En el corazón de la región de San José de Lunar,donde la naturaleza es generosa y la pasión es intensa, se encuentra la historia de Natalia una joven valiente y determinada que se embarca en un viaje transformador.
Con un pasado marcado por la pérdida, Natalia deja atrás su vida, para luchar con un mundo que no reconoce la mujer, pero no estará sola en este camino
NovelToon tiene autorización de Luz para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Encuentro
Las ferias estaban en su inicio. Las cuales duraban cinco días. Este era el destino de Natalia, el cual no conocía, Pues cuando su familia se instaló en la región, ella no se encontraba con ellos.
Natalia se bajó de su motocicleta y se estiró. Mientras tanto miraba a su alrededor, se dio cuenta de la de que la plaza principal estaba llena de personas, todas ellas vestidas de acuerdo a la ocasión de las ferias. De repente escuchó una voz detrás de ella.
___ ¿necesita ayuda, señorita?___
Natalia dio la vuelta y se encontró con un hombre alto y muy guapo que la miraba con una sonrisa coqueta. Llevaba una chaqueta de cuero y tenía ojos negros, cabello oscuro y un poco ondulado.
___ Estoy buscando la Hacienda del señor Marcos Jiménez dijo Natalia.
___¿Sabes dónde es? Al instante, Natalia se encontró rodeada de otros jóvenes que se acercaron a ver la belleza que nunca antes habían visto en el pueblo.
___ ¿Eres pariente de los Jiménez?, preguntó Santiago con una sonrisa coqueta de galán.
___¿Sabes o no?, respondió Natalia con un poco de disgusto.
___ Sí, puedo ayudarte a llegar a la casa de los Jiménez __, dijo Santiago, no queriendo terminar la conversación allí y perder la oportunidad de seguir hablando con ella.
gracias, buscaré la forma de llegar sola, respondió Natalia, y antes que Santiago pudiera decir algo más, ya había dado marcha a su motocicleta y se había ido sin decir una palabra más.
___ Santiago, estás perdiendo tu talento y don de conquistador de mujeres__ Se burló Ricardo, amigo y empleado de Santiago, lo que provocó la risa de sus demás amigos. Santiago era un hombre que podía tener la mujer que deseara, y muchas chicas del pueblo andaban coqueteando con él, pero no se podía negar que había perdido la cuenta de con cuantas mujeres había tenido que ver.
___ Con una mujer así podría cambiar de opinión sobre el matrimonio __ dijo Santiago en forma de burla.
___¿Quién crees que es esta chica?, pregunta Ricardo.
___ No lo ves, es la primera mujer que rechaza a nuestro amigo Santi __ comentó Eduardo. Solo se escucharon risas de los tres hombres. Pero en los pensamientos de Santiago estaba ella, esa mujer de cabello negro azabache, labios carnosos, cejas marcadas y negras haciendo juego con su cabello. ¿Quien era ? solo el tiempo le daría esa respuesta.
Natalia estaba frente al portón de la casa de sus padres y hermanos, con la sensación de querer salir corriendo, cuando de repente uno de los trabajadores le preguntó:
___ Señorita, ¿le puedo ayudar en algo?
___ Si, ¿está es la casa de los Jiménez?, preguntó Natalia, intentando mantener la calma.
___ Sí, señorita, es la casa de los Jiménez. Pase por favor __ respondió el trabajador abriendo el portón.
Natalia agradeció con una leve sonrisa y se dispuso a entrar. En un jardín lleno de orquídeas Amazónicas y otras flores exóticas, en el centro del jardín se encontraba un hermoso quiosco donde se encontraba la familia completa.
___ Buenas tardes ___ dijo Natalia con una voz firme y segura, ya se encontraba allí, ahora solo quedaba esperar la reacción de su familia.
Su madre la señora Naila Rodríguez, se puso de pie de un salto, y con voz llena de amor, pero con un poco de nerviosismo, mostrando sus brazos abiertos a su hija, que ya era toda una mujer.
___ Hija, qué gusto verte, dame un abrazo ___ intentando contener las lágrimas.
Natalia se acercó a ella con un poco de reserva, pues no la veía desde muchos años atrás, tantos que ya no recordaba. Madre e hija se saludaron con un abrazo intentando contener las lágrimas.
___ ¿ Hijos, no piensan saludar a su hermana? preguntó, Naila, volteando a ver a la mesa donde se encontraba el resto de familia, los cuales no sabían qué hacer ni decir.