ERES MI ESPOSA! ME PERTENECES! : ENTRE LAS GARRAS DEL CEO

Ella se colocó obedientemente la pulsera, pues debía obedecer si quería tener por lo menos un poco de libertad, aunque esta no fuera "verdadera", ya que en todo lo que hiciera ella sabía que tenía limitaciones.

Las exigencias que ha cargado los años anteriores pesaban más que lo que tenía que cargar ahora. tal vez era el destino, tal vez esto era lo que debía de pasar o simplemente fue mera coincidencia, pero fuese lo que fuese eso tenía un fin, por lo que también sabía que lo que estaba sucediendo con ella llegaría a tener su final, sea uno feliz o uno triste, esto iba a acabar para ella.

Madeline luego de llevar puesta la pulsera caminó en dirección a las escaleras frente a la entrada con total calma.

-A dónde vas.

-Iré a mi habitación, tengo que cambiarme de ropa.

Thomas sonrió después de escuchar eso, y se quedó en silencio, viendo como Madeline subía a buscar la habitación.

Cuando ella encontró la habitación en la que la habían encerrado la primera vez, no pudo ver su ropa en ninguna parte, el cuarto estaba limpio, ordenado e iluminado pero en los armarios su ropa no estaba, en realidad, ninguna de sus pertenencias.

Ella caminó por toda la casa hasta encontrar a una de las sirvientas, se le acercó y preguntó.

-Disculpa, pero tú sabes dónde está mi ropa?

La sirvienta la observó detenidamente y le respondió con respeto.

-Su ropa está en el cuarto del Señor Harrison, pidió que acomodáramos su ropa entre sus armarios y ordenáramos todo.

Madeline abrió puerta por puerta entre los cuartos, todos tenían el mismo tamaño y las mismas cosas, sin embargo en la última habitación que revisó era diferente, por lo que pensó "Este debe ser su cuarto" ella entró y abrió las puertas del colgador de un gran ropero color blanco, y efectivamente.... tal como dijo la sirvienta, ella encontró sus vestidos, ordenados por color en la habitación de Thomas, sus zapatos en otro mueble y su ropa interior entre los cajones.

-Pero qué...

-Recién te das cuenta.

Thomas había aparecido en la habitación sin hacer ruido.

-Por qué mi ropa está aquí, se supone que-

-Se supone que ahora eres el reemplazo de mi esposa, y como un reemplazo que eres tienes que dormir en mi habitación.

-Estela no dormía contigo! no tengo por qué dormir aquí!

-En serio piensas que no me acosté con tu hermana innumerables veces?

Dejame decirte que ella es muy buena en la cama, más de lo que eres tú.

-Eres despreciable...

Ella en ese momento quería golpearlo para deshacerse de la frustración pero apretó el puño, agarró uno de sus vestidos y se fue corriendo al baño de ese cuarto.

Después de cambiarse salió del baño, caminó hacia la puerta y giró la manilla.

-A dónde vas.

-Iré a casa de mi "familia" tengo que arreglar un asunto. (reacia)

Él se acercó a ella con una sonrisa en el rostro al ver que lo ignoraba.

-Estás molesta por lo que dije antes?..

-Por qué lo estaría? si tienes razón en lo que dijiste.... debo acostumbrarme... a ser un reemplazo de mujer.

ah, y no te preocupes. (mostrar su mano derecha) llevo puesta la pulsera.

Ella abrió la puerta y se fue después de cerrarla.

El chofer ya la estaba esperando en el auto listo para llevarla al lugar que ella quisiera.

-Señorita Estela, A dónde irá?

-(suspira) Iré a ver a mi padre, no lo he visitado... en mucho tiempo.