Recuperando Mi Vida.

ROUSSE

Quería tentar mi suerte, pero sabía que Axel no decía las cosas solo por decirlas, él era capaz de volver por mí, y aunque moría porque lo hiciera, no quería que pensara que era una de sus tantas conquistas, que llevaba a la cama así de fácil.

Tomé unas pequeñas bragas de encaje color rojo, y un brasier del mismo color, pero sin tirantes, me envolví en la toalla y salí a buscar mi ropa.

-sigues sin vestirte?- dijo el escaneándome de pies a cabeza.

-no ropa está en la habitación, no acostumbro a dejarla en el baño.

-dejaré que te vistas, iré a darme una ducha.- dijo colocando su toalla en el hombro y pasando por mi lado.

-si me hubieses dicho eso hace 5 minutos, pude haberte esperado en el baño- dije con picardía, estaba jugando con fuego, sabiendo que en cualquier momento me iba a quemar.

— maldicion Rousse, si sigues tentandome, no pensaré dos veces para hacerte mía.

Sus palabras hicieron que mi cara se tornara roja, lo cual hizo que Axel sonriera satisfecho.

-dejaré la puerta abierta, por si aún decides acompáñame.- y diciendo esto desapareció en el interior del baño.

Pensé por mucho tiempo, si debía entrar o no, no sabía por qué sentía todo esto con este hombre, era la primera vez que mis instintos sexuales, estaban al borde de un abismo.

Decidí distraerme y dejar de pensar en Axel besándome, así que me quite la toalla y la coloque en la cama, y comencé a buscar una ropa cómoda, para nuestro dichoso día juntos.

Justo en ese momento escuché mi celular sonar, lo comencé a buscar, cuando recordé que lo había dejado el baño, mis manos comenzaron a sudar y mi corazón casi se sale de mi pecho. Había personalizado algunos de mis repiques, y el que sonaba en ese momento, me ponía muy nerviosa.

La noche anterior le había comentado a Ana, mis besos y mis sentimientos hacia Axel, y justo ella era quien me llamaba, conocía tan bien su prudencia, y eso era lo que me tenía caminando de un lado al otro, si Axel atendía y ella como de costumbre que no esperaba que respondiera, decía mi nombre todo iba a terminar muy mal, o peor aún, si decía algo indebido con respecto a Axel.

Para mi mala, suerte la llamada finalizó, pero ella era tan insistente, que volvió a llamarme.

Escuché la puerta corrediza abrirse, dándome así una señal de que Axel estaba dispuesto a contestar, con tal de que dejarán de llamar.

así que sin pensarlo más, entre y tomé mi teléfono, pero era tarde, Axel había salido con una toalla en su cabeza, la cual tapaba parte de su cara, evitando así que logrará verme delante de el, el estiró su mano, para coger el celular, y se topó con mi cuerpo a medio vestir.

-que diablos haces aquí...- dijo mirándome en brasier y pantis.

-yo... Yo ... solo vine por...- dije agitando la mano con el celular, no encontraba palabras, al ver ese semi dios en cuero, su cuerpo era espectacularmente perfecto, los cuadritos se le marcaban en el abdomen, sus brazos eran firmes y musculosos, lo había idealizado muchas veces en mi cabeza, pero mi imaginación se había quedado corta.

no me fijé cuando le di aceptar la llamada y mucho menos cuando lo había puesto en altavoz.

-oh por Dios!- escuché decir a Ana.

-¿por qué sigues desnuda aún?- dijo Axel pasando sus manos por mi espalda desnuda y atrayendome hacia él, te dije que no me tentaras de nuevo.- me beso sin contemplación, como si su vida dependiera de ese beso.

-Rossi, no me digas que perdiste la virginidad con ese Dios Griego.- grito Ana cortando con la magia que habia en el lugar.

Instintivamente, Axel me soltó y volvió a entrar en la ducha.

-deberías vestirte y explicarle a tu amiga que no ha pasado nada entre nosotros - su tono era frío y distante, volvia a ser el mismo de siempre, autoritario y prepotente.

salí del baño, con el alma en el piso, era la segunda vez que Axel, me rechazaba, sabía que no me era indiferente, pero no entendía porque se comportaba así.

-Rousse!- me apremio Ana, quien había olvidado por completo que estaba en la llamada.

-sorry, es que me quedé pensando

-no amiga, perdóname, no sabía que Axel estaba escuchando, no debí decir eso.

-se que no me es indiferente pero a veces se comporta como si fuera insignificante.- dije casi al borde de las lágrimas.- primero era Hugo, ahora es él, ¿acaso hay algo mal en mi?.

-para nada Rossi, eres una mujer muy linda, tienes un trasero, hermoso y grande, unas curvas que hasta una miss universo te pudiera envidiar, no tienes por qué ponerte así, seguro mi comentario lo saco de onda.

-crees que haya Sido eso?- pregunté pensativa.

-si, no lo dudes, los hombres son complicados con ese tema, más que las mujeres. Ahora deja de dar vueltas al asunto y ponte hermosa para tu cita con Axel, que ese galán no se te escape, vístete provocativa pero decente... ya tú y yo hablaremos cuando regreses.

Sonreí, al teléfono y colgué, solo Ana sabia cómo levantarme el ánimo de nuevo.

Me dirigí al closet, me coloqué un pantalón ajustado y un crochet, tejido, usualmente los usaba con chaqueta, pero está vez quería ir lo más atrevida que podía.

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AXEL

Esa mujer me estaba volviendo loco, era una atracción tan inevitable que existía entre nosotros, algo como si estuviésemos destinados a estar juntos.

Mi cuerpo habia subido mucho de temperatura después de ese beso, asi que decidí ir a bañarme, pero ella habia vuelto a entrar por su celular, y me había hecho desearla aún más, mi miembro se puso erecto al apenas tocar su espalda, estaba decidido a cargarla y hacerla mía ahí mismo, enfrente del espejo.

Pero esa voz, la de su amiga, había Sido como una pequeña conciencia, al decir que Rousse era virgen. No lograba entender como una mujer tan hermosa y tan deseable, pudiera aún seguir vírgen, quería hacerla mía, pero si lo iba a hacer tendría que ser especial, algo que ella jamás pudiera olvidar. así que me devolví de nuevo a la ducha para bajar mi calor y mis ganas de estar dentro de ella.

-te deseo Rousse, pero contigo quiero que todo sea diferente, sea duradero y especial. Si esto no es estar enamorado, no sabria entonces que mierda es lo que me está pasando.