernández
Excelente
Tibisay Gámez
yo me imagino que Bruno no se encuentra en Suiza donde se encuentra Alonso. me imagino que lo está buscando dentro de la misma ciudad ya que acaba de salir de la cárcel
Tibisay Gámez
yupiiiiiiii si por fin lo dijo
Tibisay Gámez
Me quedé esperando el ansiado beso
start🖤
Hermosa historia de principio a fin
Tibisay Gámez
Me encanta que Alessandro sin mucha bulla y calladito los está capturando a cada uno poco a poco. quiero ver cuándo atrapé al hijo de su madre de Máximo
Tibisay Gámez
cómo va la cosa con estos dos, que sí siento esto por el , pero no estoy seguro, y el otro con lo mismo, yo creo que en 40 capítulos más lo descubriremos
Tibisay Gámez
espero de todo corazón que Alessandro no le haga daño a Alonso porque al final la única víctima inocente y usada por todos es Alonso, ahora es capaz y Alessandro lo amenaza con quitarle al niño
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