Alicia reencarno en uno de los tres ducados en el imperio de Imix, a pesar de ser de una buena familia jamás salió de la mansión del ducado por culpa de su padre.
En su momento más crítico Alicia decide aprender a pelear y poder ser fuerte para sobrevivir.
¿Por qué reencarne?.
¿Al final tendré una vida tranquila?.
NovelToon tiene autorización de Alemoka para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Entrenamiento espartano
La sirvienta Miel se fue dejando el frasco de pomada en la mesita más cercana.
Me levanté para olerla y realmente era pomada medicinal ya que olía a hierbas refrescantes.
La dejé en su lugar y mire la ventana más de cerca para pensar donde sería un buen lugar para colocar la soga para bajar más rápido de la mansión si que se dieran cuenta.
Había regresado a la mansión del ducado que estaba en la capital, lo único que puedo hacer es seguir con mi entrenamiento e intentar pasar desapercibida de toda la familia.
De lejos por la ventana los tres hermanos varones venían de alguna parte a lo lejos, ellos no me veían por la ubicación de la ventana pero yo si los veía bien.
Mis dos hermanos mayores y Jayce venían de vuelta a la mansión solo se escuchaba sus risas a lo lejos mientras jugaban a su manera y solo observe la vista a lo lejos.
Se ven que son felices, muchas veces pensé que la duquesa podría incluso intimidarlos ya que no somos sus hijos pero al parecer no fue el caso.
Ignore la escena de los niños y solo me dirigí de nuevo a mi cama, no mucho después la sirvienta llegó con una bandeja de comida.
“El chef me dijo que necesita mucha energía para recuperarse y le ha preparado esto”.
“De acuerdo, una pregunta”.
Miel me miró con ojos sorprendidos y asintió mientras me volvía a levantar de mi al menos cómoda cama.
“¿Eres nueva?”.
“Así es, ayer me contrataron para servirla”.
“Ya veo, esperemos que nos llevemos bien Miel”.
“Gracias señorita”.
Ella sonrió como agradecida por la oportunidad dada y empezó a colocar los platos de comida en la mesa.
Empecé a comer, la comida del chef era una delicia total así que cuando menos me di cuenta me había acabado todo.
“Dele las gracias al chef”.
“Sí señorita”.
Miel recogió la mesa y se los llevó de nuevo a la cocina, regresó y preparo el baño con agua caliente para darme un baño completo.
La atención de la sirvienta era realmente buena, creo que era la primera vez que sentía tanta atención que como estaba en el hospital.
“Gracias”.
No pude evitar agradecerle.
“Es un honor”.
El baño fue realmente relajante y terminé limpia y perfumada, al final fue cuando me coloco la pomada en la espalda y caderas donde sentía dolor.
Cómo quisiera odiar al caballo pero solo de pensar lo obligan a pasar días así es solo cruel, ¿por qué no hay derecho contra los animales aquí?.
La pomada realmente me dejó relajada para no mucho después quedarme dormida.
Miel al ver que me había dormido y me acomodo para dormir cómodamente y después se retiró.
La cama suave hizo que me perdiera como si estuviera en nubes esponjosas. Al otro día me desperté sólo para sentir que el dolor se había ido.
Miel apareció momentos después de que me levantara para ver lo relajada que estaba.
“La pomada funcionó”.
No pude evitar sonreír.
“Eso parece mi señorita".
Miel respondió intentando contener el bostezo, creo que había madrugado.
“¿Cuáles son sus planes hoy?, joven maestra".
“Quiero ir a entrenar”.
“¿No sería mejor descansar otro día?”.
“...”
Miel pregunto preocupada, aunque no tuviera dolor ¿que posibilidades tengo de una recaída?.
Me quedé pensando cuál sería la mejor opción pero miré la espada que estaba a un lado y dije.
“No, me siento de maravilla por la pomada así que quiero ir”.
Ya había descansado mucho ahora es tiempo de entrenar.
Me puse mi uniforme que habían preparado para mi, no diferenciaba mucho de lo que había usado siempre, tomé la espada y me dirigí hacia la puerta.
Como aun era temprano era normal que todos siguieran durmiendo, no tuve problemas con toparme con alguien y salí de la mansión con Miel detrás de mi y nos dirigimos al campo de entrenamiento.
“Mauro”.
El me vio con ojos de sorpresa y solo sonreí, un Mauro que busco por todos los lugares a la señorita también se veía algo cansado y a la vez aliviado.
“¿Como esta joven maestra?”.
“Estoy bien ahora”.
“¿Segura?”.
“Si”.
Caminé junto con Mauro mientras charlamos hacia el campo de entrenamiento de nivel intermedio donde me quedé, pero al parecer Hugo me estaba esperando.
