Katy es una joven de 19 años que vivió en un orfanato hasta los 18. Actualmente trabaja como mesera, y conoce a Sebastian, un CEO millonario, mientras le servía a él y a sus amigos en una mesa.
Sin saberlo, Sebastian había hecho una apuesta con sus amigos para conquistarla y lograr que formara parte de su mundo de riquezas durante seis meses. Katy se entrega a la relación y termina embarazándose.
El día que planeaba contar que estaba embarazada, descubre la existencia de la apuesta…
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Capítulo 8
Katy
Cuando consigo huir de mis recuerdos, el agua de la bañera está fría y mi rostro cubierto de lágrimas... salgo de la bañera, me envuelvo en la toalla, voy al cuarto, me seco y me miro en el espejo, llevo mis manos al cuello y toco la cadenita con el dije de diamante, ni siquiera recordaba que la tenía puesta... fue un regalo de Sebastian, el más sencillo y el que más me gusta, olvidé dejarlo atrás... pienso en qué hacer con él, entonces recuerdo que voy a criar al bebé sola y esa será la única contribución de Sebastian para el hijo... lo venderé cuando vaya a montar mi tienda, no debe valer tanto como las otras joyas que dejé atrás, pero debe valer algo y, junto con mis ahorros, lo conseguiré... me pongo un pijama cómodo y voy a preparar un sándwich para cenar... hoy estoy cansada, voy a comer y a acostarme, dejaré para cenar en el restaurante con Rose otro día... estoy segura de que ella entenderá... como el sándwich con un vaso de leche, me acuesto y me duermo instantáneamente, solo me despierto a las 7 de la mañana de un sueño sin sueños...
Me arreglo para desayunar y ya llevo mi bolso, desde el restaurante vamos a Corpus Cristi, estoy animada para las compras, no veo la hora de empezar a hacer mis vestidos... cuando voy a salir alguien llama a la puerta... es Rose con una caja enorme ¡buenos días! Katy, mira lo que te he traído, esta es la máquina de coser de mi madre, es bien antigua pero todavía funciona, te la voy a prestar hasta que puedas comprar una nueva para trabajar, así conseguirás hacer tus vestidos con menos trabajo y con más rapidez. Gracias Rose, ni siquiera sé qué decir... mis ojos se llenan de lágrimas has hecho tanto por mí que nunca podré agradecerte lo suficiente. No seas tonta, niña, lo hago de corazón y es solo un préstamo, cuando tengas la tuya nuevecita, guardamos la de mamá de nuevo... ahora vamos a desayunar y a tomar la carretera...
Colocamos la máquina en una mesita en un rincón de la sala, y vamos a desayunar... comemos bien para poder hacer compras tranquilas hasta la hora del almuerzo... y a las 8 horas ya estamos en la carretera... Rose conduce con tranquilidad y seguridad y, cuando son las nueve y media, ya estamos en Corpus Cristi... Así como Anne May me había dicho, es una ciudad grande y movida... vamos para el área comercial donde están las tiendas, me quedo encantada con todo lo que encuentro para la confección de los vestidos... compro varios tejidos, sedas y accesorios, creo que nunca he estado tan feliz haciendo compras... después de 2 horas comprando todo lo que necesitaba para la confección, fuimos a comprar unas ropas básicas para que yo use en los primeros meses del embarazo... a las trece horas paramos para almorzar en un restaurante a la orilla del mar, sencillo pero con platos a base de pescado maravillosos... tomamos la carretera de vuelta a casa con la sensación de deber cumplido, satisfechas y felices...
El resto del sábado y domingo paso organizando las cosas para empezar a trabajar el lunes... arreglo un lugar en la sala para coser y uno para hacer los dibujos de los vestidos... descanso y hago planes, estoy muy emocionada... el lunes llega y voy para el primer día de trabajo en el restaurante, y el tiempo pasa volando, el trabajo es tranquilo y la gente de la ciudad es acogedora... conozco mucha gente y soy muy bien recibida por todos... salgo a las tres, me doy un baño y sigo para mi consulta... el dr. Eduard debe tener unos 30 años, él me dijo que también es nuevo en la ciudad, él vino a ocupar el lugar del antiguo médico que se jubiló hace solo 3 años, pero que ya se siente en casa aquí... él es muy simpático y guapo, no tiene la misma belleza de Sebastian, pero de un modo más rústico es guapo también... él hace las preguntas de praxe y vamos para el examen de ultrasonido, la enfermera Joenn, una mujer de 40 años con aire juvenil y bondadoso, me acompaña para quitarme la ropa y ponerme la bata... me acuesto en la camilla, él pasa un gel helado en mi barriga y pasa el aparato lentamente y luego un sonido llena la sala, un no, en verdad, dos... él mira para el monitor y enseguida para mí y pregunta ¿estás oyendo eso? ese sonido es de los corazones de tus bebés. ¿bebés? Yo pregunto _ sí, Katerine, tendrás dos bebés y por el tamaño de cada uno estás de cerca de 9 semanas, o sea, dos meses, todavía no conseguimos ver el sexo, pero ellos están con el tamaño y peso ideal... voy a grabar para ti la imagen y el sonido de los corazoncitos, así lo guardas como recuerdo... ahora puedes cambiarte y venir a mi mesa para darte las orientaciones...
Me levanto de la camilla aturdida... Dios mío, ¿cómo voy a dar cuenta de dos?... si con uno ya estaba asustada, ahora imagina con dos... es una mezcla de miedo, sorpresa y felicidad al mismo tiempo, porque todo eso se está volviendo muy real... me cambio rápidamente y voy a su mesa, él me receta vitaminas y un remedio para los días en que las náuseas estén muy intensas, él me explicó que por ser gemelos las náuseas acostumbran a ser más fuertes, pero solo deben durar en los tres primeros meses... entonces tengo solo más un mes de malestar por delante... él me explicó también que además de tomar las vitaminas necesito alimentarme bien, y levantar mis pies para evitar la hinchazón... me explica que hasta el sexto mes necesito ir a la consulta una vez por mes, pero después de eso necesitaré venir cada quince días para controlar de cerca mi presión y evitar un parto prematuro... agradezco, anoto el teléfono para cualquier emergencia y vuelvo para casa... pisando en nubes…