Peter y Marian han estado casados por tres años, pero ella no pudo lograr que el se enamorara de ella, ya que el pensaba que ella era una casa fortunas y el día que menos pensó ella le firmó los papeles del divorcio desapareciendo de su vida y volviendo tres años después para descubrir que aun siguen casados.
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Capitulo 18
Peter no le quitaba la mirada de encima a Marian, no entendía como alguien como ella podía atraer a tantos hombres y como si de una fuerza invisible se tratara el llegó hacia donde ella estaba para escuchar como hablaba gustosamente con un hombre a quien el conocía bastante bien.
El hombre era nada más y nada menos que Mauricio Damas, era el dueño y fundador de una de las principales empresas del país, Marian lo supo en cuanto le entregó su tarjeta de presentación y no creía que alguien como él se acercara a hablar con ella.
Además, de ser un hombre de negocios era una persona a la que le gustaban las artes y siempre estaba presente en cualquier evento relacionado, a la vez que se había encargado de la construcción y dotación de algunas bibliotecas en todo el país y era miembro activo de la oficina de la cultura.
-Nunca imaginé hablar con alguien como usted – le comentó Marian un poco coqueta
-Soy una persona común y corriente que le gusta hacer nuevos amigos – el hombre sonreía mientras le hablaba
La conversación se había vuelto tan amena que no se dio cuenta de en que momento llegaron a su lado Peter y Amanda.
-¡De verdad que eres increíble!, no llevas ni dos minutos aquí y ya conseguiste un amante, ya le dijiste que eres una mujer divorciada con un largo recorrido, no vaya a creer que eres una mansa paloma y después le saques las garras – Amanda sacó todo el veneno que tenía por dentro
-¿Habla la mujer que ni siquiera ocupa el puesto de amante?, creo que deberías estar pendientes de tus propios asuntos y dejar a los demás en paz – Marian habló con frialdad
-No puedes decir eso, por supuesto que no soy una amante, soy la prometida de Pity y tu eres solo la mujer que lo engañó y lo abandonó – la mujer estaba que lloraba y miraba a Peter esperando que él la defendiera
-Amanda, vámonos – fue lo único que se le escuchó decir a Peter
Amanda se hacia la ofendida e intentaba que Peter le reclamara a Marian por sus palabras, así que se levantó de donde estaba y se le acercó a la pareja.
-¿Por qué me miras así?, ¿no vas a armar una escena aquí?, mis padres están cerca y no dejaran que me hagas nada – Amanda comenzó a balbucear mientras Marian arreglaba una pequeña arruga en el vestido de la chica
-Solo quiero que sepas que estas aquí con él porque ni Sara ni yo quisimos acompañarlo, no podría decir ni siquiera que eres la segunda opción en su vida – dicho esto se volteó y salió de allí
Amanda no sabía que decir, pensaba que la había invitado por ser su prometida, nunca le había pasado por la mente que hubiera sido porque otras mujeres lo hubieran rechazado, lo peor era que esa mujer se lo había echado en cara frente a todos
Mauricio intentó seguir a Marian, pero fue detenido por Ethan quien le dijo algo al oído.
-¡No puede ser!, esto se vuelve cada vez más interesante – había una sonrisa en su rostro
Marian se dirigió a la galería de la casa donde había algunas pinturas expuestas, allí estaba reunidos algunos ancianos, cuando la vieron llegar la llamaron y le preguntaron su opinión por una de las pinturas.
Ella dio su opinión y mientras hablaban alguien lanzó jugo desde atrás de donde ella estaba, mojando la pintura haciendo que todos se le quedaran viendo con asombro, al ver esto Marian intentó irse del lugar, pero no la dejaron.
-Yo no fui – habló Marian al ver las miradas acusadoras de los ancianos
Los ancianos comenzaron a acusarla de haber deteriorado la pintura y no dejaban que se fuera, ella ni siquiera tenia un vaso en sus manos, si hubiera sabido que la acusarían de algo ni siquiera se hubiera acercado, prefería seguir discutiendo con Amanda que ser acusada falsamente.
Sacó su teléfono e intentó llamar a Ethan cuando una mujer le quitó el teléfono de las manos, mientras la acusaba de haber visto como dañaba la pintura, Marian intentó nuevamente salir de allí sin resultado alguno.
-SI todos creen que he sido yo entonces quiero que llamen a la policía y me acusen formalmente – Marian estaba demasiado enojada por lo ocurrido
En ese momento todos decían lo mismo, aunque nadie había visto exactamente lo sucedido y a alguien se le ocurrió una idea, debía pagar el costo de la pintura y según uno de los presentes el costo era de 30 millones de dólares.
Aunque Marian era la principal accionista de la empresa no contaba con ese dinero, así que se negaba a sumir la culpa y prefería que llamaran a la policía antes que aceptar algo que no había hecho.
Marian comenzó a detallar las personas que estaba con ella, necesitaba reconocer a alguien y vio a la mujer que le había quitado el teléfono, era la viva imagen de Amanda, con unos años más, esa era quien mas la acusaba, debía ser ella quien había lanzado el jugo para incriminarla.
-No puedo creer que la hija adoptiva de los Martin no sea capaz de aceptar que dañó esa pintura y que se niegue a pagarla, debe ser una terrible persona ya que abandonó a su esposo por otro hombre y engañó a Iván Martin para que le entregara las acciones que posee – quien hablaba era una mujer que acompañaba a la madre de Amanda
Después de eso reconocieron quien era y comenzaron a decir un montón de cosas negativas de ella, muchas de ellas desagradables, pero en ningún momento se mencionó el nombre de Peter ya que solo querían destruir su reputación.
El asistente de Peter estaba en el lugar y fue a buscarlo al salón de fiesta informándole que algo había sucedido en la galería, por lo que se dirigió hasta allá seguido de sus amigos para encontrar a los ancianos insultando a Marian y destruyendo su reputación.
No importaba lo que ella dijera o la razón que tuviera en sus respuestas el grupo no dejaba de ofenderla y no podía hacer nada en contra de ellos, de repente Marian volteó y notó que Peter iba hacia donde ella estaba.
Sus miradas se cruzaron y él notó el alivio en su mirada cuando lo vio haciendo que el se detuviera, si ella quería que la ayudara debía pedirlo y él la ayudaría, de todos modos, ella no había sido su acompañante esa noche, no sentía que tenía ninguna obligación con ella ya que no lo presentaba como su esposo, entonces no actuaría como tal.