“¿Cómo sigue joven maestra?”.
Hugo que estaba sentado como esperando a alguien se levantó enseguida solo al verme.
“Estoy bien, gracias por la pomada”.
“Denada, le dije a Miel donde aplicarlo así que sabía que se recuperia de inmediato”.
“¿Conoce a Miel?”.
“Es una amiga”.
“Ha”.
Él sonrió hacia atrás donde Miel estaba asintiendo.
"Somos amigos desde que nos conocemos".
Miel dijo un comentario para afirmar la relación de amigos.
“Bien empecemos con el entrenamiento donde estábamos”.
Hugo fue que hablo para dar inicio a un entrenamiento que no sabía.
“...¿Eh?”.
“Mientras esté aquí podré enseñarle a la joven maestra”.
Hugo sonrió como si nada mientras empezó a señalar el lugar donde entrenaremos, Mauro nos siguió por curiosidad al igual que varios caballeros que me siguieron.
“¿Recuerda lo último que le enseñé?”.
“Si”.
“Bien, empecemos”.
Hugo se sentía confiado, lo último que había hecho era un combate con la espada de aura y viendo el tiempo de duración.
“Comience joven maestra”.
“Si”.
Desenvaine la espada, esta empezó a brillar con el aura plateado y empecé a correr a donde estaba Hugo.
Mauro miró la escena con los ojos en blanco, el aura plateado era signo del linaje del ducado Cib, desde la lesión del duque este se había perdido.
Ni los jóvenes maestros habían mostrado el aura, hasta ahora solo era la joven maestra, la gente empezó a acercarse a mirar el entrenamiento, eso incluía a los capitanes de divisiónes que había en el lugar, todos vieron solo una cosa el aura plateado de la joven maestra.
“Vamos, con todo lo que tenga para medir el tiempo”.
“Si”.
Mi aura duró al menos diez minutos tres minutos más que la última vez.
“Excelente”.
Hugo con una sonrisa empezó a pensar el plan de entrenamiento.
“Descanse un momento en lo que hablo con el entrenador de avanzados”.
“Si”.
¿Espera avanzados?, ¿no intermedio?.
Me quedé sorprendida mientras los caballeros se acercaron.
"¿Es realmente el aura plateado?".
"¿Cómo paso?".
"Felicidades joven maestra, no dude de usted pensé que usted sería alguien maravillosa y realmente lo es".
"Cualquier cosa puede pedirmela con gusto la puedo ayudar".
mientras escuchaba a los caballeros me senté un instante en el piso mientras Hugo hablaba con el entrenador de intermedio y de avanzado.
“Increíble, el aura plateado”.
“Si es impresionante”.
“La joven maestra tiene habilidad, le falta resistencia”.
“Si”.
El conde a lo lejos hablo de lo resistencia que era un problema y todos estuvieron de acuerdo en eso.
Los demás hablaban de lo que había pasado, el aura plateado había regresado al ducado Cib.
“¿Gusta agua joven maestra?”.
“Si, un poco”.
Miel me dio una pequeña cantiplora para que bebida un poco de agua.
"Joven maestra debo de felicitarla".
Una mujer que no conocía se acercó y me saludo.
"Gracias".
No pude evitar agradecerle la felicitación y ella sonrió.
Con una pequeña reverencia se fue, tenía una insignia que se parecía al de capitán, ¿será vicecapitan?.
“Señorita Alicia”.
A lo lejos mire a Sergio que caminaba con mis compañeros del curso intermedio.
“Hola, ¿cómo les va?”.
“Sabe lo preocupados que estuvimos”.
“Gracias por buscarme, por suerte no pasó nada malo”.
“¿Cómo no pasó nada malo?, casi muere de fiebre”.
“Bueno, ahora estoy aquí bien”.
“Es cierto”.
Sonreí a los chicos y fue cuando Hugo miró a su hermano menor.
“Sergio, ve a entrenar yo me ocuparé por el momento de la joven maestra”.
“¿Hermano?”.
“Hola”.
El sonrió y despeinó a Sergio con su mano como indicando su cariño hacia su hermano menor.
“Bien, joven maestra empecemos con la rutina que acabamos de planear”.
“... Si”.
Algo me decía que esto sería complicado, por desgracia tenía razón el entrenamiento estaba diseñado para ganar resistencia primero y después ganar fuerza.
‘Me hubiera quedado a dormir unos días más’.
No pude evitar tener ese pensamiento mientras corría.
Mi rutina iniciaba desde muy temprano para un calentamiento, después iba a la clase de intermedios para tener conocimientos básicos y después entrenaba por separado con Hugo
'¿Que clase de entrenamiento espartano es esto?'.
