Mi Esposo Es El Emperador Malvado

Cuando el emperador despertó, tenía su hombro vendado y una copa con un extraño líquido rojizo, frente a él.

- Tienes que beberlo para reponer energías.

- Bien... ¿Cómo está la emperatriz?

- Aun duerme...

- ¿Qué pasa?

- su maná esta muy bajo, el médico tiene que hablar contigo.

El emperador por primera vez, sintió miedo... una opresión golpeaba su pecho... Mientras subía vio a algunos sirvientes qué lo miraban temerosos. Cuando entró vio al médico que preparaba algo parecido a un té.

- Majestad, la emperatriz se encuentra estable, ya debería haber despertado, creo que su complicación es mágica y no física

- ¿complicación?

- Si majestad, el pulso de sus hijos es firme y estable, pero la emperatriz... se encuentra muy débil.

- ¿Qué se puede hacer?

- Esperar que ella luche por su vida... O...

- ¿o qué?

- Interrumpir el embarazo... Los hijos de la emperatriz, que están en su vientre toman toda su energía y al ver estado expuesta a más magia, han generado este debilitamiento.

- ¿Cuanto tiempo tenemos?

- Un día o dos.

- Bien, quédate cerca, a la espera de instrucciones.

Lord Claude, entro a la habitación, mientras el médico salía.

- Sabes que ella no te perdonara si le haces algo a esos niños.

- Prefiero eso, a que no vuelva a despertar.

- Aun queda una opción... pero es prohibida...

- Habla

- Puedes buscarla en sus sueños

- Como el hechizo que hiciste para ver sus recuerdos

- Si, ella podría escucharte, pero si no logras que vuelva contigo, tendrás que tomar una decisión sobre tus hijos y ya no tendrás dos días para que ella despierte, solo horas...

- Bien, hagamos eso

- Debes estar consciente que probablemente ella te odie, no sabemos que cosa le dijo Santin.

- Has el hechizo ahora.

El emperador se recostó al lado de Jade y cerró los ojos, después sintió un corte en su mano y vio solo oscuridad...

Cuando ya estaba en los pensamientos de ella, comenzó a escuchar a una suave música y entro a una habitación decorada en suaves tonos rosado, en su antigua vida.

Jade estaba con un pantalón ancho morado y una camiseta blanca.

- Nada como una tarde para mi... helado, películas, pijama y mi gato.

- ¡Jade! Jade escúchame, tienes que despertar.

Jade veía una pantalla con recuerdos del Imperio.

- esa protagonista es una idiota, el emperador siempre le mintió y ella ni cuenta se dió.

Ethan intentó tocarla y todo cambió... ahora estaba ella vestida como una emperatriz en una gran playa, mientras caminaba por la orilla del agua y cargaba en su mano izquierda sus zapatos.

- Me gusta este lugar, es tan pacifico... nadie sufre, nadie

miente...

Ethan tocó a Jade y ella pareció reconocerlo y acaricio su rostro.

- sabes que te pareces a él...

- Jade, debes despertar, debes salir de este sueño...

- ¿Para qué? Nada de lo que he vivido es real... nada... soy solo una mentira... ni si quiera se quien soy...

- Para mi eres real... eres mi emperatriz

- ¿Y por eso me mentiste desde siempre?

- Sino lo haces por mi, hazlo por tus hijos...

- Mis hijos...

- Si, puedes odiarme y golpearme con tus propias manos, pero dormida no podrás ver a tus hijos...

- Son más de uno...

- Si

- ¿Cuantas cosas aún me ocultas?

- No lo sé... pero puedes verlas...

- Cuando despiertes haremos un hechizo para que veas mi mente, mis pensamientos...

- No quiero hacer eso...

- Solo quiero la verdad...

- tomare un elixir de la verdad, entonces...

- Que pasara si no quiero volver a tu lado...

- Te dejaré libre, solo despierta por favor, por nuestros hijos... por tus proyectos... El orfanato necesita cosas, tienes una reunión con lo del hospital y tienes que encargar la tela para tu taller, harás a muchas personas felices, con todo lo que haces...

- Si, aun no término mis proyectos...

En ese momento, Ethan despertó, pero Jade continuaba dormida.

- ¿Qué paso?

- Ella despertara, estoy seguro.

- Bien... pero, si no lo hace.

- Llama al médico para que la revise...

El Emperador salió de la habitación muy conflictuado... de todas las cientos de mentiras que le había dicho a Jade, le había dicho la mentira mas grande mientras ella dormía... él sabía que jamás podría dejarla libre y por primera vez, le dolió mentirle...

 Unas horas más tarde, el médico fue al estudio del emperador a informarle que el pulso de la Emperatriz se habia normalizado y que ya, tanto ella como los bebés se encontraban estables, ya solo faltaba que ella despertará.

El médico por primera vez lo vio sonreírle y agradecerle por algo.

- Gracias Doctor. Muchas gracias

Esa noche el emperador se quedo en su estudio.